“No me creas, haz la prueba y decide según tu propia experiencia”. Esta es una frase que maestros como Buda han dicho desde el principio de los tiempos, conocedores de lo inútil que es la autoridad. En esta entrada hablaremos brevemente del mijo, describiremos su aspecto, lo veremos en fotografías, aprenderemos una forma de cocinarlo y los efectos que produce, pero a pesar de todo ello, no confíes, pruébalo tu mismo.
El mijo es un cereal redondo, pequeño y amarillo. El mijo en macrobiótica se considera un cereal yang, con más fuerza contractiva que expansiva. En la nutrición moderna es uno de los cereales con las cadenas de carbohidratos más largas , lo que se traduce en los siguientes efectos:
- Alcaliniza el organismo, al contrario que otros cereales que acidifican el organismo, el mijo lo hace alcalino, por lo que no sería necesario cocinarlo con tanta sal como el resto de cereales
- Remineraliza el organismo, ya que es rico en calcio, hierro, potasio, magnesio y zinc
- Aporta vitaminas del grupo B, especialmente B6, niacina y ácido fólico, importantes todas ellas para el funcionamiento del sistema nervioso y diferentes funciones del metabolismo
- Aporta una sensación de calma y bienestar, debido en parte, a su bajo nivel glucémico, lo que permite un aporte progresivo de glucosa al organismo
Por sus características está indicado en caso de fatiga intelectual, anemia, depresión, exceso de peso, problemas estomacales, diarrea, vómitos y diabetes.
Para uso terapéutico, el Dr. Pérez-Calvo, consultor macrobiótico, recomienda tomarlo en forma de crema, cocinándolo con 4 partes de agua por una de cereal. Puede cocinarse salado, con una pizca de sal y algunas verduras, o dulce, con pasas, orejones, ciruelas, canela, un poco de leche de soja o algún trozo de manzana.
Para uso culinario, podemos recurrir a una receta de Montse Bradford, una maestra de la cocina macrobiótica. La receta podéis encontrarla en sus libros como “Pastel de mijo al gratén”, aunque aquí expongo el modo en que yo la llevo a la práctica (con algunas variaciones respecto a la receta original):
PASTEL DE MIJO AL GRATÉN
Poner el mijo a remojo el día anterior
Ingredientes para 4 personas
- 1 vaso de mijo
- 2 cebollas cortadas a dados
- 1/2 coliflor cortada a trozos pequeños
- 1 pimiento rojo cortado a dados
- 1 vaso de champiñones cortados finos
- Condimentos: salsa de soja, sal marina, aceite de oliva, laurel y almendra en polvo
Elaboración
- Sofreir las cebollas, el pimiento, los champiñones
- Añadir tres tazas de agua, la coliflor, el mijo y 1/2 cdta de sal marina
- Poner a fuego alto y cuando empiece a hervir bajar el fuego al mínimo y tapar. Cocer durante 15-20 minutos
- Mezclar bien las verduras. Ya tenemos un buen plato, el siguiente paso es opcional
- Colocar el mijo y las verduras en una fuente para el horno, espolvorear con almendra en polvo y gratinar
Me gustaría acabar con un ejemplo de como diferentes estímulos pueden provocar efectos similares. Al poco tiempo de consumir mijo, me di cuenta que en las horas posteriores me sentía particularmente centrado, atento y a la vez relajado en aquello que tuviese que hacer. ¿A qué me recordaba esa sensación? … ¡Eureka! ¡Ya lo tengo! ¡Es el ejercicio físico! Sentía exactamente la misma sensación los días que me iba a correr que los días que comía mijo. Conclusión: el ejercicio físico y el consumo de mijo, tienen el mismo efecto psicológico. Esa es mi experiencia. Por esa razón, la macrobiótica no se ocupa solamente de la dieta, sino que tiene en cuenta otros aspectos referidos al estilo de vida.
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