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Dieta macrobiótica sin gases

Muchos de nosotros tememos una dieta macrobiótica porque creemos que nos va a producir más gases. El consumo de alimentos integrales como los cereales en grano, harinas, verduras y frutas con su piel, y especialmente las legumbres, contribuye a aumentar los gases intestinales. No os preocupéis por ello, vamos a ver algunos consejos que podéis aplicar para evitar este “efecto secundario”.

En primer lugar, si estás empezando a comer de forma macrobiótica, no seas impaciente y espera alrededor de 1 mes para ver cómo funciona tu cuerpo. Al principio existe un período de ajuste en el que puedes sentir pocas ganas de comer, aturdimiento, malas digestiones y gases. El cuerpo tiene que habituarse a los nuevos alimentos. Todos estos síntomas se reducen si introducimos las nueva dieta de forma progresiva.

Una vez que ya llevamos una dieta macrobiótica mediterránea durante un tiempo, si tenemos gases, podemos atender a los siguientes puntos para redurcirlos:

1. No comer de más. El comer de más provoca acidez y digestiones pesadas que contribuyen al aumento de los gases. Vigila que no te falte ningún nutriente en tu dieta que te este llevando a comer de más. Come menos cantidad y más veces. Sigue la regla del 80% aplicada por los pueblos que viven del planeta: Dejo de comer cuando estoy 80% lleno

2. Mastica concienzudamente. La digestión comienza en la boca. Compara la digestión con una hoguera; cuanto más pequeños sean los troncos, más fácil será hacer fuego (=digestión)

3. No mezcles liquídos y sólidos en la misma comida. Los líquidos disminuirán el efecto de los enzimas digestivos. Además, los líquidos harán más díficil el masticar

4. Evita comer frecuentemente azúcar refinada. El azúcar utiliza minerales del organismo para poder ser metabolizada, con el consiguiente efecto acidificante en la sangre. Esta acidez puede causar flatulencia.

5. Consume alimentos fermentados como por ejemplo los encurtidos, consumidos desde mucho tiempo atrás en la región mediterránea. En la zona de Alicante, puedes encontrar diferentes tipos de olivas, pepinillos o variantes. También puedes probar con el chucrut (sauerkraut), el miso o el tempeh, productos fermentados de otras culturas pero que pueden adquirirse fácilmente en comercios cercanos. Los fermentados contribuyen a que la flora intestinal buena prolifere en nuestros intestinos.

6. Ejercicio ligero después de las comidas ayuda a reducir los gases. Un breve paseo es un ritual practicado en muchas culturas. Mejora la circulación y ayuda a la digestión.

Escribe si tienes problemas con los gases para ver que podemos hacer. También si tienes alguna otra sugerencia que no se haya tenido en cuenta en esta entrada. Más adelante escribiremos sobre este tema cuando hablemos de las legumbres.

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Descubre en Macrobiótica Mediterránea: ¿Cómo sé si estoy sano?

¿Te ha pasado alguna vez que tus analíticas de sangre salen perfectas y te extrañas porque te sientes sin energía? ¿Es entonces una percepción errónea de uno mismo? ¿Existe algo más aparte de nuestra composición sanguínea para saber si estamos sanos o no? En macrobiótica mediterránea te damos respuesta a estas cuestiones.

La medicina alopática (es la que usan en los hospitales) tiene diferentes medios para dictaminar si una persona está sana o no. Tenemos analíticas de sangre, análisis de orina, técnicas de neuroimagen como los rayos X, el TAC o el PET, etc. No hay nada de malo en todos esos medios, diariamente salvan millones de vidas. Lo que ocurre es que a veces ese análisis de lo pequeño deja al margen otros aspectos más globales que también nos dan información acerca de nuestro estado de salud.

Verne Varona, autor, conferenciante y consultor macrobiótico, en su libro Macrobiotic for Dummies nos ofrece 12 criterios para comprobar si estamos sanos o no. Estos son  6 de ellos:

1. Energía. Se refiere a la energía que tenemos a lo largo del día para nuestro quehaceres. Recuerdo que de pequeño esa energía estaba presente desde el inicio del día hasta el final. Ya de adulto, se fue para volver recientemente con la aplicación de los principios de la macrobiótica.

2. Estabilidad de los estados de ánimo. Los estados de ánimo se relacionan en la mayoría de las ocasiones con el nivel de glucosa en sangre. Bajadas de azúcar en sangre correlacionan con estados de ánimo depresivos. Una alimentación a base de productos refinados y estimulantes contribuye a un nivel en sangre en continua oscilación.

3. Regularidad intestinal. Si nuestro cuerpo cumple con regularidad su entrega de desechos, favorece el buen funcionamiento de muchas otras funciones. Existe espacio libre y el nivel de tóxinas derivadas de un alimento demasiado degradado disminuye.

4. Sueño reparador. Un cuerpo sano duerme bien, lo que contribuye a mantener ese estado de salud. Durante el sueño se producen la mayoría de tareas de reparación y mantenimiento del organismo.

5. Ausencia de deseos intensos por estimulantes. Un cuerpo sano es un cuerpo equilibrado y un cuerpo equilibrado, no busca alimentos extremos como por ejemplo el café y el azúcar. Ojo, porque no comer estos alimentos extremos no hace que estemos sanos.

6. Relaciones sociales. Una persona sana se relaciona. Como decía Krishnamurti: No existe la no-relación, la vida es relación. De la misma forma que es necesaria una relación entre células para un buen funcionanmiento del organismo, es necesario una buena relación entre personas para el buen de la sociedad, y un buen funcionamiento de la sociedad contribuye a un buen funcionanmiento del individuo. En resumen, cuidar a los demás es cuidarse a uno mismo.

Espero que estos seis criterios os hayan servido para saber si estáis sanos. Podéis combinarlos con los de la medicina alopática, de forma que la teoría macrobiótica y medicina moderna colaboren en pos del bienestar.

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Los orígenes de Macrobiótica Mediterránea

Los orígenes de Macrobiótica Mediterránea  se remontan a diciembre de 2010. En aquel entonces comencé a escribir un blog donde volcar mis inquietudes acerca de la cocina macrobiótica. El blog se llamaba/llama tealimentaloquecomes.blogspot.com , en la introducción del mismo podéis leer:

Este es un espacio donde compartir las inquietudes domésticas y cotidianas sobre cocina. Desde hace un año más o menos siento un enorme interés por la cocina. He leído libros, he asistido a cursos y he visitado diferentes centros dedicados a enseñar qué y cómo cocinarlo. Todo ello parece querer transformarse ahora en este blog.

Las entradas serán breves. Habrán recetas, comentarios sobre los utensilios y alguna que otra reflexión. Permitiros comentar o preguntar si os surge alguna duda sobre cualquier entrada.

Mi cocina tiene una marcada orientación macrobiótica, ya que es el estilo de cocina con el que más conecto.

Orígenes de Macrobiitca Mediterránea: Risotto
Antes de Macrobiótica Mediterránea… risotto con sepia

En aquel entonces mis intereses giraban más entorno a la práctica de la cocina. Durante los dos años siguientes al inicio de te alimenta lo que comes mi formación y conocimiento acerca de la macrobiótica ha aumentado a ritmo exponencial. He realizado los niveles en el Insituto Kushi de Becket (USA), he realizado una estancia larga en el Insituto Kushi de Europa (Holanda) y he visitado otros tantos centros en España y el extranjero. Si unimos todo esto a mi trayectoria en el mundo de la Psicología y la Actividad Física, damos con un perfil capaz de orientar a las personas con la finalidad de alcanzar un mayor nivel de vitalidad. Si te fallan las pilas, anímate y pide asesoramiento.

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Dos razones para una dieta macrobiótica mediterránea

¿Por qué he de seguir una dieta macrobiótica mediterránea?

1.- Porque eres un ser humano
2.- Porque vives en el Mediterráneo

Con dieta macrobiótica queremos decir una dieta natural que se ajuste a los requerimientos del ser humano como especie, y que viene del entorno donde vive el individuo particular.

Como especie, nuestro organismo está diseñado para digerir una serie de alimentos concretos. Los leones están hechos para comer carne. Disfrutan de largos y afilados dientes, un sistema digestivo preparado para … El ser humano goza de una dentadura para moler, cortar y desgarrar, en una proporción de 5, 2, 1 (ver entrada anterior). No estamos provistos de rumen como tienen los animales que se alimentan de comida cruda, ni tenemos un intestino corto como los animales carnívoros.

Por otro lado, nosotros somos capaces de adaptarnos a donde vivimos porque comemos lo que allí nace. El esquimal logra sobrevivir a un clima frío extremo porque come carne de foca, carne de ballena… y no porque come mucha fruta y verdura. ¿Qué nos encontramos en la región mediterránea?

macrobiótica: clima y aparatao digestivo
Razones para una dieta macrobiótica

Si tenemos en cuenta que pertenecemos a la especie “ser humano”, y que vivimos en el Mediterráneo, entonces se nos revelan una serie de alimentos que permitirán una vida saludable donde las fuerzas del planeta empiezan a jugar a nuestro favor y no en nuestra contra. Macrobiótica te enseña a bailar al son del planeta.

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Primera charla sobre macrobiótica mediterránea

Ha comenzado un ciclo de conferencias y talleres sobre macrobiotica mediterránea en Elche. Las charlas se impartirán en Espígol, centro de formación en terpias naturales y holísticas (C/ Federico García Lorca, 2 – Elche ).

La primera de este ciclo de conferencias tuvo lugar el pasado 23 de marzo. A ella asistieron cuarenta personas. Versó sobre qué alimentos debe tener una dieta sana.

La charla duró aproximadamente una hora. Asistieron 40 personas, que participaron activamente, mostrando un gran interés. Rescatamos para el blog algunos de los momentos que allí compartimos:

Existen indicios en nuestro sistema digestivo que nos aconsejan qué comer y en qué proporción. Para la macrobiótica, uno de esos indicios es la dentadura.

Los seres humanos tenemos 32 dientes, de los cualés 20 son molares y premolares, 8 incidsivos y 4 caninos. Los molares están diseñados para moler y triturar granos, semillas, frutos secos y la fibra de algunos vegetales. Los incivos nos sirven para cortar verduras. Los caninos son útiles para rasgar la comida animal como carne o pescado.
El número y tipo de dientes nos aconsejan que nuestra dieta se componga de 5 partes de granos y otros alimentos fibrosos, 2 partes de verduras y 1 parte de comida animal.

Dentadura dieta macrobiótica
Relación dentadura-dieta macrobiótica

Los oyentes participaron al final de la charla formulando diferentes preguntas. Una de ellas fue: ¿De dónde puedo sacar el calcio a parte de la leche y sus derivados?

El calcio no es patrimonio únicamente de una serie de alimentos, al igual que las proteinas no le pertenecen únicamente a la carne. Por cada 100 ml de leche encontramos 120 mg de calcio. Alimentos donde encontramos la misma o más cantidad de calcio son los siguientes: semillas de sésamo 650, nabo fresco 267, almendras 252 (hay muschos más). Mención especial merecen las algas:  Hiziki 1400, Wakame 1300, Arame1170.  Sobre el tema del calcio hablaremos en más profundidad en futuras entradas.

Las próximas charlas serán anunciadas con antelación.

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