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Macrobiótica mediterránea para la alergia primaveral

Hoy he salido a trabajar con mi hermano y nada más salir de casa…

-¡¡Achís, achís, achís!!

-¿Qué pasa Rubén?

-Nada, es la alergia.

Macrobiótica mediterránea para la alergia primaveral
La macrobiótica te puede ayudar con la alergia primaveral

Cada año, con la llegada de la primavera también llegan los síntomas de la alergia al polen: estornudos repetidos, escozor de ojos, goteo nasal, congestión, y en ocasiones fiebre. Todos estos síntomas son desencadenados por el polen de los árboles, arbustos, malas hierbas y otras plantas cuando estas florecen. Los episodios sintomáticos duran 15 a 20 minutos y pueden ocurrir varias veces al día, como ha ocurrido esta mañana con mi hermano.

Desde la medicina alopática (la que utilizan en los hospitales), la alergia es una hipersensibilidad a una partícula o sustancia que, si se inhala, ingiere o toca produce una reacción defensiva del organismo. La sustancia capaz de provocar una reacción alergica se denomina alergeno y los síntomas provocados son definidos como “reacciones alérgicas”.

En la alergia primaveral el alergeno es el polen y las reacciones alérgicas están compuestas, como ya hemos dicho, por estornudos, escozor de ojos goteo nasal, congestión, fiebre, malestar general, debilidad, etc.

¿Cómo explica la macrobiótica la alergia primaveral?

Desde el punto de vista de la macrobiótica la alergia primaveral tiene dos explicaciones:

1. Los alimentos son clasificados dentro de un continuo con dos puntos extremos. Uno de los extremos es llamado Yang (contracción) y el otro extremo es llamado Yin (expansión). El polen está situado en el extremo expansivo. Cuando el polen entra en nuestro organismo repele otros alimentos expansivos como por ejemplo productos lácteos, fruta, dulces y productos químicos, causando estornudos, tos y expulsión de mocos. Podemos comparar este mecanismo con lo que ocurre con los polos de un mismo signo en un imán.

2. El consumo frecuente y en grandes cantidades de alimentos expansivos vuelven la sangre, la linfa y las membranas internas pegajosas, por tanto, cuando el polen entra en el orgnanismo se adhiere a las superficies, provocando irritación en vez de ser expulsado suavemente.

Una dieta macrobiótica mediterránea equilibrada puede mejorar la alergia primaveral y otro tipo de alergias sin la necesidad de antihistamínicos, aerosoles nasales y otros medicamentos. Para prevenir la alergia primaveral puede ser útil evitar los siguientes alimentos: azúcar, chocolate, miel, leche, mantequilla, helados, yogurt, harina blanca, frutas tropicales, alcohol, comida cruda (p.e. ensaladas, al menos durante un mes), y bebidas servidas con cubitos.

Como remedio macrobiótico casero podemos utilizar un té de raíz de loto. Este té nos ayuda a disminuir la tos y a disolver el exceso de mucosidades. En esta zona es díficil encontrar la raíz de loto fresca, pero puedes utilizar raíz de loto en polvo. Para hacer un té sigue estos pasos:

1. Disuelve 1 cucharada pequeña de polvo de raíz de loto en un vaso de agua (250ml)
2. Añade una pizca de sal
3. Calienta con fuego bajo y apágalo cuando el agua empiece a hervir
4. Deja reposar tapado unos minutos
5. Toma mientras esté caliente

Esta bebida es mejor tomarla recién hecha. Si quieres un efecto más intenso puedes añadirle unas gotas de zumo de jengibre.

 

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Introducción a la macrobiótica en 10 puntos

Hoy en día, la macrobiótica disfruta de varios consultores con amplia experiencia alrededor del mundo. Un consultor macrobiótico de reconocido prestigio es Verne Varona, el cual estudió macrobiótica en los 70 con Michio y Aveline Kushi, y más tarde con Herman y Cornelia Aihara. Verne es autor de varios libros, entre los que destaca Macrobiotics for Dummies. En este libro nos regala diez consejos para mejorar nuestra salud. Considero estos puntos una buena forma de aprender en que consiste la macrobiótica. No se ocupa sólo de la dieta, sino de varias prácticas que podrían englobarse dentro del estilo de vida. Permitidme contextualizar estos consejos para la región mediterránea, y en concreto para la zona donde vivo. Haz lo mismo para tu lugar de residencia, convierte los consejos en algo concreto. Ahí van:

1. Realiza un mínimo de 15 minutos al día de actividad física. Por ejemplo: caminar por el margen del río o por la playa, puedes irte también a la montaña. Práctica natación. Elche disfruta de varias piscinas municipales de reciente construcción. Apúntate a un gimnasio y entrena con pesos o bicicleta estática, hoy en día son centros muy accesibles.

2. Reduce el volumen de comida que consumes cada vez y aumenta el número de comidas. Intenta comer cuatro comidas al día, en vez de las tres comidas tradicionales. Introduce el almuerzo o la merienda si tus horarios te lo permiten. Esto no es una recomendación para toda la vida pero puede ayudar a tener resultados positivos en un corto período de tiempo.

3. No comas antes de irte a dormir, deja por lo menos tres horas desde la última comida. En nuestra cultura, y sobre todo en la zona de Alicante, es habitual cenar tarde Por lo tanto realiza ajustes, no elimines la cena de un plumazo porque ello te puede privar de momentos con la familia y amigos. Come menos o más ligero, hasta que cenar temprano sea algo natural para todos.

4. Intenta acostarte antes de la media noche y levantarte temprano por la mañana. Esto te permite tener un sueño más reparador. En verano puedes alargarlo, ya que acostarte tarde te permite evitar el calor.

5. Convierte los momentos de comer en un ritual. Nosotros, normalmente, realizamos los rituales con más atención y respeto. Limpia la mesa, siéntate con buena postura, toma tu tiempo, da gracias por todos los factores que han hecho posible que la comida estuviese en tu mesa, mastica la comida, respira hondo y disfruta de este tiempo.

6. Frota tu cuerpo diariamente para mejorar la circulación linfática. Puedes usar un cepillo, una toalla, un crin o esponja de calabaza. Dedica cinco minutos al día para ayudar a tu sistema desintoxicador.

7. Intentar llevar ropa interior de algodón, limitando la cantidad de fibras artificiales en contacto con tu piel. Esto también se aplica a las sábanas de la cama, las toallas, los muebles y la iluminación.

8. Dedica un tiempo a estar en la naturaleza; al menos una vez a la semana. He notado que un paseo en bicicleta diariamente en un parque cercano tiene efectos energetizantes y relajante. Nuestro entorno nos ofrece varios lugares: la ladera del río Vinalopó, la sierra de Santa Pola o Crevillente, el pantano de Elche, las playas cercanas, etc. Al menos una vez a la semana, camina descalzo en la hierba, siéntate junto a un gran árbol. Encuentra formas para sorprenderte del milagro de la vida.

Práctica macrobiótica: paseo por la naturaleza
Práctica macrobiótica: Pasar tiempo en la naturaleza. Fotografía: Shauna Trupps

9. Mantén tu casa limpia y ordenada, especialmente tu cocina. No hay nada que inspire menos que una cocina sucia con un fregadero lleno de platos.

10. Revisa los productos que usas para mantener tu cocina limpia, higiene y autocuidado. Te sorprenderías de saber cuantas sustancias van en contra de tu sistema inmune y tu salud. Busca soluciones naturales. Todo lo que pongas en tu piel finalmente entra en tu hígado, aumentando su trabajo, almacenamiento y peligro potencial.

Todos estos consejos apuntan en una misma dirección: aumentar nuestra vitalidad. Son un resumen de las áreas que contempla la macrobiótica. La dieta, el cuidado de nuestro entorno inmediato, nuestra ropa, nuestra relación con el medio ambiente y la forma de hacer las cosas, especialmente el comer. Revisa todos estos factores y pregúntate dónde te sitúas en cada uno de ellos.

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Macrobiótica y Día Mundial de la Salud

Macrobiótica no es sólo aquello que se llame macrobiótico. Macrobiótica es todo aquello que tenga relación con devolver a la persona a un punto donde exista más equilibrio que el momento anterior, y a consecuencia de ese desplazamiento hacia el equilibrio tiene lugar un aumento en la salud.

Si una persona pasa todo el día sentada en la oficina, el hacer ejercicio por la tarde es una práctica macrobiótica. Si una persona pasa todo el día descargando cajas, hacer ejercicio por la tarde no es una práctica macrobiótica.

Lo que ocurre es que hoy en día la mayoría de nuestras vidas comparten unas características muy parecidas. La mayoría de nosotros tiene trabajos sedentarios, por lo tanto, hacer ejercicio nos acerca a todos al equilibrio. De la misma manera, la mayoría de nosotros comemos gran cantidad de alimentos refinados y animales (pan blanco, azúcar, carne, lácteos, pescado,etc.), por lo tanto, una dieta basada en alimentos integrales nos acerca al equilibrio.

La pasada semana, con motivo del Día Mundial de la Salud, aparecía en el Diario Información una sección sobre salud. De esta sección he rescatado dos artículos para esta entrada, donde encontramos mucha macrobiótica.

REALIZAR EJERCICIO DIARIO ALARGA LA VIDA

Un estudio realizado por investigadores del Insituto Universitario Cemic de Buenos Aires en personas mayores ha demostrado que, al menos, el 78 por ciento de las que practicaban un mínimo media hora diaria de ejercicio, a largaban la vida por lo menos cinco años. Los autores de la investigación, del que se hace eco la fundación Española del Corazón, recomiendan, tras analizar los resultados, realizar 30 minutos de actividad física al día, cinco veces a la semana y proponen como actividades: nadar, caminar, hacer gimnasia acuática, bailar o montar en bicicleta. El estudio que incluyó a 337 personas mayores de 80 años, demostró que el 78 por ciento de las personas que realizan actividad física de forma regular, alargan la vida al menos cinco años, frente al 46 por cientoo de superviviencia en el caso de las personas sedentarias.  La Fundación Española del Corazón realiza estás recomendaciones con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud.

UNA DIETA SALUDABLE AYUDA A PROTEGERSE FRENTE AL CÁNCER

Cada año se diagnostican en España 162.000 nuevos pacientes con cáncer. Estudios epidemiológicos de población y genéticos específicos han demostrado una relación causa efecto entre una alimentación inadecuada y el desarrollo de enfermedades como el cáncer. Los datos apuntan a que los malos hábitos alimenticios, combinados con el consumo energético elevado, además de alcochol y el tabaco, pueden aumentar el riesgo de aparción de un tumor.

Por esta razón, y con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este sábado 7 de abril, el MD Anderson Cancer Center Madrid quiere promover una dieta oncsaludable.

Como base para una alimentación oncoprotectora, los especialistas aconsejan una dieta variada y equilibrada, según la edad y el estilo de vida de cada persona. Las guías alimentarias orientan sobre el consumo saludable que permita disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer. Así, recomiendan las frutas y verduras, que aportan fibra, minerales, vitaminas y antioxidantes.

Frutas y verduras en macrobiótica
Las frutas y verduras compensan el consumo excesivo de sal, carnes y quesos curados. En otras palabras, hacen la dieta más macrobiótica

Restringir el consumo de carnes procesadas y con grasa, eliminar la piel de las aves antes del cocinado. El consumo de grasa debe ser moderado y se aconseja que sea procedente de alimentos vegetales. La fibra, proveniente de legumbres, cereales, frutas y verduras, debe suponer una ingesta diaria de 30 grs.

El ejercicio diario durante 30 minutos es necesario para evitar el aumento de peso, mantener el equilibrio de la masa muscular, fortalecer el corazón y mejorar el riego sanguíneo.

Estas dos noticias nos informan sobre el efecto que el ejercicio físico y la dieta tienen sobre nuestra salud; elementos que nos parecen evidentes, pero que necesitamos recordar para hacerlos realidad en nuestro día a día. Si tu intención es tener una vida que incluya estos principios, ponte en contacto con nosotros y diseñaremos la mejor de las transiciones. Macrobiótica es un puente hacia el cambio.

 

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Dieta macrobiótica sin gases

Muchos de nosotros tememos una dieta macrobiótica porque creemos que nos va a producir más gases. El consumo de alimentos integrales como los cereales en grano, harinas, verduras y frutas con su piel, y especialmente las legumbres, contribuye a aumentar los gases intestinales. No os preocupéis por ello, vamos a ver algunos consejos que podéis aplicar para evitar este “efecto secundario”.

En primer lugar, si estás empezando a comer de forma macrobiótica, no seas impaciente y espera alrededor de 1 mes para ver cómo funciona tu cuerpo. Al principio existe un período de ajuste en el que puedes sentir pocas ganas de comer, aturdimiento, malas digestiones y gases. El cuerpo tiene que habituarse a los nuevos alimentos. Todos estos síntomas se reducen si introducimos las nueva dieta de forma progresiva.

Una vez que ya llevamos una dieta macrobiótica mediterránea durante un tiempo, si tenemos gases, podemos atender a los siguientes puntos para redurcirlos:

1. No comer de más. El comer de más provoca acidez y digestiones pesadas que contribuyen al aumento de los gases. Vigila que no te falte ningún nutriente en tu dieta que te este llevando a comer de más. Come menos cantidad y más veces. Sigue la regla del 80% aplicada por los pueblos que viven del planeta: Dejo de comer cuando estoy 80% lleno

2. Mastica concienzudamente. La digestión comienza en la boca. Compara la digestión con una hoguera; cuanto más pequeños sean los troncos, más fácil será hacer fuego (=digestión)

3. No mezcles liquídos y sólidos en la misma comida. Los líquidos disminuirán el efecto de los enzimas digestivos. Además, los líquidos harán más díficil el masticar

4. Evita comer frecuentemente azúcar refinada. El azúcar utiliza minerales del organismo para poder ser metabolizada, con el consiguiente efecto acidificante en la sangre. Esta acidez puede causar flatulencia.

5. Consume alimentos fermentados como por ejemplo los encurtidos, consumidos desde mucho tiempo atrás en la región mediterránea. En la zona de Alicante, puedes encontrar diferentes tipos de olivas, pepinillos o variantes. También puedes probar con el chucrut (sauerkraut), el miso o el tempeh, productos fermentados de otras culturas pero que pueden adquirirse fácilmente en comercios cercanos. Los fermentados contribuyen a que la flora intestinal buena prolifere en nuestros intestinos.

6. Ejercicio ligero después de las comidas ayuda a reducir los gases. Un breve paseo es un ritual practicado en muchas culturas. Mejora la circulación y ayuda a la digestión.

Escribe si tienes problemas con los gases para ver que podemos hacer. También si tienes alguna otra sugerencia que no se haya tenido en cuenta en esta entrada. Más adelante escribiremos sobre este tema cuando hablemos de las legumbres.

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Descubre en Macrobiótica Mediterránea: ¿Cómo sé si estoy sano?

¿Te ha pasado alguna vez que tus analíticas de sangre salen perfectas y te extrañas porque te sientes sin energía? ¿Es entonces una percepción errónea de uno mismo? ¿Existe algo más aparte de nuestra composición sanguínea para saber si estamos sanos o no? En macrobiótica mediterránea te damos respuesta a estas cuestiones.

La medicina alopática (es la que usan en los hospitales) tiene diferentes medios para dictaminar si una persona está sana o no. Tenemos analíticas de sangre, análisis de orina, técnicas de neuroimagen como los rayos X, el TAC o el PET, etc. No hay nada de malo en todos esos medios, diariamente salvan millones de vidas. Lo que ocurre es que a veces ese análisis de lo pequeño deja al margen otros aspectos más globales que también nos dan información acerca de nuestro estado de salud.

Verne Varona, autor, conferenciante y consultor macrobiótico, en su libro Macrobiotic for Dummies nos ofrece 12 criterios para comprobar si estamos sanos o no. Estos son  6 de ellos:

1. Energía. Se refiere a la energía que tenemos a lo largo del día para nuestro quehaceres. Recuerdo que de pequeño esa energía estaba presente desde el inicio del día hasta el final. Ya de adulto, se fue para volver recientemente con la aplicación de los principios de la macrobiótica.

2. Estabilidad de los estados de ánimo. Los estados de ánimo se relacionan en la mayoría de las ocasiones con el nivel de glucosa en sangre. Bajadas de azúcar en sangre correlacionan con estados de ánimo depresivos. Una alimentación a base de productos refinados y estimulantes contribuye a un nivel en sangre en continua oscilación.

3. Regularidad intestinal. Si nuestro cuerpo cumple con regularidad su entrega de desechos, favorece el buen funcionamiento de muchas otras funciones. Existe espacio libre y el nivel de tóxinas derivadas de un alimento demasiado degradado disminuye.

4. Sueño reparador. Un cuerpo sano duerme bien, lo que contribuye a mantener ese estado de salud. Durante el sueño se producen la mayoría de tareas de reparación y mantenimiento del organismo.

5. Ausencia de deseos intensos por estimulantes. Un cuerpo sano es un cuerpo equilibrado y un cuerpo equilibrado, no busca alimentos extremos como por ejemplo el café y el azúcar. Ojo, porque no comer estos alimentos extremos no hace que estemos sanos.

6. Relaciones sociales. Una persona sana se relaciona. Como decía Krishnamurti: No existe la no-relación, la vida es relación. De la misma forma que es necesaria una relación entre células para un buen funcionanmiento del organismo, es necesario una buena relación entre personas para el buen de la sociedad, y un buen funcionamiento de la sociedad contribuye a un buen funcionanmiento del individuo. En resumen, cuidar a los demás es cuidarse a uno mismo.

Espero que estos seis criterios os hayan servido para saber si estáis sanos. Podéis combinarlos con los de la medicina alopática, de forma que la teoría macrobiótica y medicina moderna colaboren en pos del bienestar.

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