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Dieta macrobiótica para ganar peso

Falta de nutrición según la macrobiótica
Las mejillas hundidas de Johnny Deep indican falta de nutrición. Una dieta macrobiótica le ayudaría a ganar peso

Hace una semana publiqué una entrada bajo el título Perder peso con macrobiótica. La entrada despertó bastante interés. Ricarda, una de nuestras lectoras a la que agradezco su participación, nos preguntaba qué había que hacer para ganar peso. La pregunta me pareció que abría un tema que iba a requerir, al menos, otra entrada. Por ese motivo nos encontramos hoy aquí,  hablando de cómo nos puede servir la dieta macrobiótica para ganar peso.

Empecemos por un mensaje que en mi formación en el Insituto Kushi (Becket, Massachussets), uno de nuestros profesores repitió insistentemente:

Cuida tu aporte de proteínas y grasas, la macrobiótica tradicional lo descuida.

Junto a ese mensaje nos advertía que la dieta macrobiótica estándar es una dieta artificial creada para presentársela a la gente de forma simple. Mi profesor de inglés nos dice algo parecido: “El inglés que estudiáis no existe, es algo artificial, pero es lo mejor para aprenderlo”. De esta manera, aprendemos macrobiótica a partir de un modelo estándar, no real, porque las condiciones que nos rodean aconsejaran cambiarlo en una u otra dirección, al igual que ocurre con las expresiones o acentos en la lengua inglesa en función de quién seamos y de donde nos encontremos.

La dieta macrobiótica adecuada para una persona puede coincidir al 95% con las recomendaciones estándar, mientras que la dieta adecuada para otra persona puede coincidir en un 70%, y no por ello ninguna de las dos personas es más o menos macrobiótica que la otra.

Por tanto para aquellas personas que la dieta macrobiótica estándar les induzca a una pérdida importante de peso , recomiendo observar la cantidad de proteínas y grasas que ingieren. Una de las señales que puede indicar falta de estos nutrientes es un hambre voraz. Cuando faltan proteínas y grasas el cuerpo pide más en busca de ellos. Otra señal podría ser digestiojes débiles, ya que las proteinas son necesarias para la síntesis de enzimas digestivos.

Las recomendaciones prácticas podrían traducirse en los siguientes puntos:

  1. Asegúrate de que tomas legumbres de forma regular, 3-4 veces a las semana
  2. Toma pescado 3-4 veces por semana, sobre todo blanco
  3. Ten presente los frutos secos como fuente alta de proteínas y grasas. La leche de almendras podría ir bien para el desayuno
  4. Algún huevo ecológico también es recomendado por autores como Dr. Pérez Calvo-Soler
  5. El germen de trigo es un complemento excelente que podemos añadir a los desayunos en forma de cremas o cereales
  6. Daniel Mayor, co-director de la escuela de macrobiótica ESMACA, nos comenta que para ganar peso hay que tomar alimentos yin de buena calidad: cuscús, tofu, tempeh y seitán, además de una alimentación equilibrada en los demás aspectos
  7. Montse Bradford tiene un libro excelente repleto de recetas macrobióticas con proteínas vegetales. Su título es “El libro de las proteínas vegetales”
  8. Toma de 2 a 3 cucharadas de un aceite de buena calidad: aceite de oliva, de lino, de sésamo, etc.
  9. Cuida los momentos en que comes, incluyendo antes y después, tratando de que sean espacios tranquilos
  10. Mastica muy bien, ello facilitará la absorción de los nutrientes

¿Como sé si mi delgadez es señal de un desequilibrio interno?

Para saberlo podemos utilizar varios criterios. En psicología también se hace así para saber si alguien tiene un trastorno. Los criterios para juzgar nuestro bajo peso podrían ser:

  1. El juicio de los demás. En psicología se sabe que uno de los criterios más infalibles que existe para detectar la presencia de un trastorno psicológico es la discriminación del grupo. Un niño que es desplazado por sus compañeros en la escuela tiene altas probabilidades de tener un trastorno mental o rasgo que lo hace diferente. Parece ser que la especie, como grupo, tiene mecanismos que nos hacen detectar lo anormal. Si vas por la calle y al encontrarte con conocidos no paran de decirte lo delgado que estás y el mal aspecto que tienes, puedes empezar a sospechar que algo pasa.
  2. El criterio subjetivo. Las sensaciones que tú tengas también juegan un papel fundamental. Si te sientes fatigado, sin ganas de reuniones sociales, actividades al aire libre o falta de lucidez, puede que el bajo peso también indique la existencia de una debilidad que ha de corregirse. Puedes comparar como te sientes con otros momentos en los que tenías más peso.
  3. Las respuestas que observo al aplicar algunos cambios. Si tras cambiar tus hábitos alimentarios (más proteínas y grasas, más cantidad de comida, alimentos de más calidad) observas mejoras tanto en el aspecto físico como en tus sensaciones, esas mejoras te están diciendo algo.
  4. Michio Kushi, que ha enseñado e inspirado a miles de profesores de macrobiótica, en su libro “Your Body Never Lies” nos señala que unas mejillas hundidas, como vemos en la fotografía de Johnny Deep, significan falta de una nutrición equilibrada, en especial falta de proteínas y grasas.

Con esta entrada he intentado responder a la pregunta de una de nuestras lectoras. A ella le digo: “Gracias Ricarda por participar en el blog mediante tus comentarios y preguntas. Espero que la información que aquí encuentras te haya sido de utilidad. No dudes en contactar conmigo si tienes alguna duda”.

El peso es un indicador que nos puede servir en determinados momentos para juzgar nuestro estado de equilibrio. Podemos utilizarlo junto con otros indicadores para corregir el rumbo de nuestro organismo, al igual que hace un piloto con su avión.

 

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Charla sobre verano y macrobiótica en Elche

estaciones en macrobiótica
La charla sobre verano y macrobiótica en Elche explicará porque es importante ajustar la dieta a las estaciones

Macrobiótica trata acerca del equilibrio. Si las condiciones de nuestro entorno cambian, nosotros también hemos de cambiar con ellas para seguir estando en equilibrio. Si hace frio me pongo un abrigo y alcanzo el equilibrio. Si hace calor me lo quito, y vuelvo a alcanzar el equilibrio. Mis acciones dependen de algo mucho más grande que yo, en este caso las condiciones atmosféricas. Todo ello nos hace ver que no estamos tan separados del resto del mundo como nuestra percepción lo hace parecer.

Por ese motivo, el cambio estacional en macrobiótica se trata de forma tan insistente. Desde la medicina alopática (la que nos atiende en los hospitales) no se tiene tan en cuenta, quizás porque es una medicina de las emergencias, y uno no puede esperar a que llegue la estación idónea para operarse de apendicitis. En macrobiótica tratamos de prevenir la enfermedad antes de que aparezca, y para ello procuramos mantener un equilibrio constante con nuestro entorno. Adecuar la dieta a cada una de las estaciones del año es uno de los ajustes más importantes que podemos hacer para ir todos a una, planeta y yo.

Vuelve la macrobiótica en Elche, cargada de recomendaciones sobre como equilibrarnos en verano. El próximo viernes 8 de junio, impartiré una charla sobre macrobiótica y verano. La charla será en Espígol, herborístería que está en la calle Federico García Lorca, nº2, próxima a los pisos azules. Aquí os pongo un enlace a la página de Espígol donde se anuncia la charla:

Espígol Salut Natural

La macrobiótica no es una dieta cerrada, sino un conjunto de posibilidades cuya elección depende de varios factores que están en constante cambio. Uno de los factores más importantes, como ya hemos comentado, es el clima. De este modo una dieta macrobiótica será diferente en cada tipo de clima. A continuación, os expongo de forma resumida, algunas diferencias que Michio Kushi y Alex Jack, señalan en una dieta macrobiótica dependiendo del clima donde se viva.

CLIMA FRIO O DEL NORTE

  • Los cereales que han de predominar son el trigo de sarraceno y las variedades del norte de trigo y mijo
  • Verduras locales preparadas con mucho tiempo
  • Más comida de origen animal
  • Métodos de cocina más largos y enérgicos
  • Más cantidad de sazón (sal, miso, tamari, etc.)

CLIMA TEMPLADO

  • Dominan los cereales como el arroz integral redondo, el trigo, la cebada y la avena. Las legumbres más consumidas serán los adzukis y las lentejas
  • Las verduras han de ser locales, casi todas cocinadas. Incorporamos una pequeña cantidad de fruta
  • Un poco de pescado o marisco
  • Los métodos de cocina se ajustan a la estación

CLIMA CÁLIDO O TROPICAL

  • Los cereales que más se ajustan a este clima son el arroz integral de grano medio y largo. Los tubérculos como la mandioca y legumbres grandes como las alubias pinta o lima
  • Verduras locales en forma de ensalada. Se incorpora más fruta
  • Pequeña cantidad de alimentos de origen animal, o casi nada
  • Métodos de cocina ligeros, con más aceite y especias

Estas son algunas de las recomendaciones para ajustar la dieta al tipo de clima. En este punto, advertimos lo importante que es darle apellidos a la macrobiótica, y por ello decidimos llamar a este blog Macrobiótica Mediterránea. “Mediterránea” le da un trasfondo cultural. Las recomendaciones sobre dieta y estilo de vida han de aplicarse dentro de un contexto cultural, de una forma común de entender el mundo. Tener en cuenta este fondo cultural es aumentar la eficacia de las recomendaciones macrobióticas. Al mismo tiempo, “mediterránea” nos pone en contacto con un clima determinado, del cual surgen unas recomendaciones concretas, no sólo teoría.

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Perder peso con macrobiótica

dieta macrobiotica cuerda floja
La dieta macrobiótica cambia, al igual que lo hacen las fuerzas que ejerces para caminar en la cuerda floja

En la entrada anterior vimos como la dieta macrobiótica de los 13 días no era una dieta macrobiótica. También sugerimos la idea de que una dieta macrobiótica no podía ser algo fijo, ya que nuestro estado y las condiciones del entorno varían constantemente.  Si lo que tratamos mediante la macrobiótica es de estar en equilibrio, la dieta habría de variar con los cambios nuestros y del entorno. Imagina que andas por la cuerda floja y las condiciones a tu alrededor cambian (ahora viento por la derecha, ahora no, ahora viento por la izquierda, ahora no, ahora un pájaro se posa en tu hombro, ahora se va…). Las fuerzas que tienes que ejercer y que te mantienen en equilibrio serán cada vez diferentes. Así funciona la dieta macrobiótica.

¿Entonces qué?  ¿No podemos utilizar la macrobiótica para lograr objetivos tales como perder peso?

Sí, sí que podemos, pero este objetivo irá inseparablemente unido a otro más global: la ganancia de equilibrio. Y el equilibrio, por si solo, nos llevará directos a una mayor salud y vitalidad. Fórmulas fijas no tenemos, pero sí existen recomendaciones generales. Verne Varona nos ofrece “10 consejos para una rápida y permanente pérdida de peso”. A continuación los expongo con mis propias palabras:

  • Haz ejercicio

El movimiento hará que pierdas calorías y mejorará tu digestión. Puedes optar por ejercicio aeróbico, 30 minutos al día puede ir bien, aunque esto es una recomendación general, tendrá que adaptarla a tu nivel. Ejemplos de tipos de ejercicio podrían ser: bicicleta, natación o caminar. También ten en cuenta las características del entorno para elegir la actividad más adecuada.

Otra opción es el entrenamiento en gimnasio. Levantar pesas de 2 a 3 veces por semana, te hace perder muchas calorías y además aumenta tu metabolismo. El ejercicio en gimnasio tan contribuye a ingresar más calcio en los huesos y mejorar tu estado de ánimo.

  • Presta atención a tu nivel de glucosa en sangre

No pases muchas horas sin comer. Tu cuerpo utiliza la glucosa de la sangre para sus actividades, si no comes lo suficiente o dejas mucho tiempo entre comidas, la glucosa puede bajar de forma severa y ello te conduciría a un hambre voraz. Olvida la fuerza de voluntad en este momento, atacarás a cualquier cosa que te pase por delante. Comiendo frecuentemente evitamos estos episodios.

  • Evita cenar  tarde

Si cenamos tarde con frecuencia, podemos tener los siguientes síntomas: Un sueño agitado, un despertar con la sensación de no haber descansado y un carácter irritable por la mañana. En algunas ocasiones, intentaremos compensar todas estas sensaciones con algo de comer, lo que nos lleva a comer cuando realmente no tenemos hambre.

  • Reduce la grasa y el azúcar de la dieta

Un alto porcentaje de calorías en nuestra dieta proviene de la ingestión de grasas. Quitar las grasas no sería buena idea, ya que el cuerpo compensaría esta falta con un hambre incontrolable. Por este motivo, hemos de tomar entre 2-3 cucharadas de aceite de buena calidad al día. Podemos utilizarlo para saltear unas verduras o aliñar ensaladas. También el consumo de semillas y frutos secos nos dará el tipo de grasas que necesitamos para una salud óptima. El exceso de azúcar nos lleva a tener más grasa, ya que el cuerpo transforma el excedente de azúcar en grasa, por ese motivo reducir el consumo de azúcar es una buena opción.

  • Selecciona tus bebidas sabiamente
bebida no macrobiótica
Los refrescos no se incluyen en una dieta macrobiótica

Las bebidas con alcohol contiene muchas calorías, entre 150 y 450 calorias por vaso. El alcohol son azúcares vacíos, que no aportan nutrientes esenciales, pero sí calorías innecesarias.

Los resultados de un estudio dirigido por el Dr. Richelsen, del Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca), muestran que la ingestión de un litro de gaseosa azucarada común al día (cualquier refresco de cola, naranja, etc.), aumenta los depósitos de grasa en el hígado, los músculos y alrededor de los intestinos. Este tipo de grasa está asociado a un mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares o hepáticas. Según los investigadores, este tipo de grasa, llamada grasa ectópica, es más peligrosa para la salud que la grasa subcutánea, ya que implica un peor funcionamiento de los órganos afectados.

  • Incorpora hidratos de carbono complejos

De una a una y media tazas de cereal en grano puede ser suficiente (taza=250ml). Prefiere el cereal en grano a las harinas. Elige entre una amplia variedad: arroz integral, avena, mijo, trigo, trigo sarraceno… Los cereales integrales te ayudarán a no generar toxinas, a mantener tu sangre limpia y a asegurar regularidad a la hora de ir al baño. Los cereales combinados con verduras preparadas de diferentes formas, puede dar como resultado comidas más satisfactorias, que no generen ganas por más. En este blog, y otros que recomiendo en “Sitios de interés” -en la barra lateral derecha- podrás encontrar infinidad de recetas macrobióticas. Te recomiendo los vídeos de Raquel la dietista o el blog de Agnès Pérez llamado Cocina macrobiótica mediterránea.

  • Come un pequeño tentempié antes de ir a algún evento social

Varona nos sugiere que es una mala idea ir a un evento social muertos de hambre, parece un consejo inteligente. Es probable que comamos de más y tengamos pocas opciones saludables entre las que elegir.  Comer un pequeño tentempié saludable antes de salir de casa, reducirá las probabilidades de comer demasiado.

  • Haz porciones para evitar comer mucho

Para evitar la tendencia a acabar aquello que emprendemos, que no está mal, a no ser que sea un plato lleno hasta la coronilla, podemos “porcionalizar” la comida e ir sirviéndonos poco apoco hasta que estemos satisfechos. Esto me recuerda  una práctica que llevan a cabo en la isla de Okinawa, uno de los pueblos más longevos de la Tierra. Allí la comida la ponen sobre la barra de la cocina. La gente va a servirse a la barra y después se retira a la mesa para comérsela. En caso de querer más, vuelven a la barra y se vuelven a servir.

  • Planifica tus comidas

Planificar las comidas hace que centremos nuestra atención en el objetivo, así evitamos tentaciones. Nada más el hecho de ir a comprar es diferente. Te adentras en el supermercado con un objetivo, este alimento, este y este. Pasas por al lado de tentaciones, reafirmando tu propia voluntad. Pequeños pasos que te hacen llegar lejos.

  • Vigila tus emociones

Determinadas emociones pueden desencadenar ganas locas por comer alimentos, normalmente dulces, pues tienen un efecto relajante. Advierte cómo las emociones se relacionan con los deseos de comer determinados alimentos e intenta conseguir más equilibrio por otros medios. Ejercicio físico, respiraciones profundas o técnicas de relajación podrían ser algunos ejemplos.

Estos han sido algunos de los consejos que Verne Varona, un consultor macrobiótico de reconocido prestigio, nos ofrece para la pérdida de peso. Estos consejos no son excluyentes, lo que quiere decir que puedes combinarlos con otras recomendaciones que obtengas de tu dietista, o que hayas aprendido de libros, o bien de tu experiencia personal. Elabora tu propio plan y comienza el viaje hacia una vida más saludable.

Puedes encontrar más información al respecto en la entrada Macrobiótica para reducir la obesidad infantil.

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Cuánto tengo que beber en macrobiótica

hidratación en macrobiótica
¿Cuánto tengo que beber en macrobiótica para mantener un equilibrio saludable?

Con la llegada del calor, las recomendaciones sobre la ingesta de agua empiezan a rondar por nuestros oídos. Distintos medios de comunicación nos informan de lo importante que es beber agua para evitar golpes de calor y otras alteraciones por deshidratación. El sábado, en la sección de salud de un períodico local, leí un artículo donde el Observatorio de Hidratación y Salud lanzaba una serie de recomendaciones. Nada más leer las recomendaciones surgió una pregunta:

¿Cuánto tengo que beber en macrobiótica?

A simple vista, y teniendo en cuenta el concepto de macrobiótica que se ofrece desde este blog, la respuesta es sencilla. Tienes que beber aquella cantidad de agua que te haga estar en equilibro con el entorno que te rodea. Si trabajas al sol, en pleno verano, tendrás que beber más que si trabajas en unas oficinas con aire acondicionado y un buen nivel de humedad.

En macrobiótica tradicional se recomienda beber muy poca agua si lo comparamos con lo que se nos dice desde los medios de comunicación.  Los nutricionistas recomiendan beber entre 2 y 3 litros de agua al día, pero eso, dicho así, es una recomendación aislada. Lo parcial y aislado se convertirá en adecuado o no dependiendo del contexto del que se rodea. De la misma manera que la recomendación de un paseo de 30 minutos al día, como recomendación aislada, no tiene sentido si no la acompañamos de más información. Eres un deportista de élite, entrenas 3 veces al día. ¿Tiene sentido un paseo de 30 minutos?… Eres un escritor, pasas todo el día sentado, escribiendo tu próxima novela ¿Tiene sentido un paseo diario de 30 mintuos?…

Con las recomendaciones sobre qué cantidad de agua beber ocurre lo mismo. Antes de lanzarnos a beber 2-3 litros de agua al día, hemos de abrir el marco de observación para dar cabida a información que nos permita ajustar las recomendaciones a la condición de cada cual. Hemos de tener en cuenta que las recomendaciones actuales se dan para una dieta “media” o estándar, la cual contiene alimentos que necesitan bastante agua para su metabolismo. A este respecto, el Dr. Pérez-Calvo Soler comenta que la recomendación de 2 litros al día tiene sentido cuando uno come mucha carne, azúcar, alimentos salados, alimentos concentrados, etc. Pero que, si seguimos una dieta limpia y rica en alimentos con agua, como los cereales cocidos, las legumbres y verduras, no sería necesario beber tanto. En mi experiencia eso es totalmente cierto, ya que las ocasiones en las que he consumido azúcar o alimentos concentrados, he notado que aunque ingiriese después mucha agua, no sentía la necesidad de ir al aseo. Si seguimos a personas habituadas a dietas más “limpias”, como la dieta macrobiótica,  veremos que las recomendaciones son menores. En este sentido, el terapeuta ayurvédico Andreas Moritz, recomienda tomar entre 1 y 2 litros de agua al día.

¿Cómo sé si estoy bien hidratado?

Estar bien hidratado es importante porque el cuerpo utiliza agua para la fabricación de sus componentes, tanto estructurales (músculos, huesos, etc.) como funcionales (enzimas, hormonas, etc.). El cuerpo necesita agua para  producir la bilis,  mantener el nivel hormonal en sangre, hidratar las células, eliminar toxinas y muchas otras funciones.

Comienza a beber una cantidad determinada, la que creas que se ajusta tu estilo de vida teniendo en cuenta factores como la exposición al sol, el nivel de actividad física, etc. Entonces, valora siguiendo los siguientes dos métodos si tu hidratación es adecuada.

El consultor macrobiótico Pérez-Calvo da las siguientes instrucciones: Date cuenta si la lengua se te pega al paladar. Si tienes la lengua pegada al paladar y tienes sed, debes beber. Si tienes la lengua pegada al paladar y no tienes sed, es que estás cansado. En este último caso, bebe agua caliente en forma de sopas e infusiones.

Desde el Observatorio de Hidratación y Salud nos sugieren que midamos la cantidad de orina diaria. La cantidad total de orina al día debe ser superior a 1400 ml, en caso contrario existiría deshidratación.

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Menos carne y más vida con macrobiótica

Alimentos ricos en metionina, ausentes en macrobiótica
Productos de origen animal, presentes en poca cantidad en una dieta macrobiótica mediterránea

En la reposición de un documental en la 2 de Rtve encontré la inspiración para escribir esta nueva entrada. El reportaje trataba sobre la longevidad. ¿Qué factores pueden hacer que vivamos más o menos tiempo? La dieta era uno de los principales. Como consultor macrobiótico el tema me resultaba muy atractivo, así que seguí viéndolo.

Me llamó mucho la atención uno de los investigadores entrevistados. Se llamaba Gustavo Barja de Quiroga, y era profesor de la facultad de biología de la Universidad Complutense de Madrid. Gustavo argumentaba que había estudiado durante años los antioxidantes como la solución para prevenir el envejecimiento, pero que tras décadas de estudio se había dado cuenta que la clave no radicaba en ellos sino en los radicales libres. Cómo prevenir la aparición de los radicales libres, y no como frenarlos una vez hayan aparecido; esa era la clave. Sería similar a lo que hemos escrito en pasadas entradas acerca del calcio y la osteoporosis: Dónde está el calcio en macrobiótica. No se trata de cuanto calcio tomar, sino de qué factores nos hacen perderlo.

Por lo tanto, este biólogo de la Complutense, centra actualmente sus estudios en la aparición y actividad de los radicales libres.

¿Qué son los radicales libres?

Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que tienen un electrón sin pareja. Ese átomo o molécula recorre el organismo en busca de una pareja para su electrón suelto. Cuando encuentra otra molécula estable, le roba un electrón para alcanzar su propia estabilidad electroquímica, pero de este modo desestabiliza a la molécula a la que le ha robado el electrón. De este modo, se produce una reacción en cadena que destruye nuestras células. Estas reacciones se previenen mediante sustancias antioxidantes, como por ejemplo: el beta-caroteno, la vitamina E, la vitamina C o los flavonoides.

La actividad de los radicales libres sucede incluso en un cuerpo sano, pues el cuerpo los produce para luchar contra virus y bacterias, pero el problema llega cuando estos se producen en grandes cantidades y durante muchos años, en cuyo caso la acción de las sustancias antioxidantes no sería suficiente para frenarlos.

¿Qué factores aumentan la producción de radicales libres?

El profesor Gustavo Barja, destaca el papel del consumo excesivo de carne y en concreto de uno de sus componentes, el aminoácido metionina. Según Gustavo, la metionina podría estar contribuyendo a una producción excesiva de radicales libres. Se ha demostrado que la restricción de metionina incrementa la longevidad en ratas.

Pero, si la metionina es una aminoácido esencial ¿por qué su restricción favorece la longevidad?

Mendoza García (2010), escribe en la revista Encuentros en la biología (vol.3; nº131), editada por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, que una restricción moderada en el consumo de metionina nos reportaría efectos beneficiosos, ya que conllevaría una reducción de la producción de radicales libres en todos los órganos (hígado, riñones, cerebro, etc.). Por otro lado, una restricción drástica conllevaría descenso de peso y otras consecuencias negativas. Destaca que una dieta vegetariana o vegana, las cuales comparten muchas características con una dieta macrobiótica,  reportaría cantidades suficientes de metionina. A continuación se muestra el contenido de metionina de diferentes alimentos (mg/100g alimento crudo):

  • Carne de cerdo 321
  • Carne de pollo 800
  • Salmón 469
  • Leche vaca 86; frente a 19 de la leche humana
  • Huevos 416
  • Trigo 196
  • Lentejas 194
  • Acelgas 8, brócoli 61, coliflor 44
  • Manzana 3, melón 6, uva 23
  • Almendra 518, semillas de calabaza 617, pistachos 367

El autor sugiere una dieta vegana para el consumo de unos niveles óptimos de metionina, aunque existan alimentos como los frutos secos o alguna fruta en particular como la sandía (648 mg) que tienen niveles altos de metionina, estos se consumen en poca cantidad o de forma temporal.

La macrobiótica tradicional dice: “La carne es demasiado yang, ve al centro, consume cereales”. Es una hipótesis simple, que no por ello menos verdadera que otras más complicadas, pero en una sociedad como la actual requerimos más explicaciones, pues la tecnología y nuestra capacidad de indagación así lo permiten. Esto es lo que sucede en el tema de la carne. Al recomendar un descenso en su consumo puede que te pregunten:

“¿Por qué tengo que comer menos carne?”

En mi opinión, la mejor respuesta viene de argumentos de la macrobiótica tradicional, más argumentos científicos (como el de la metionina), más la recomendación de observar la propia experiencia al reducir su consumo. De este modo, uno tiene más probabilidades de acercarse a la verdad.

 

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