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Alimentos alcalinizantes en macrobiótica

tabla alcalino-ácida en macrobiótica
La macrobiótica prefiere los alimentos alcalinos porque compensan la gran cantidad de alimentos acidificantes de la dieta convencional

En la entrada publicada el 20 de septiembre, Alimentos acidificantes en macrobiótica,  enumeramos una lista de alimentos cuyo consumo frecuente acidificaba el organismo. En la entrada de hoy daremos una lista de los alimentos que provocan el efecto contrario: alcalinizar el organismo.

En macrobiótica se ensalza el valor de los alimentos alcalinos, no porque sean mejores que los acidificantes, sino porque compensan la gran cantidad de alimentos acidificantes que se consumen en la dieta convencional: el pan blanco, el azúcar blanco, la pasta, la carne, el pescado, los huevos, los quesos, los dulces, los refrescos, el café, etc. Siguiendo la forma de pensar macrobiótica, en la cual en el equilibrio está la salud, el aumento del consumo de alimentos alcalinizantes equilibraría el alto consumo de los alimentos acidificantes.  No es necesario decir que un abuso de alimentos alcalinos sería igual de perjudicial que un abuso de alimentos acidificantes.

Según Christopher Vasey en su libro “La importancia del equilibrio ácido-básico”,  los principales alimentos que alcalinizan nuestro organismo son:

  • Patatas
  • Hortalizas verdes, crudas o cocidas
  • Hortalizas coloreadas: zanahoría, remolacha (excepto el tomate)
  • Maíz
  • Leche, nata, mantequilla
  • Plátanos
  • Almendras
  • Castañas
  • Uvas pasas, los dátiles
  • Aguas minerales alcalinas
  • Bebidas de almendra
  • Aceitunas negras conservadas en aceite
  • Aguacate
  • Aceites de primera presión en frío
  • Azúcar integral

Estos alimentos son alcalinizantes porque no contienen sustancias ácidas y porque al ser metabolizados en el organismo no producen ácidos.

Alguien familiarizado con la cocina macrobiótica puede quedar sorprendido al comprobar que alimentos como la leche, el queso, la nata, la mantequilla y el azúcar integral están considerados alcalinizantes. Respecto a ello Christopher Vasey apunta que NO son alimentos alcalinizantes en sí mismos, pero que tomados con moderación no acidifican. Esto quiere decir que si tomásemos a menudo estos alimentos al final SÍ producirían un organismo ácido.

col rizada macrobiotica
Las verduras de hoja verde nos transmiten ligereza, frescura y alcalinizan nuestro organismo

La principal fuente de alimentos alcalinizantes son las verduras, tanto verdes como coloreadas. Esto me recuerda lo aprendido en Kushi Institute en Becket. Allí en todas las comidas estaban presentes los “greens”, es decir, las verduras verdes que se servían escaldadas. En ningún otro sitio había visto que se pusiese tanto énfasis en  las verduras de hoja verde. Mi experiencia me dice que comer de esta manera las verduras le da a uno una cualidad de ligereza y frescura, cualidad por la que destacan las hojas verdes. Eso sí, no pasarlas cuando las cocinéis, sino se irá esa cualidad tan preciada. Escaldarlas muy poco tiempo, de forma que crujan al morder (acelgas 30 seg; zanahoria 2min; brocoli sacarlo cuando el agua empiece a hervir).

En cuanto a las aguas serán alcalinas las que tengan un pH superior a 7. En España algunos ejemplos de este tipo de aguas son las siguientes marcas: Panticosa (pH 9.3), Aguavida (pH 8.8), Solares (7.95), Neval (7.59)

Es útil saber qué alimentos son acidificantes y alcalinizantes porque si sospechamos tener una de estas dos condiciones podremos compensarlas con los alimentos del grupo opuesto. Un consultor macrobiótico podría ayudarnos en esta labor y prescribir las recomendaciones más oportunas para cada caso.  No censurar un alimento porque esté en la lista de los alimentos prohibidos, pues lo prohibido estará en función de la condición particular de cada persona y ésta por definición es cambiante.

 

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Hamburguesa biónica, la anti-macrobiótica

En el escaparate de un kiosko cercano a casa me encontré con el siguiente titular:

BUENA PARTE DE LAS “ENFERMEDADES” LAS PROVOCAN LOS ALIMENTOS INDUSTRIALES

El titular pertenecía al número de septiembre de la revista Discovery Salud. El titular cumplió su función, me enganchó y no tuve más remedio que comprarme un ejemplar.

dsalud y tema de macrobiótica
Titular de la revista Discovery Salud, muy en la línea de la macrobiótica

Era la primera vez que compraba esta revista. Me sorprendió por su estilo directo y su claridad a la hora de aconsejar a su público. Nada de diplomacias. Para que veáis un ejemplo de los temas que trata, aquí os enseño los titulares del sumario:

  • Buena parte de la “enfermedades” las provocan los alimentos industriales
  • El tratamiento del cáncer con antineoplastones del Dr. Burzynski
  • ¡La radioactividad puede eliminarse con microorganismos!
  • Psiquiatras: policías del pensamiento
  • ¿Ayuda el MMS a recuperar niños autistas?
  • Probióticos orientales: la salsa de soja, el natto, el miso y el tempeh [bien conocidos en la cocina macrobiótica]

En este número la revista dedica 10 páginas al tema de las enfermedades y los alimentos industriales. Citan el caso de la hamburguesa biónica. ¿Eso qué es? Me dije yo. Aquí os cuelgo un vídeo explicandolo (está en inglés pero poniendo “hamburguesa biónica” en Youtube podéis encontrarlo con subtítulos en español) .

Increíble, ¿no?

Lo que comemos nos afecta a todos los niveles, podría ser el resumen del artículo de D-Salud. A nivel físico no hay más que ver el famoso documental de Morgan Spurlock, periodista y director de cine que hace varios años produjo el documental Super Size Me, en que mostraba un experimento personal: Estuvo durante 1 mes comiendo únicamente en McDonald’s. Tuvo que abandonar antes de tiempo debido a las consecuencias sobre su salud.

A nivel psicológico, hace unos meses la revista Integral (nº389) publicaba una noticia en la que se citaban los resultados de una investigación de cientítficos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra en los que se llegaba a esta conclusión: Las personas que consumen comida basura tienen un 40% más riesgo de sufrir depresión.

En macrobiótica decimos muchas veces que la clave está en lo que se quita y lo que se añade. En este caso ¿qué encontramos en una hamburguesa biónica? ¿Que falta en una hamburguesa biónica? Utilizamos la hamburguesa como símbolo de la comida rápida o comida basura. Encontramos una inmensa cantidad de productos químicos que ayudan a conservarla y darle un sabor adictivo, como muestra la parte final del vídeo. Y faltan los nutrientes que sí estarían en un alimento natural.

Próximos al final del artículo, su autor cita el libro de M. Pollan, “El detective en el supermercado” y su argumento acerca del origen de la obesidad:

Cuando nuestro cuerpo necesita nutrientes manda un aviso a nuestro cerebro para que éste ponga en funcionamiento la sensación de hambre. Ahora bien, si lo que comemos para saciarla son simples calorías sin nutrientes el cerebro no se dará por satisfecho puesto que lo que necesitaba no le ha llegado y volverá entonces a enviar un nuevo mensaje de hambre. Y volveremos a comer. El resultado es la obesidad y la malnutrición, lo que provoca la aparición de otras alteraciones como diabetes, accidentes cardiovasculares, osteoporosis, anemia, etc.

Todos estos datos nos hacen pensar en la macrobiótica como el polo opuesto. La macrobiótica moderna lejos de ser una disciplina venida de Japón, con infinidad de productos asiáticos, es una forma de alimentarse que respecta tanto nuestra cultura de origen, en este caso la mediterránea, como nuestra naturaleza como seres humanos, cuyo aparato digestivo está diseñado para unos alimentos concretos. Si quieres volver a conectar con el planeta a a través de la alimentación y el estilo de vida no dudes en requerir los servicios de un consultor macrobiótico.

 

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Macrobiótica de ayer, macrobiótica de hoy

cabeza cuadrada macrobiotica
¿Limita la macrobiótica tu visión del mundo?

La macrobiótica como todo cuerpo de conocimiento va cambiando a lo largo del tiempo. En los últimos años el avance en las ciencias y la tecnología ha sido vertiginoso. Con estos cambios también ha cambiado nuestra forma de ver el mundo y de interpretar y entender la realidad. ¿Se ha adaptado la macrobiótica a estos cambios? ¿Se ha modernizado la macrobiótica o sigue anclada en el pasado?

Verne Varona, consultor macrobiótico estadounidense y conferenciante en temas de salud, ofreció una entrevista hace unos años a Macrobiotic Guide, una página web que se ocupa de difundir la macrobiótica en el Reino Unido. A pesar de los años transcurridos la entrevista goza de una actualidad sobresaliente. Recomiendo su lectura encarecidamente, pues nos permite adoptar una postura sensata, alejada de extremismos y fanatismos respecto a la macrobiótica, situando a ésta dentro de un marco general donde se incluyen otros campos del conocimiento. Varona comienza la entrevista siento muy claro:

Pregunta: ¿Crees que está teniendo lugar un cambio en el movimiento macrobiótico?

Respuesta: Como movimiento, la macrobiótica, comparado con otros movimientos, parece estar quedándose atrás; empobrecido, a menudo idealista, predominantemente orientado hacia lo asiático y rígidamente encerrado en su arcaica ideología. Basándonos en la forma en que aparece, pienso que su atractivo al público en general está disminuyendo, a pesar de que algunas celebridades en prensa hablan sobre ella.

Y continúa diciendo:

La gente que empieza con la macrobiótica lo hace por una obsesión o deseo por estar sano, por conocer su filosofía o porque ha escuchado a algún famoso. Todo eso está bien, pero al final el factor que más ayuda a mantener viva la macrobiótica serán aquellas personas verdaderamente sanas que no surgen del fanatismo, ni condenan ni tienen una actitud arrogante sobre su filosofía u otras medios de curación.

Por desgracia, la mayoría de consultores macrobióticos han aprendido un protocolo lleno de formularios, los cuales son antiguos y casi mecánicos; “aquí está el círculo, aquí los porcentajes de cereales y verduras, prepara este plato 3 veces por semana, prepara está bebida 2 veces por semana, está es la columna de los “debería”, está es la columna de los “evita”, etc. “. En algunos casos habría que ofrecer directrices y a veces, recomendaciones muy específicas, pero lo que yo veo es una enorme cantidad de estrés generado por el intento de las personas para mantener todas esas recomendaciones “antiguas” y poco adaptativas. Todo eso es muy agotador. Francamente, lo contrario a lo que se pretende.

Por algunos de los escritos que he visto y la forma en que en algunos círculos la macrobiótica es impartida, el movimiento tiene un punto de fundamentalismo. Frecuentemente es explicado de un modo polarizado, dando listas de lo bueno y lo malo, con leyes y castigos (“violando el orden del universo”). Creo que necesita modernizarse. Hay algo arcaico acerca de la formula dietética porque ellos se basan en modelos de ideas, no en la realidad bioquímica de la condición de la gente moderna.

Yo creo que nosotros tenemos que detener este tipo de macrobiótica y  ser realistas al entender que la genética, los estímulos emocionales, el ambiente, y la práctica espiritual, todo juega una parte importante en nuestra salud y que todo no depende de nuestras 3 comidas al día, el condimento que usemos o el masticar hasta volvernos azules.

Muchas muertes de gente macrobiótica, aparentemente sana, indican esta realidad, y es hora de enfrentarse a la gente que atribuyen estas muertes a un consumo excesivo de productos con harina, a un exceso de sal o cualquier otra mono-idea que es expresada. Teniendo en cuenta una visión global de las cosas, esto es pensar de forma muy limitada.

Hay una simplicidad casi infantil en algunas de ls recomendaciones que desafia las realidades de nuestras condiciones, el estilo de vida moderno y lo que nosotros conocermos por trabajo práctico. Se sabe que un reconocido profesor de macrobiótica dijo que la leucemia es uno de los cánceres más fáciles de de curar con macrobiótica. Un amigo mío, un hombre europeo de 57 años, fue recientemente diagnosticado con leucemia y tenía un número elevado de células leucémicas. Muy alto. De hecho, se habían extendido por todo su cuerpo y también (eso se descubrió luego) infiltradas en su médula.

Estaba severamente anémico y difícilmente podía mantener su respiración, la cual le estaba causando estrés cardiaco. Por teléfono, un consultor le dijo que él únicamente necesitaba hacerse más yang y que la leucemia era “fácil de curar”. Tal consejo va en contra de la supervivencia, de forma instintiva y real. No soy seguidor de la medicina occidental, sin embargo, su tecnología ha salvado mi vida y muchas otras en momentos de crisis. A veces es necesaria. Pero actitudes simplistas y dogmáticas, y el desprecio de la medicina occidental, puede ser a menudo peligroso.

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Estrategias para aumentar la salud con macrobiótica

dieta macrobiótica y salud
Una alimentación macrobiótica nos ayuda a recuperar la salud

¿Qué comer cuando uno padece una alteración de la salud? En muchos casos dependerá del tipo de enfermedad. Por ejemplo, si alguien padece diabetes entonces se evitarán los dulces, los productos refinados… y se aumentará el consumo de productos integrales, frutas y verduras. En otros casos la enfermedad que padecemos no recomienda un régimen alimenticio particular. ¿Qué comer en esos casos? Esa es la pregunta a la que intenta responder esta entrada.

En la entrada “Una dieta macrobiótica para superar la enfermedad” describíamos los tantos por cien recomendados de cada tipo de alimento (cereales, verduras, legumbres, etc.) para diseñar una dieta macrobiótica cuyo objetivo fuese el superar una enfermedad. Aquí seremos más específicos, dando una serie de recomendaciones. Para ello nos dejamos aconsejar por Verne Varona, consultor macrobiótico de reconocido prestigio internacional.

  1. Consume cereal en grano, al menos 2 veces al día. En la macrobiótica tradicional el cereal más usado es el arroz integral. Puedes utilizarlo como cereal más frecuente y combinarlo o alternarlo con otros cereales como el mijo o la cebada. Para ver recetas con estos cereales puedes visitar las entradas Recetas macrobióticas con cereales (1), Recetas macrobióticas con cereales (2), Recetas macrobióticas con cereales (3)
  2. Toma verdura preparada con diferentes estilos: al vapor, en sopa, salteada en aceite o en agua o cruda. Incluye sobre todo las verduras dulces como cebollas, zanahorias, calabaza, col, maiz, etc. Estas verduras ayudará a reducir los deseos de dulce y relaja en caso de nervios.
  3. Usa de 1 a 2 cucharadias de aceite diariamente. Recordar que esta cantidad es para dietas destinadas a la recuperación de una enfermedad o estado de salud delicado. Si se goza de buena salud las cantidades aumentan. Puedes utilizar el aceite en ensaldas o para saltear cereales, verduras o legumbres. El aceite de oliva virgen extra o el aceite de sésamo pueden ser una buena opción.
  4. Consume una fuente concentrada en proteínas como legumbres o productos derivados de las mismas (tofu, tempeh). En verano una fórmula que funciona son las legumbres en ensalada. Se pueden utilizar para preparar patés o bien añadir una pequeña cantidad en sopas.
  5. Prueba las algas. Para la mayoría de la gente las algas son algo nuevo que la macrobiótica está introduciendo en nuestra sociedad, atrévete a experimentar con ellas o simplemente añade una pequeña cantidad (del tamaño de un sello) cuando vayas a cocer tus cereales o legumbres, así aportará minerales al agua de cocción.
  6. Procura que los platos sean variados en cuanto a sabores y métodos de preparación. La cocina debe serguir siendo divertida a pesar de estar delicados de salud.
  7. Sigue utilizando la sal, pero no la refinada sino la sal sin refinar que aporta una cantidad importante de minerales que ayuda a alcalinizar los alimentos.
  8. Come de cuatro a seis veces al día, así reducirás las probabilidades de comer demasiado. Eso sí,  no te hinches las cuatro/seis veces que te sientes a comer, sino toma pequeñas cantidades. De este modo también se reducen las ganas de tomar dulce.
  9. Disfruta de un té, infusión o café de cereales después de cada comida, así mejorará tu digestión y el cuerpo aprenderá que ha llegado el final de la comida.
  10. Come una pequeña cantidad de alimentos fermentados cada día. Los alimentos fermentados como el chucrut o los encurtidos (pickles) mejoran la actividad de las bacterias intestinales encargadas de digerir los alimentos. El miso es otro alimento que cumple la misma función. Puedes utilizarlo en la elaboración de sopas. Para ver recetas de sopas con miso ir a las entradas Recetas con sopas macrobióticas (1)Recetas con sopas macrobióticas (2)

Con estos diez puntos nos queda más claro qué hacer en la cocina cuando nuestra salud flaquea. En caso de necesitar instrucciones más específicas ya recurriríamos a los servicios de un consultor macrobiótico.

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Lo que comes hoy, habla mañana

macrobiótica y bocadillos enfadados
Si cocinamos enfadados, nuestra comida creará enfado

En el Instituto Kushi de Estados Unidos disponen de una amplia biblioteca de la que hice uso durante mi estancia. Allí estaban a nuestra disposición infinidad de libros sobre macrobiótica, medicina china, salud, cocina general, filosofía, etc. Tomaba notas de aquellos libros que me soprendían. Uno de ellos fue un libro titulado “Zen and the art of cooking” de Jon Sandifer, consultor macrobiótico afincado en Londres.

De entre mis notas personales sobre el libro me gustaría compartir con vosotros un apartado en el que se resalta la importanacia del cocinar como medio de expresión. La traducción literal del apartado sería algo así como “Autoexpresión en el cocinar”. Sandifer enumera seis puntos que a continuación comento:

MINIMIZA EL USO DE RECETAS

El no estar atento a las medidas permite la entrada de la intuición. En este sentido cocinar se considera un arte, al igual que un pintor se coloca frente a un lienzo en blanco y deja a la intuición hacer su trabajo (basado en un estudio y formación previa), del mismo modo hacemos nosotros con nuestros platos vacíos. Hace algún tiempo escribí en un antiguo blog el siguiente fragmento sobre las recetas: “Las recetas no son el punto final, sino el inicio que lleva a la propia creatividad”.

SÉ CONSCIENTE DE TU ACTUAL CHI

Tu energía pasa a los alimentos. Cocineros cansados producen comida cansada. Este punto me recuerda a la charla impartida por el monje budista Dorje Dondrub en el I Congreso de Macrobiótica Mediterránea (Univerdidad Jaume I, Castellón 2010). Nos mostró como el estado de todo aquel que entre en contacto con el alimento afecta a la calidad del alimento en sí. El agricultor que lo cosecha, quien lo transporta, quien te lo vende, y por su puesto quien lo cocina. Por eso comentaba que en los monasterios budistas uno de los puestos más cuidados es el de cocinero. “Allí no cocina cualquiera”. Con esto no quiero desanimar a nadie, sino dar un toque de atención para que estemos atentos a nuestro estado cuando nos disponemos a cocinar.

CONFÍA EN EL PROCESO

Que la ansiedad no te pueda. Aprende a tener la capacidad de estar en calma en el aparente caos. El proceso no se diferencia de los fines. Algo creado con nervios, por bueno que esté, transmitirá nervios. Al mismo tiempo el mundo es incierto, incluso una receta no sabemos cómo saldrá, y si eso sumamos que es la primera vez que la ahacemos, que tenemos invitados en casa, lo más probable serán los nervios. Aceptemos la incertidumbre y confiemos en el proceso, que salga como salga, nuestro plato transmita calma y confianza.

PERMANECE EN EL MOMENTO PRESENTE

Que el cocinar sea tu meditación. Eso se traduce en observar pensamientos y emociones mientras se cortan las zanahorias, recuerdos mientras se cuece el arroz, preocupaciones acerca del futuro mientras se saltea la verdura… Observamos pero permanecemos con el cocinar, apenas nos alejamos volvemos a ese momento presente el que cogemos suavemente la cuchara y probamos cómo va nuestra obra de arte.

SUSPENDE EL JUICIO

Suspende el juicio sobre los distintos tipos de alimentos. Todo ingrediente es comestible y proviene de una misma fuente: Este planeta. Apreciarlo y adoptar un acercamiento flexible. Existen ocasiones en que lo más recomendable es hacer lo “no-recomendable”. De todas formas, deja por un momento los principios e ideales y decide si comer o no comer un alimento según el momento. De la misma manera hazlo para utilizar uno u otro ingrediente en tus platos.

¿CÓMO ESTÁS CUANDO COCINAS?

Evita cocinar cuando estás enfadado: “What you eat today, talks tomorrow” [Lo que comes hoy, habla mañana] Escribe Sandifer en su libro. Me pareció tan buena esta frase que decidí ponerla por título. Considera tus platos como aquello que contiene y transporta tu estado de ánimo.

Estos ha sido varios puntos que resaltan la importancia del “cómo” en la cocina macrobiótica. Cocinar no es solamente un labor mecánica en la que se combinan una serie de ingredientes para producir un resultado, sino una forma de comunicación cuya expresión material es un plato con comida pero cuyo efecto va más allá de lo visible. En macrobiótica cuidamos los ingredientes que no aparecen en las recetas.

Cocina con amor.

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