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¿Puedo tomar café si sigo la macrobiótica?

Cafe en la macrobiotica
¿Es macrobiótico incluir el café en la dieta? ¿Y sólo un cafetito por la mañana?

¿Puedo tomar café si sigo una dieta macrobiótica?” Cada vez que me realizan esta pregunta  recuerdo que Michio Kushi (considerado por muchos el fundador de la macrobiótica moderna) tomaba una taza de café para desayunar. Sin embargo, si acudimos a la pirámide macrobiótica que diseñó, los estimulantes no aparecen. Si acudimos a su libro The Macrobiotic Path To Total Health, el café es considerado una bebida a evitar.

¿Qué nos indica está contradicción?

En macrobiótica solemos decir que no existen alimentos prohibidos sino efectos deseables o indeseables. A largo plazo el consumo de café parece tener efectos perjudiciales para la salud, como veremos más adelante, sin embargo, en momentos concretos puede ayudarnos a conseguir lo que queremos. Veamos varios ejemplos en la vida de tres consultores macrobióticos diferentes.

1.- CAFÉ PARA CONDUCIR

Nuestro consultor nº1 nunca toma café. No lo necesita pues se levanta lúcido y con la energía suficiente para todas las tareas que implica un día de trabajo normal.  Por motivos personales ha de realizar un viaje largo incluyendo la noche. Decide tomar una taza de café, como no lo toma nunca,  nota sus efectos de inmediato. Conduce atento toda la noche.

2.- CAFÉ PARA SUPERAR UN PERÍODO CRÍTICO EN EL TRABAJO

Nuestro consultor nº2  habitualmente no toma café. El centro donde trabaja le exige el diseño y entrega de una nueva documentación que formará parte de nuevos procedimientos que se quieren implementar al mes siguiente. El tiempo se le echa encima,  toma café a media tarde para poder vencer la tendencia natural al sueño consecuencia de todo un día prestando atención. Lo toma durante dos días y consigue cumplir los plazos de entrega.

– ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS EFECTOS DEL CAFÉ –

El café tiene efectos negativos sobre nuestra salud y también efectos positivos sobre nuestro desempeño. En la bibliografía encontramos autores que destacan únicamente los efectos negativos. Francisco Fajardo en su libro “Dime qué comes y te diré de qué enfermarás” enumera los siguientes efectos:

– Crea adicción. Si después de una temporada tomando café lo dejo, puedo experimentar síntomas molestos como por ejemplo: dolor de cabeza, mareos, irritabilidad, nerviosismo, depresión y nauseas.
– Aumenta los riesgos durante el embarazo. Las madres que consumen cafeína durante el embarazo corren el riesgo de dar a luz a un bebé de bajo peso. El uso de la cafeína antes y durante el embarazo aumenta los riesgos de pérdida del feto. Seis o más tazas de café al día aumentan los riesgos de aborto espontáneo, especialmente durante el primer y segundo trimestre.
-Los niveles de colesterol (de baja densidad que es considerado el “malo”) y de triglicéridos aumenta notablemente si se toma 6 o más tazas de café al día.
– Las personas que consumen más de 9 tazas de café al día tienen más riesgo de padecer arritmias cardíacas, hipertensión y endurecimiento de las arterias.
– El consumo de café se relaciona con diferentes tipos de cáncer.
– Consumir más de 300mg de cafeína al día aumenta los riesgos de pérdida de calcio de los huesos, en especial de las mujeres después de la menopausia.
– El café dificulta la absorción de hierro, lo cual promueve los casos de anemia.
– El consumo de café promueve el consumo de otras drogas como por ejemplo el tabaco. En la consulta macrobiótica es habitual comprobar como la persona que toma café de forma habitual también consume tabaco.
– Si reemplazamos el agua que ingerimos por café nuestra azúcar en sangre aumenta de forma drástica y prolongada.
– En las personas más sensibles puede provocar insomnio.

Otros autores como por ejemplo Olga Cuevas tiene en cuenta lo negativo pero también lo positivo del café. Como efectos positivos destaca:

– El consumo de café tras las comidas facilita la digestión ya que la cafeína activa las secreciones gástricas y la movilidad intestinal. Pero, por otro lado, ese mismo efecto puede provocar en algunas personas ardor de estómago, diarreas o simplemente un efecto laxante y diurético.
– Durante la práctica deportiva, el hecho de haber tomado café facilita las contracciones musculares retardando la fatiga y aumentando la capacidad y la frecuencia de las respiraciones.

También encontramos positivo y negativo en las palabras que Michio Kushi escribe en su libro “The Macrobiotic Path To Total Health”:

“El café y otros estimulantes tienen efecto yin o expansivo intenso provocando que la energía en el cuerpo se acelere, contribuyendo a sentirse más despierto y estimulando así el cerebro y el sistema nervioso. Aún así, también es la causa de que el corazón lata más rápido, de que los intestinos no pierdan su capacidad de contraerse, aumenta el colesterol y debilitan la función reproductiva. Mentalmente la cafeína estímula el pensamiento, la conversación y otras actividades intelectuales y sociales, pero la mayoría de sus efectos duran poco tiempo”.

3.- EXPERIENCIA PERSONAL DE DENNY WAXMAN

Como último ejemplo he querido dejar a Denny Waxman, consultor macrobiótico americano que lleva cerca de 40 años como consultor y que en uno de sus post nos deja esta valiosa reflexión sobre el café:

Al principio no me gustaba demasiado el café. A veces me hacía sentir nervioso, mientras que otras no me dejaba dormir. Sin embargo, empecé a apreciar la estimulación mental, las ideas fluyendo y las animadas conversaciones que facilitaba el hecho de tomar café. Con los años el café se volvió una parte integral y esencial de quien yo era. Empecé a sentir que no podía enseñar o pasar consulta sin mi taza de café. Incluso sentí que era mi obligación sacar siempre lo mejor de mi. Conforme pasaban los años empecé a sentir que el café tenía otro efecto, el lado oscuro. Parecía que el café realmente me hacía sentir más cansado que energetizado.

Amaba el impacto que recibía de una buena taza de café, pero mi energía y resistencia en general iba disminuyendo. Quizás fuera mi edad, pero creo que fue los efectos a largo plazo del café diario. Lo que más me molestaba de tomar café era el hecho de ser adicto a él. Me empezó a preocupar el no poder empezar el día sin una taza de café. A medida que pasaban los años intenté eliminar todas mis adicciones, pero el café seguía estando ahí, sacando lo mejor de mi.

Este pensamiento estuvo en mi durante uno o dos años, hasta que un día desperté advirtiendo que no necesitaba mi taza de café. Fue una revelación. Empecé a beber té negro y empecé a apreciar las sutiliezas de un buen té negro. Empecé a aprender sobre la cultura del té y, con el tiempo, dejé de echar de menos mi café de la mañana. Cuando viajaba tomaba café y al volver a casa volvía al té negro. Entonces, algo interesante sucedió. Una pocas personas me mandaron artículos sobre los beneficios del café. También unos cuantos amigos cuestionaron mi elección de no beber café. Como resultado empecé a pensar sobre el café de nuevo. Oí que Rudolph Steiner era fan del café y empecé a leer sus ensayos sobre el café y el té. De acuerdo con Rudolph Steiner, el café crea pensamientos que fluyen en un orden lógico. El té, por otro lado, crea pensamientos más dispersos. Un día, estaba teniendo dificultades con mi blog, hice un experimento y tomé una taza de café. Poco después, mis ideas empezaron a fluir libremente.

Creo que ahora que he re-introducido el café en mi vida estoy más satisfecho con mi taza de café de la mañana. Espero que disfrutéis los resultados [los posts del blog]. En algún momento puede que desee volver al té, en ese momento os lo haré saber.

– CONCLUSIÓN: ¿PERO DEBO TOMAR CAFÉ? ¿SI O NO? –

De los ejemplos anteriores se desprende que es recomendable dejar el café para momentos puntuales donde necesitemos una estimulación extra, sobre todo si es a nivel intelectual o creativo. Tomarlo a largo plazo conlleva más efectos negativos que positivos.
En los siguientes casos tendríamos que evitarlo, ya que puede agravar los síntomas negativos: insomnio, cisititis, hipertensión, úlceras, ardores de estómago, diarreas, colitis ulcerosas.
Si necesitamos una estimulación extra y no queremos/podemos tomar café, Olga Cuevas recomienda decantarse por el guaraná (que también contiene cafeína pero es de absorción más lenta), el jengibre, el té verde o el gingsen.

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Macrobiótica vs Alimentación Consciente

A mi vuelta de EEUU empecé a trabajar como consultor macrobiótico y conferenciante en un centro de terapias holísticas. El dueño del centro, un hombre con bastante experiencia en todos estos temas, etiquetó a las actividades que yo realizaba como “Alimentación Consciente”; lo puso en la web, en los carteles, en los folletos publicitarios… Ello me hizo pensar en la relación de esos dos conceptos: Macrobiótica versus Alimentación Consciente.

La macrobiótica es un movimiento. La macrobiótica es un conjunto de libros. La macrobiótica es lo que hacen un grupo de consultores. No es universal. Sin embargo, existe algo muy relacionado con la macrobiótica que sí es universal: Comer conscientemente.

Uno puede alimentarse conscientemente sin necesidad de conocer la macrobiótica. Un macrobiótico puede serlo toda la vida sin llegar a alimentarse nunca de forma consciente.

Desde mi punto de vista, la macrobiótica es un trampolín, una herramienta que nos lleva de una alimentación automática a una consciente donde sabemos qué efectos tiene en nosotros lo que comemos.

En esta línea, Thich Nhat Hanh y la Dra. Lilian Cheung han escrito un libro que trata sobre la alimentación consciente. Lo enfocan para aquellas personas que quieren perder peso, aunque sus lecciones sirven para todos los que deseen ser más conscientes al comer. Entre los diferentes capítulos del libro me ha parecido interesante para este post una sección llamada “Las 7 prácticas del comensal consciente”. En esta sección se trata el “Cómo” comer, una parte de la que la macrobiótica también se encarga. A continuación cito las siete prácticas y comento cada una de ellas.

LAS 7 PRÁCTICAS DEL COMENSAL CONSCIENTE

– Adaptado del libro Saborear, de Thich Nhat Hanh y Lilian Cheung –

1.- HONRA LOS ALIMENTOS

Agradece la presencia de los alimentos porque por ellos estás vivo y de ellos se harán realidad los proyectos que tienes en mente.  Thich Nhat Hanh propone varias fórmulas para decir o pensar  antes de cada comida:

  1. Estos alimentos son el regalo de todo el universo: la tierra, el cielo, los numerosos seres vivos y mucho trabajo intenso y cariñoso.
  2. Comamos con atención plena y gratitud, para merecer recibirlos.
  3. Aceptemos estos alimentos para nutrir nuestra hermandad y fraternidad, reforzar nuestra comunidad y alentar nuestro ideal de servir a todos los seres vivos.

El momento de comer es importante, no sólo lo que se come. En todos los centros de macrobiótica donde estuve prestaron atención a este aspecto, desde el curso para principiantes en mi ciudad hasta el curso para profesores especializados en la otra punta del mundo. Incluso en ocasiones el modo de comer transforma el efecto perjudicial de algunos alimentos (ver ¿Qué diría George Ohsawa de un dulce de Navidad?). Los autores del libro afirman que en Vietman existe la costumbre de no reñir a nadie que esté comiendo, ya que si no se perjudicará su digestión. Una forma sencilla de empezar con esta práctica sería liberarse de las distracciones durante la comida, como por ejemplo, la televisión, el ordenador o el móvil.

2.- UTILIZA LOS SEIS SENTIDOS

Utiliza todos tus sentidos a la hora de comer. Advierte como huelen los alimentos, qué colores tienen, sus texturas y sonidos, incluso la respuesta mental a ellos. Al dar el primer bocado detente por un instante y comprueba el sabor como si fuera la primera vez que pruebas ese alimento.

3.- SÍRVETE RACIONES PEQUEÑAS

Comer con moderación es un hábito que nos beneficia. Varios de los pueblos más longevos del planeta tienen esta sana costumbre (Longevidad, consecuencia de una vida macrobiótica). Comer de forma consciente nos llevará a comer aquello que necesita el cuerpo. Normalmente comemos de más porque estamos distraidos. Al reducir la distracción, también reduciremos la cantidad de comida que ingerimos.

4.- TOMA BOCADOS PEQUEÑOS Y MASTICA CUIDADOSAMENTE

Masticar cuidadosamente tiene múltiples beneficios: mejora nuestra digestión, hará que comamos menos, saborearemos mejor los alimentos. Para ampliar ir al post Masticar: Una solución para el malestar emocional

5.- COME LENTAMENTE, ASÍ NO COMERÁS DE MÁS

Si comemos atentos lo más seguro es que comamos lo suficiente pero no demasiado. En la medicina china, de donde viene parte de los conocimientos de la macrobiótica tradicional, se recomienda comer hasta que nuestro estómago esté un 80% lleno y nunca llenarse hasta el límite. Comer demasiado de una sentado debilitará nuestro poder digestivo y nos agotará en vez de darnos energía.

6.- NO TE SALTES LAS COMIDAS

Saltarse las comidas nos puede llevar a tener tanta hambre que nos será difícil ser conscientes de lo que hacemos. Elegiremos alimentos que no nos convienen o comeremos hasta que ya no podamos más. El cuerpo humano es un organismo de costumbres y le estaremos ayudando siempre que sigamos los mismo ritmos. El terapeuta Andreas Moritz, tras recomendar unas horas concretas para desayunar, comer y cenar, las ideales para el cuerpo, acaba afirmando: “Comer a diferentes horas durante la semana y durante el fin de semana es todavía peor que tomar la comida principal por la tarde. Es importante mantener un horario regular a fin de evitar crear confusión en el cuerpo a la hora de secretar las hormonas y los jugos gástricos”.

7.- SIGUE UNA DIETA BASADA EN PLANTAS, POR TU SALUD Y POR LA DEL PLANETA

En numerosos posts hemos explicado en qué consiste una dieta basada en plantas y porque de su conveniencia, por ejemplo ver Lecciones de “El estudio de China” para perder peso. De nuevo, en boca de Thich Nhat Hanh y Lilian Cheung encontramos la misma recomendación:

Cuando los comensales conscientes miran profundamente la comida que están a punto de tomar, ven más allá del borde del plato. Ven el daño que ciertos alimentos de origen animal pueden causar en sus organismos: el elevado riesgo de cáncer de colon derivado de la ingestión de carne roja o carnes procesadas, por ejemplo, o el alto riesgo de enfermedades cardiovasculares que provoca la grasa saturada que encontramos en la carne y los productos lácteos. Y también tienen presente la peligrosa influencia destructiva que la producción de carne y la industria láctea ejercen en el medio ambiente.

 

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Masticar: Una solución para el malestar emocional

macrobiótica y malestar emocional
Descubre qué sucede al masticar conscientemente cada bocado. La macrobiótica no es sólo nutrición.

Existen dos maneras diferentes de abordar el malestar emocional: (1) Dirigiendo nuestra atención hacia fuera. Es el modo que nos han enseñado desde pequeños. Te sientes mal, buscas la causa “ahí fuera” y la cambias. (2) Otra forma: Te olvidas de todo y te centras en ti mismo. Nadie nos habló acerca de ello cuando estábamos creciendo.

Jiddu Krishnamurti solía decir que la solución a un problema está en el problema mismo, no fuera de él. ¿A qué se refería con ello?  ¿Y que relación tiene con el acto de masticar?

Cuando nos sentimos mal, nuestra inercia es mirar hacia fuera, dirigir nuestra atención hacia todo lo que no es el malestar emocional. Miramos nuestras relaciones, nuestra situación laboral, nuestra economía, nuestra conducta,… todos son candidatos a los que colgar el cartel de “Soy la causa de tu malestar”. Si logro averiguar cuál es la causa y la arreglo, dejaré de estar mal. El método a veces funciona y a veces no. Lo curioso de todo es que nunca parece ser suficiente, ya que el malestar acaba por volver al cabo de un tiempo.

¿Existe algún remedio contra el malestar emocional recurrente? Krishnamurti apunta en esa dirección. Él dice: “No mires a ninguna otra parte, quédate con lo que es, es ahí donde está la solución”. Y para quedarse con lo que es uno ha de aprender a observar sin juicio. Para observar sin juicio podemos practicar con diferentes actividades, una de ellas es la masticación (además tendremos beneficios adicionales, ver última parte de la entrada).

Cualquier actividad que realicemos de forma consciente, observando, facilitará la observación de cualquier otra cosa que ocurra en nosotros (pensamientos, emociones, sensaciones físicas, movimientos). Podemos elegir realizar alguna práctica formal, como la meditación o el yoga, pero también podemos elegir una práctica cotidiana como lavar los platos, caminar hasta el lugar de trabajo, o bien, masticar.

Masticar conscientemente nos permitirá ser testigos sanadores de nuestro malestar emocional. Recuerdo que en una ocasión, estando en la escuela de macrobiótica Cuisine et Santé (Saint Gaudens, Francia) tuve una riña con uno de los trabajadores. Durante la comida siguiente me centré en la masticación, cada bocado, 50 veces, cada bocado, 50 veces, conscientemente… Para mi sorpresa fui testigo de la disolución del malestar. ¡Fue tan claro el efecto de masticar conscientemente! Fue algo tan físico y real; una nube de humo deshaciéndose en el cielo.

Masticar no sólo nos ayudará a sortear con éxito períodos de malestar emocional, sino que además nos aportará las siguientes ventajas:

  • Convertirá la comida ingerida en trozos diminutos, lo que aumenta su área expuesta a las enzimas digestivas de la saliva y los jugos gástricos, mejorando así la digestión y abosorción.
  • Se producirá más saliva, la cual contiene importantes enzimas que ayudan a extraer los nutrientes del alimento y neutralizar los parásitos contenidos en la comida (prevenimos así las caries o otro tipo de infecciones). Recomendada por estas razones en el super-ventas “La Enzima Prodigiosa” (pincha para ver un resumen del libro en este blog).
  • Favorecerá el predominio del sistema nervioso parasimpático por encima del simpático, lo cual le dice a todo el cuerpo: “Ahora toca hacer la digestión, nada de distracciones ni estreses”. Todo ello tiene un efecto relajante.
  • Compensará la falta de hidratación de alimentos como panes y galletas; alimentos densos que nos obligan a beber más de lo necesario.
  • Nos permitirá extraer los sabores de los alimentos integrales como cereales y verduras. Disfrutamos más de la comida.
  • Comeremos menos, pues al tardar más tiempo en ingerir la comida percibimos antes las señales de nuestro cuerpo diciéndonos que estamos saciados. Si comemos menos perderemos peso en caso de sobrarnos unos kilos. Para más recomendaciones para perder peso puedes ir a “Un método para perder peso con macrobiótica“.
  • Estaremos más tiempo en el presente, pues al estar atentos a la masticación advertimos cuando los pensamientos y/o imágenes mentales intenten llevarnos a cualquier otro sitio.

En la macrobiótica tradicional se recomienda masticar cada bocado alrededor de 50 veces. En mi opinión esa cifra hemos de tomarla como referencia y no de forma estricta. Detrás de esa cifra se esconde la recomendación más sencilla de “mastica bien lo que comes”. En este sentido, el consultor macrobiótico Verne Varona nos sugiere que no contemos las veces que masticamos,  pues puede llegar a obsesionarnos y a comer mecánicamente. En cambio, sugiere que elijamos un día a la semana, una comida, y que mastiquemos conscientemente cada bocado, sin prisa. Los efectos de esa comida irán calando en las comidas siguientes, casi sin notarlo, de forma natural.

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¿Estoy sano según la macrobiótica? (1ª parte)

Salud y macrobiotica
¿Te consideras una persona sana? ¿Cómo saber se vas por buen camino? Veamos qué dice la macrobiótica

Para saber si estamos sanos podemos utilizar varios criterios que, en el caso de cumplirlos, diremos que estamos sanos. El criterio más sencillo es el de “ausencia de enfermedad”; si no padezco ninguna enfermedad es que estoy sano. La Organización Mundial de la Salud amplia el criterio y dice: “Si experimentas un completo bienestar físico, mental y social, además de la ausencia de enfermedad, entonces es que estás sano”. ¿Qué dice la macrobiótica al respecto?

12 INDICADORES DE SALUD MACROBIÓTICA

Durante mi estancia en la Escuela Macrobiótica ISANA, Ana López nos instruyó magistralmente sobre cuales eran las características de una persona macrobióticamente sana.  A continuación expongo parte de aquella clase junto con algunas notas personales y sugerencias del consultor macrobiótico Verne Varona.

1. ENERGÍA

La energía que tenemos a lo largo del día es el principal indicador de salud. La macrobiótica constituye un conjunto de conocimientos que se emplean para facilitar a las personas conseguir sus objetivos. ¿Qué sueño no requiere de energía para poder manifestarse? Conseguir un buen trabajo, ser un excelente profesional, conseguir la casa soñada o criar a los hijos requiere grandes cantidades de energía. Una persona sana, según la macrobiótica, dispone de la energía suficiente para realizar todo ello, pero no es una falsa energía (la que deriva de los estimulantes como café o azúcar) sino una energía real, resultado de una alimentación y un estilo de vida acorde con nuestra naturaleza.

Aprende a aumentar la energía de tus platos en el post La macrobiótica energiza lo que comes.

2. APETITO

En la zona donde vivo, las personas mayores suelen decir que el hambre es sinónimo de salud. Por el contrario, uno de los principales síntomas cuando alguien está enfermo es la ausencia de apetito. Todo el mundo lo ha experimentado al coger un catarro o tener unas décimas de fiebre. Por tanto, una persona sana tiene buen apetito, y no sólo por la comida sino por otro tipo de cosas como el sexo, la exploración intelectual o el conocer como le va a los de su alrededor.

3. REGULARIDAD INTESTINAL

Hiromi Shinya, autor del famoso libro “La enzima prodigiosa”, del cuál hablaremos próximamente, comenta lo siguiente:

Durante décadas de práctica clínica, al dar consulta a literalmente cientos de miles de personas como endoscopista gastrointestinal, he aprendido que cuando el sistema gastrointestinal de una persona está limpio, el cuerpo de esa persona es capaz, con cierta facilidad, de combatir enfermedades de cualquier tipo. Por el contrario, cuando el sistema gastrointestinal está sucio, esa persona será propensa a sufrir de algún tipo de enfermedad.

El 80% del sistema inmune del organismo se encuentra en los intestinos, por ello mantenerlos limpios constituye una pieza clave para mantenernos sanos. El tiempo medio que tarda la comida desde que es ingerida hasta que se expulsa es de 16 a 22 horas en una persona sana; todo lo que se prolongue a partir de ahí da como resultado una acumulación de toxinas que compromete los mecanismos de defensa del organismo.

4. SUEÑO PROFUNDO

Durante el sueño pasamos varias fases. Existe la fase 1, 2, 3, 4 y 5. Las fases 3 y 4 son consideradas sueño profundo, y la fase 5 sueño REM (fase en la que soñamos). Estudios con ratas han demostrado que si se les priva del sueño profundo (fases 3 y 4) mueren a los pocos días  (Purves y cols., 2001). No están claras aún las razones por las que se duerme pero sí se sabe que su privación trae consecuencias fatales.

También son muy frecuentes los trastornos del sueño en afecciones generales como por ejemplo la fibromialgia. Estudios sobre el sueño han demostrado que si privamos a una persona de sueño profundo comienza a experimentar síntomas parecidos a los que se dan en la fibromialgia (estudio aparecido en el libro “Fibromialgia” de M. Martínez Lavín, 2006).

Una serie de recomendaciones sencillas para para facilitar el tener un sueño reparador:

  • Cenar temprano, mínimo 2 ó 3 horas antes de irse a dormir, recomendación frecuente en macrobiótica
  • Seguir horarios regulares para acostarse y levantarse
  • Estar en la cama solamente para dormir
  • Realizar ejercicio físico de forma regular
  • “Desconectar” de los quehaceres y problemas diarios minutos antes de irse a dormir
  • Procurar estar al sol al menos 15 minutos al día

5. ESTABILIDAD EMOCIONAL

Una alimentación equilibrada, compuesta en su mayor parte de alimentos centrales (cereales, legumbres, verduras, etc.)  contribuye a una experiencia psicológica equilibrada, mientras que si consumimos alimentos extremos como azúcar o productos químicos, nuestro estado de ánimo puede variar bruscamente. La salud responde más a la definición de un estado de equilibrio sostenido que a un equilibrio como resultado de oscilaciones bruscas de un polo al contrario.

Para más información al respecto visita los posts Beneficios de una dieta macrobiótica o Por qué no-azúcar en macrobiótica.

6. DESEOS O ANSIAS POR ALIMENTOS CONCRETOS

Los deseos intensos por un alimento concreto en muchos casos nos están indicando un desequilibrio dietético o nutricional. Una comida demasiado salada o concentrada dará como resultado un deseo intenso de consumir alimentos dulces, o bien un gran volumen de líquidos. No es que haya que evitar tomar aquello que nos apetece irresistiblemente, sino intentar modificar las condiciones que hicieron surgir el deseo.

Aparte de los desequilibrios dietéticos y/o nutricionales, los deseos intensos por alimentos concretos también pueden tener un origen psicológico. En ese caso, habría que advertirlo e intentar poner remedio  en la misma dimensión en la que se da el desequilibrio. Por ejemplo, ante estados de ansiedad intentaríamos equilibrar a la persona mediante ejercicios psicológicos:  ejercicios de relajación, meditar, reflexionar acerca de lo que nos preocupa, etc.

En el siguiente post atenderemos a los 6 puntos restantes y podremos seguir respondiendo a la pregunta de si estamos o no sanos según la teoría macrobiótica.

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Comer muchos cereales no es macrobiótica

En macrobiótica existen alimentos “sagrados” o “intocables”. Los cereales, las verduras, las legumbres o las semillas  se recomiendan continuamente en libros, charlas y páginas web. Se recomiendan tanto que llegan a parecer inofensivos, incapaces de provocar desequilibrio alguno, pero… ¿es eso cierto?

Hace algunos años, cuando empecé con la macrobiótica, reduje el consumo de alimentos extremos (azúcar, carne, huevos, pescado) y me volqué casi por completo en las verduras y los cereales. Varios meses después había adelgazado 6 kilos y había perdido energía y capacidad para realizar ejercicio físico intenso. Y no era por falta de comida porque tomaba grandes platos de arroz, mijo o cebada, pero seguía sin tener energía. ¿Qué ocurrió?

En macrobiótica se clasifican los alimentos en un continuo yin-yang. En el extremo yin encontramos los alimentos con efectos expansivos (azúcar, medicamentos, conservantes, alcohol…). En el extremo yang tenemos los alimentos con efectos contractivos (sal, tamari, huevos, carnes rojas…). Se recomienda que la dieta se base en los alimentos centrales, que son: los cereales, las legumbres, las semillas, las algas y las verduras. De esta recomendación surge una pregunta: ¿A más alimentos centrales más equilibrio? Mi experiencia me dice que no. El equilibrio necesita la participación de muchos y variados ingredientes, al igual que una buena receta, un buen día o una excelente obra de arte… todos ellos incluyen diferentes y variados elementos que combinados de forma armónica resultan en un todo equilibrado. La macrobiótica consiste en saber combinar, y en esta combinación también existe un sitio para los extremos, incluso me atrevería a decir que son necesarios.

LO QUE APRENDÍ DE COMER MUCHOS CEREALES

A medida que fui a prendiendo macrobiótica me di cuenta de mis errores iniciales. Uno de ellos fue basar mi dieta de forma excesiva en los cereales, lo cual me llevó a la falta de energía y otros síntomas que ya he comentado más arriba. Ahora comparto mi experiencia de manera que entre todos podamos hacer la macrobiótica más macrobiótica. Esto fue lo que aprendí de comer arroz, mijo y otros cereales a todas horas:

1. LA REGLA “CUANTOS MÁS CEREALES MEJOR” NO VALE

Ten en cuenta tus características personales para saber si es conveniente tomar más o menos cereales. El consultor macrobiótico Verne Varona, recomienda diferentes proporciones de cereales según tus propósitos. Si estás empezando con la macrobiótica toma un 25% de cereales en grano y un 5 % de productos derivados de cereales (pan, pasta, otros productos hechos con harina). Si eres una persona muy ocupada, que siempre va de aquí para allá, permítete comer menos cereales en grano y aumentar ligeramente los productos derivados de cereales, te hará la vida más fácil. Si lo que quieres es perder peso mantén el consumo de cereales en grano en un 15-20% y reduce al máximo los productos derivados. Si actualmente te estás recuperando de alguna enfermedad seria aumenta los cereales de tu dieta hasta llegar a un 45% del total.

2. LA CANTIDAD ANULA LA CALIDAD

Comer demasiado, sea lo que sea, dificulta las digestiones. No tienes porque notar ningún síntoma como pesadez, acidez, etc. pero la cantidad de nutrientes absorbidos se reduce por una sobrecarga del sistema digestivo. La cantidad de comida anula su calidad. Aunque nos alimentemos con los mejores productos, de origen vegetal y biológicos, si nos pasamos en cantidad estaremos debilitando nuestra condición.

3. CUANDO LOS CEREALES ME QUITAN ENERGÍA Y SALUD

Abusar de los cereales nos puede llevar a un organismo con exceso de acidez. Los cereales en forma de harina o en grano acidifican el organismo; también los integrales. Si comemos cereales en exceso, o bien, no los compensamos correctamente con verduras, algas y otros alimentos alcalinizantes podrían aparecer síntomas de acidez. Por ejemplo: falta de energía, pérdida del tono físico y psíquico, sensación de frío, tristeza, nerviosismo, palidez, llagas en la boca, caries dental, goteo constante de la nariz, piel seca y otros. Si quieres aprender más sobre el efecto alcalinizante o acidificante de los alimentos puedes visitar las siguientes entradas: Alimentos alcalinizantes en macrobiótica, Alimentos acidificantes en macrobiótica y Alimentos ácidos en macrobiótica.

4. SI LOS CEREALES LLENAN LA CASA, NO HABRÁ HUECO PARA TODO LO DEMÁS

Comer muchos cereales nos puede llevar a descuidar otros alimentos, lo que desemboca en un estado de desnutrición. El cuerpo intenta compensar comiendo más… y si nosotros nos empeñamos en seguir comiendo más cereales, entramos en un círculo vicioso del que no salimos nunca: Como cereales-> Mi cuerpo busca otros nutrientes mediante un aumento de apetito -> Como más cereales. La solución en estos casos sería introducir otro tipo de alimentos , sobre todo proteínas y grasas (pescado, huevos, frutos secos, legumbres, aceites de buena calidad).

5. CON ESPAGUETIS NO SUBES EL EVEREST

Si realizas ejercicio físico intenso quizás los cereales no sean suficientes para compensar el ejercicio y llevarte al equilibrio. Observa tu peso y energía, y si adviertes que disminuye incorpora más proteínas y grasas. Los cereales aún siendo alimentos centrales dentro del continuo yin-yang, a veces no son suficientes para compensar actividades intensas. Para ello quizás necesitemos incluir otros alimentos como pescado (2-3 veces por semana), algún huevo de origen biológico, más frutos secos y semillas, más aceites de calidad. Puedes profundizar en este tema en la entrada (y sus comentarios) Dieta macrobiótica para ganar peso.

Macrobiótica no es comer mucho de esto y poco de aquello, sino mantenernos alerta y saber combinar lo que tenemos en nuestro plato de forma que encaje con el resto de elementos que forman nuestra vida. Si cambia nuestro ambiente y queremos seguir equilibrados, nosotros también tendremos que cambiar. Los pilotos dicen: “Llevar un avión no es trazar el rumbo y ya está. Has de estar atento, el rumbo se corrige constantemente porque las condiciones ambientales cambian constantemente. Si quieres llegar a tu destino, no te eches a dormir”.

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