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Introducción a la macrobiótica en 10 puntos

Hoy en día, la macrobiótica disfruta de varios consultores con amplia experiencia alrededor del mundo. Un consultor macrobiótico de reconocido prestigio es Verne Varona, el cual estudió macrobiótica en los 70 con Michio y Aveline Kushi, y más tarde con Herman y Cornelia Aihara. Verne es autor de varios libros, entre los que destaca Macrobiotics for Dummies. En este libro nos regala diez consejos para mejorar nuestra salud. Considero estos puntos una buena forma de aprender en que consiste la macrobiótica. No se ocupa sólo de la dieta, sino de varias prácticas que podrían englobarse dentro del estilo de vida. Permitidme contextualizar estos consejos para la región mediterránea, y en concreto para la zona donde vivo. Haz lo mismo para tu lugar de residencia, convierte los consejos en algo concreto. Ahí van:

1. Realiza un mínimo de 15 minutos al día de actividad física. Por ejemplo: caminar por el margen del río o por la playa, puedes irte también a la montaña. Práctica natación. Elche disfruta de varias piscinas municipales de reciente construcción. Apúntate a un gimnasio y entrena con pesos o bicicleta estática, hoy en día son centros muy accesibles.

2. Reduce el volumen de comida que consumes cada vez y aumenta el número de comidas. Intenta comer cuatro comidas al día, en vez de las tres comidas tradicionales. Introduce el almuerzo o la merienda si tus horarios te lo permiten. Esto no es una recomendación para toda la vida pero puede ayudar a tener resultados positivos en un corto período de tiempo.

3. No comas antes de irte a dormir, deja por lo menos tres horas desde la última comida. En nuestra cultura, y sobre todo en la zona de Alicante, es habitual cenar tarde Por lo tanto realiza ajustes, no elimines la cena de un plumazo porque ello te puede privar de momentos con la familia y amigos. Come menos o más ligero, hasta que cenar temprano sea algo natural para todos.

4. Intenta acostarte antes de la media noche y levantarte temprano por la mañana. Esto te permite tener un sueño más reparador. En verano puedes alargarlo, ya que acostarte tarde te permite evitar el calor.

5. Convierte los momentos de comer en un ritual. Nosotros, normalmente, realizamos los rituales con más atención y respeto. Limpia la mesa, siéntate con buena postura, toma tu tiempo, da gracias por todos los factores que han hecho posible que la comida estuviese en tu mesa, mastica la comida, respira hondo y disfruta de este tiempo.

6. Frota tu cuerpo diariamente para mejorar la circulación linfática. Puedes usar un cepillo, una toalla, un crin o esponja de calabaza. Dedica cinco minutos al día para ayudar a tu sistema desintoxicador.

7. Intentar llevar ropa interior de algodón, limitando la cantidad de fibras artificiales en contacto con tu piel. Esto también se aplica a las sábanas de la cama, las toallas, los muebles y la iluminación.

8. Dedica un tiempo a estar en la naturaleza; al menos una vez a la semana. He notado que un paseo en bicicleta diariamente en un parque cercano tiene efectos energetizantes y relajante. Nuestro entorno nos ofrece varios lugares: la ladera del río Vinalopó, la sierra de Santa Pola o Crevillente, el pantano de Elche, las playas cercanas, etc. Al menos una vez a la semana, camina descalzo en la hierba, siéntate junto a un gran árbol. Encuentra formas para sorprenderte del milagro de la vida.

Práctica macrobiótica: paseo por la naturaleza
Práctica macrobiótica: Pasar tiempo en la naturaleza. Fotografía: Shauna Trupps

9. Mantén tu casa limpia y ordenada, especialmente tu cocina. No hay nada que inspire menos que una cocina sucia con un fregadero lleno de platos.

10. Revisa los productos que usas para mantener tu cocina limpia, higiene y autocuidado. Te sorprenderías de saber cuantas sustancias van en contra de tu sistema inmune y tu salud. Busca soluciones naturales. Todo lo que pongas en tu piel finalmente entra en tu hígado, aumentando su trabajo, almacenamiento y peligro potencial.

Todos estos consejos apuntan en una misma dirección: aumentar nuestra vitalidad. Son un resumen de las áreas que contempla la macrobiótica. La dieta, el cuidado de nuestro entorno inmediato, nuestra ropa, nuestra relación con el medio ambiente y la forma de hacer las cosas, especialmente el comer. Revisa todos estos factores y pregúntate dónde te sitúas en cada uno de ellos.

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Descubre en Macrobiótica Mediterránea: ¿Cómo sé si estoy sano?

¿Te ha pasado alguna vez que tus analíticas de sangre salen perfectas y te extrañas porque te sientes sin energía? ¿Es entonces una percepción errónea de uno mismo? ¿Existe algo más aparte de nuestra composición sanguínea para saber si estamos sanos o no? En macrobiótica mediterránea te damos respuesta a estas cuestiones.

La medicina alopática (es la que usan en los hospitales) tiene diferentes medios para dictaminar si una persona está sana o no. Tenemos analíticas de sangre, análisis de orina, técnicas de neuroimagen como los rayos X, el TAC o el PET, etc. No hay nada de malo en todos esos medios, diariamente salvan millones de vidas. Lo que ocurre es que a veces ese análisis de lo pequeño deja al margen otros aspectos más globales que también nos dan información acerca de nuestro estado de salud.

Verne Varona, autor, conferenciante y consultor macrobiótico, en su libro Macrobiotic for Dummies nos ofrece 12 criterios para comprobar si estamos sanos o no. Estos son  6 de ellos:

1. Energía. Se refiere a la energía que tenemos a lo largo del día para nuestro quehaceres. Recuerdo que de pequeño esa energía estaba presente desde el inicio del día hasta el final. Ya de adulto, se fue para volver recientemente con la aplicación de los principios de la macrobiótica.

2. Estabilidad de los estados de ánimo. Los estados de ánimo se relacionan en la mayoría de las ocasiones con el nivel de glucosa en sangre. Bajadas de azúcar en sangre correlacionan con estados de ánimo depresivos. Una alimentación a base de productos refinados y estimulantes contribuye a un nivel en sangre en continua oscilación.

3. Regularidad intestinal. Si nuestro cuerpo cumple con regularidad su entrega de desechos, favorece el buen funcionamiento de muchas otras funciones. Existe espacio libre y el nivel de tóxinas derivadas de un alimento demasiado degradado disminuye.

4. Sueño reparador. Un cuerpo sano duerme bien, lo que contribuye a mantener ese estado de salud. Durante el sueño se producen la mayoría de tareas de reparación y mantenimiento del organismo.

5. Ausencia de deseos intensos por estimulantes. Un cuerpo sano es un cuerpo equilibrado y un cuerpo equilibrado, no busca alimentos extremos como por ejemplo el café y el azúcar. Ojo, porque no comer estos alimentos extremos no hace que estemos sanos.

6. Relaciones sociales. Una persona sana se relaciona. Como decía Krishnamurti: No existe la no-relación, la vida es relación. De la misma forma que es necesaria una relación entre células para un buen funcionanmiento del organismo, es necesario una buena relación entre personas para el buen de la sociedad, y un buen funcionamiento de la sociedad contribuye a un buen funcionanmiento del individuo. En resumen, cuidar a los demás es cuidarse a uno mismo.

Espero que estos seis criterios os hayan servido para saber si estáis sanos. Podéis combinarlos con los de la medicina alopática, de forma que la teoría macrobiótica y medicina moderna colaboren en pos del bienestar.

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