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La energía de la comida en macrobiótica

Según la macrobiótica tradicional, la comida no contiene únicamente su composición bioquímica, sino que contiene otras formas de energía que también influye en quien las toma.

En el libro “The Macrobiotic Path to Total Health”, Alex Jack y Michio Kushi nos enseñan que la energía que contiene la comida depende de varios factores:

  1. La calidad. Dentro de este factor podemos incluir si el alimento es de origen animal, vegetal o mineral. También podemos diferenciar entre natural, biológico o cultivado mediante productos químicos; sin son alimentos integrales o refinados; procesados o naturales.
  2. El moviento y dirección en que crece. Hay alimentos que crecen hacia arriba y se expanden, como por ejemplo las acelgas. Hay otros alimentos que crecen hacia abajo y se concentran, como por ejemplo, las zanahorias.
  3. El efecto que producen en el cuerpo. Existen alimentos que enfrian, otros que calientan y otros que tienen un efecto neutro.
  4. El sabor (ácido, amargo, dulce, picante o salado)
  5. Otros factores. Aquí podemos incluir la forma, la tamaño, el color, la textura, la composición nutricional.

Todas estas son formas de energía que nos llegan a través de la comida. Recuerdo algo que a este respecto nos contó una profesora en Becket (lugar donde se encuentra el Instituto Kushi). Contaba que la hija de un profesor de macrobiótica presentaba un aspecto débil y no mucha energía. La comida era de calidad y sus padres no se explicaban el porqué de sus carencias. Entonces la abuela, también entendida en macrobiótica, les recomendó que fuesen al supermercado y comprasen la verdura más grande y de mejor aspecto que encontrasen, y que elaborasen la comida cada día con ella. A pesar de que la verdura no fuera biológica, la niña comenzó a mejorar, de modo que un día ya no hizo falta acudir más al supermercado. Con esta historia me gustaría plasmar que los alimentos son la expresión de diferentes tipos de energía y que, según nuestra condición, podemos seleccionarlos en relación a varios criterios. Cuando te alimentes no tengas solo en cuenta lo que puedes ver a través de un microscopio; el aspecto, la forma, el modo de cultivarlo, el sabor, etc. también forman parte de lo que ingerimos.

verdura macrobiotica
El aspecto de la verdura también cuenta en macrobiótica

Cuando tomamos un alimento abosorbemos todas estas cualidades energéticas en forma de ondas y vibraciones que influyen en la calidad de nuestra sangre, órganos, tejidos, células e incluso nuestra conciencia. A continuación leemos un breve resumen de la energía de los cereales, verduras y legumbres, ingredientes indispensables en la cocina macrobiótica.

CEREALES

Los cereales integrales nos aportan una energía relajada y al mismo tiempo resistente. Si nos fijamos en la planta, veremos que está firmemente arraigada al suelo, que crece hacia arriba, erguida y flexible, uniendo la tierra y el cielo. Cuantos más cereales consumamos más fuerte y flexible será nuestro cuerpo, y seremos capaces de soportar todo tipo de tiempos, retos y dificultades, al igual que hacen las plantas de donde los obtenemos.

A nivel nutricional, los cereales contienen carbohidratos complejos y fibra, que facilita las funciones digestivas y excretoras;  vitaminas del grupo B, fundamentales para asegurar una correcta función del sistema nervioso; proteínas de alta calidad, imprescindibles para el crecimeinto del cuerpo; calcio y otros minerales que hacen los fuertes.

A nivel ambiental, los cereales no requieren gran cantidad de recursos para poder ser cultivados. Al mismo tiempo, no degeneran residuos o gases tóxicos como en el caso del ganado.

VERDURAS

Las verduras son el complemento ideal a los cereales. Las verduras aportan ligereza, refrigeran y calman, mientras que los cereales nos aportan solidez, estabiliad y vitalidad.

Verduras como las acelgas o la col rizada ofrecen energía ascendente, estimulando así las funciones del hígado, la vesícula biliar, los pulmones, el corazón y las facultades mentales. contiene altas cantidades de hierro, calcio y otros minerales y vitaminas. En la forma de zumos son recomendables para el tratamiento de desordenes en el hígado y para disolver proteina y grasa animal acumulada en el organismo. Otros usos de la energía de las verduras son las cataplasmas, habituales como remedio macrobiótico, que se pueden elaborar para reducir la inflamación o aliviar quemaduras.

Las verduras redondas, como calabazas y cebollas, ofrecen una energía más equilibrada. Apropiadas para mejorar la condición del pancreas, el bazo, el estómago y el sistema linfático. Su sabor, normalmente dulce, calma y centra la mente.

La verduras de raíz, como zanahorias y nabos, nos aportan una energía descendente y que se concentra; apropiadas para la acumulación de energía tras períodos de desgaste.

LEGUMBRES

Las legumbres, de forma parecida a los riñones, nutren esos órganos y nos aportan vitalidad y equilibrio. Son una fuente importante de proteínas, grasas y carbohidratos. Si las combinamos con un cereal y semillas (p.ej. de sésamo tostadas), resultan una fuente de proteínas muy completa, pues aquellos aminoácidos que le faltan, los poseen los cereales y las semillas. Fortalecen el sistema reproductor y su fibra facilita el trabajo a los intestinos. Las legumbres pequeñas, como adzuki, lentejas, garbanzos y soja negra, se recomienda tomarlas a diario o con frecuencia. También puedes consumirlas en forma de productos más elaborados, como el tofu y el tempeh.

Abrir nuestra forma de mirar al mundo, y en este caso a los alimentos, nos puede permitir hacer un mejor uso de los mismos. Lo que puede ser bueno desde un punto de vista, puede no serlo desde otro. Por ello, es recomendable tener a nuestra disposición diferentes perspectivas y saber usarlas según la situación concreta en la que nos encontremos.

 

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Macrobiótica mediterránea para la alergia primaveral

Hoy he salido a trabajar con mi hermano y nada más salir de casa…

-¡¡Achís, achís, achís!!

-¿Qué pasa Rubén?

-Nada, es la alergia.

Macrobiótica mediterránea para la alergia primaveral
La macrobiótica te puede ayudar con la alergia primaveral

Cada año, con la llegada de la primavera también llegan los síntomas de la alergia al polen: estornudos repetidos, escozor de ojos, goteo nasal, congestión, y en ocasiones fiebre. Todos estos síntomas son desencadenados por el polen de los árboles, arbustos, malas hierbas y otras plantas cuando estas florecen. Los episodios sintomáticos duran 15 a 20 minutos y pueden ocurrir varias veces al día, como ha ocurrido esta mañana con mi hermano.

Desde la medicina alopática (la que utilizan en los hospitales), la alergia es una hipersensibilidad a una partícula o sustancia que, si se inhala, ingiere o toca produce una reacción defensiva del organismo. La sustancia capaz de provocar una reacción alergica se denomina alergeno y los síntomas provocados son definidos como “reacciones alérgicas”.

En la alergia primaveral el alergeno es el polen y las reacciones alérgicas están compuestas, como ya hemos dicho, por estornudos, escozor de ojos goteo nasal, congestión, fiebre, malestar general, debilidad, etc.

¿Cómo explica la macrobiótica la alergia primaveral?

Desde el punto de vista de la macrobiótica la alergia primaveral tiene dos explicaciones:

1. Los alimentos son clasificados dentro de un continuo con dos puntos extremos. Uno de los extremos es llamado Yang (contracción) y el otro extremo es llamado Yin (expansión). El polen está situado en el extremo expansivo. Cuando el polen entra en nuestro organismo repele otros alimentos expansivos como por ejemplo productos lácteos, fruta, dulces y productos químicos, causando estornudos, tos y expulsión de mocos. Podemos comparar este mecanismo con lo que ocurre con los polos de un mismo signo en un imán.

2. El consumo frecuente y en grandes cantidades de alimentos expansivos vuelven la sangre, la linfa y las membranas internas pegajosas, por tanto, cuando el polen entra en el orgnanismo se adhiere a las superficies, provocando irritación en vez de ser expulsado suavemente.

Una dieta macrobiótica mediterránea equilibrada puede mejorar la alergia primaveral y otro tipo de alergias sin la necesidad de antihistamínicos, aerosoles nasales y otros medicamentos. Para prevenir la alergia primaveral puede ser útil evitar los siguientes alimentos: azúcar, chocolate, miel, leche, mantequilla, helados, yogurt, harina blanca, frutas tropicales, alcohol, comida cruda (p.e. ensaladas, al menos durante un mes), y bebidas servidas con cubitos.

Como remedio macrobiótico casero podemos utilizar un té de raíz de loto. Este té nos ayuda a disminuir la tos y a disolver el exceso de mucosidades. En esta zona es díficil encontrar la raíz de loto fresca, pero puedes utilizar raíz de loto en polvo. Para hacer un té sigue estos pasos:

1. Disuelve 1 cucharada pequeña de polvo de raíz de loto en un vaso de agua (250ml)
2. Añade una pizca de sal
3. Calienta con fuego bajo y apágalo cuando el agua empiece a hervir
4. Deja reposar tapado unos minutos
5. Toma mientras esté caliente

Esta bebida es mejor tomarla recién hecha. Si quieres un efecto más intenso puedes añadirle unas gotas de zumo de jengibre.

 

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