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El aceite de oliva

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Si queremos conformar una macrobiótica mediterránea hemos de ampliar el conocimiento que tenemos de alimentos específicos de la zona. En macrobiótica tradicional existe un conocimiento de las propiedades del miso, la seta shitake, la ciruela umeboshi o el daikon, pero sin embargo no vamos a encontrar en ella grandes palabras sobre el aceite de oliva, el cantueso, la manzanilla, el queso de cabra o las habas. Los japoneses no tenían por que hacerlo, ese es nuestro cometido.

No voy a negar el conocimiento que ya tengo. Si creo que el miso o el té shitake puede ir bien en ciertas situaciones lo recomendaré, pero mi intención es hacerlo también con alimentos de mi tradición.

El producto icónico por excelencia de la región mediterránea es el aceite de oliva y con él me gustaría empezar una serie de entradas dedicadas a los alimentos del Mediterráneo. A lo largo de la historia, una larga historia (4500 a.c.), el aceite de oliva se ha utilizado con fines diversos: alimentación, bálsamos, ungüentos, jabones, en lámparas y otros usos en tareas de artesanos y marineros.

QUÉ OPINIÓN LE MERECE EL ACEITE DE OLIVA  A LA MACROBIÓTICA TRADICIONAL

KUSHI, EL MÁS ESTRICTO

En las escuelas macrobióticas que visité durante mi formación comprobé que  el aceite de oliva se usaba en raras ocasiones. La influencia de la cocina oriental hace que se use poco aceite y éste es el de sésamo. Además, la macrobiótica tradicional está orientada a lo terapéutico, es una versión casi vegana, escasa en grasas y proteínas. Este modelo puede ser útil en los casos donde es necesario una depuración, pero es ineficaz en muchas otras situaciones.

ESTUDIANTES DE KUSHI

Consultores con muchos años de experiencia se han vuelto más moderados en este tema. Reducen la cantidad de cereales, aumentan la cantidad de verduras y de proteínas, y también recomiendan un mayor consumo de aceite, especialmente de aceite de oliva.

John Kozinski comenta: “Si suprimimos las grasas puede aumentar la apetencia de azúcar. Se necesita aceite para que el hígado funcione. Cada vez que se toma aceite la glándula biliar funciona. El cuerpo requiere una dieta variada para mantener sus funciones. Ciertos nutrientes como las vitaminas A, E y K necesitan grasas para ser absorbidas. El aceite de oliva puede considerarse mejor que el aceite de sésamo porque tiene mayor equilibrio de diferentes tipos de grasas. Recomiendo 2-3 cucharadas por día, aunque  para algunas personas podría ser insuficiente”.

Denny Waxman, otro consultor experimentado destaca los diferentes beneficios del consumo de aceite. Mejora el gusto de los alimentos, te sacia y aumenta la capacidad para absorber minerales y vitaminas solubles en grasa (A, D, E y K). Mientras que el aceite de sésamo es más seco, el aceite de oliva es más rico y húmedo; nutre más las emociones.

Francisco Varatojo no entra en mucho detalle. Reconoce que los mejores aceites son los de primera prensión puesto que son los más tradicionales en todo el mundo. Recomienda para uso diario el aceite de sésamo y el aceite de oliva virgen extra.

TIPOS DE ACEITE DE OLIVA

Cuando vamos al supermercado nos podemos encontrar con diferentes tipos de aceite de oliva, ¿cómo saber cuál es de mejor calidad?

Existen 5 grandes categorías de aceites:

ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA

Es un aceite de calidad superior que se obtiene al prensar las olivas por procedimientos mecánicos en frío (menos de 27ºC). No hace falta que ponga en la botella “Primera prensión en frío”, pues todos los aceites de oliva virgen extra, hoy en día, son de primera prensión en frío. Es un aceite que por definición no debe sobrepasar el 0,8º de acidez.

ACEITE DE OLIVA VIRGEN

También se obtiene al prensar las aceitunas por procedimientos mecánicos en frío, pero se le permite tener pequeños defectos de aroma, sabor o color. Tiene un nivel máximo de acidez de 2º.

ACEITE DE OLIVA SIN DENOMINACIÓN

Se trata de un aceite de oliva virgen de buena calidad al que se le ha añadido un aceite de oliva refinado en una proporión inferior al 1,5 por ciento. También se conoce como aceite de oliva suave.

ACEITE DE OLIVA REFINADO

Es una aceite al que se ha sometido a varios tratamientos químicos o térmicos que le hacen perder la mayor parte de sus cualidades gustativas y nutritivas. Tiene menos sabor y olor a aceite de oliva.

ACEITE DE OLIVA ARTESANAL

El término “aceite artsanal” no está reglamentado pero se utiliza para designar a esos aceites elaborados por pequeños productores privados. Suelen llevar el nombre del molino o de la finca donde se elabora. Las condiciones de cultivo y recogida son superiores muchas veces a los aceites elaborados por empresas comerciales. Estos aceites son más caros que los que tienen una mayor distribución, pero también ofrecen una gama más variada de sabores y aromas.

PISTAS PARA ELEGIR EL MEJOR ACEITE DE OLIVA

El mejor aceite de oliva es el aceite de oliva virgen extra.

En primer lugar, porque se obtiene por un simple prensado mecánico, sin que intervenga ningún tipo de refinado. Al no refinarlo conservamos los ácidos grasos esenciales, antioxidantes (vitamina E), fitoesteroles y polifenoles presentes de forma natural en la aceituna.

Y en segundo lugar, porque su nivel de ácido oleico, no más de 0,8º, permite que se conserve mejor.

Para asegurarnos de que compramos un buen aceite de oliva virgen extra hemos de tener en cuenta los siguientes puntos:

1.-Fijarse en la etiqueta que ha de decirnos su origen y denominación.

2.-Elegir aceites en botellas de cristal tintadas con las cuales se protege el aceite de la luz.

3.-Las fechas de producción y de caducidad deben aparecer en la botella.

4.-Desconfiar de los aceites pálidos y poco olorosos, y de ofertas a bajo precio.

5.-Una vez en casa mete un poco de aceite de oliva en un vaso. Si después de unas horas se convierte en sólido, es bueno. Si sigue líquido se trata de un producto de calidad dudosa.

PRIMERA PRENSIÓN EN FRÍO

En el libro de Julié Frédérique, El aceite de oliva astuto, encontré una aclaración sobre el término “primera prensión en frío” que, por su repetido uso en el contexto de la alimentación saludable, me ha parecido conveniente transcribirlo aquí:

Es una denominación comercial que data de una época en que los molinos, poco potentes, efectuaban un segundo prensado adicional con agua caliente. El avance tecnológico supuso que esta distinción dejara de tener justificación hace décadas, aunque continúa siendo un factor atractivo ligado a la tradición.

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Primera definición de macrobiótica mediterránea

Si queremos ser coherentes con los principios de la macrobiótica y vivimos en las proximidades del Mar Mediterráneo, no deberíamos usar de forma regular alimentos como las judías adzuki, las algas, el trigo sarraceno, el tofu, la salsa de soja o el miso. Respeto al que quiera utilizar estos alimentos frecuentemente, de hecho, yo los he utilizado durante años y los beneficios han sido numerosos. Ha sido algo que me ha gustado, parte de mi experiencia, pero en un intento de mejorarlo y superar ciertas limitaciones de ese mismo sistema, me he propuesto crear los fundamentos de lo que he llamado macrobiótica mediterránea, que une los principios de la macrobiótica y la cultura mediterránea.

Los alimentos y tradiciones culinarias del mediterráneo están relacionadas con numerosos beneficios para nuestra salud. Considero acertado el partir de tales datos, con respaldo científico, para comenzar a definir qué es una alimentación macrobiótica mediterránea.

LOS 8 COMPONENTES DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

Las ventajas para la salud de la dieta mediterránea comenzó a destacarse con el estudio de Ancel Keys, fisiólogo de la universidad de Minnesota, que en los años 50 estudió la dieta y los hábitos de las personas de 7 países. En él comprobó que los griegos tenían los ratios más bajos en enfermedades cardíacas y que eran los que más vivían, incluso tomando una dieta rica en grasas (en los 50 se creía que todas las grasas eran malas). Fue el primer estudio en hipotetizar que la dieta mediterránea tenía beneficios para la salud. En los años posteriores se corroboraría tal hipotésis con otros muchos estudios.

Antonia Trichopoulou, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Atenas, galardonada con el IV Premio Grande Covián, es autora de La dieta tradicional mediterránea y la longevidad en la vejez: una revisión. (pincha para ver el texto completo del estudio en inglés)

En este estudio Trichopoulou expone 8 componentes de la dieta mediterránea. Imagina que tu dieta no tiene ninguno de estos componentes; a medida que los fuésemos añadiendo tu salud mejoraría, mientras que si ya aparecen en tu dieta y los quitamos, tu salud disminuiría.

Estos son los 8 componentes:

  1. Muchas más grasas monoinsaturadas (principalmente aceite de oliva) que grasas saturadas.
  2. Consumo moderado de etanol (en forma de vino tinto).
  3. Consumo elevado de legumbres.
  4. Consumo elevado de cereales no refinados, incluyendo el pan.
  5. Consumo elevado de frutas.
  6. Consumo elevado de verduras.
  7. Bajo consumo de carne y productos derivados.
  8. Consumo moderado de leche y productos lácteos.

Tanto el el consumo de carne como el de pescado es escaso. Este último depende mucho de la proximidad al mar. Este dato puede sorprender pero coincide con la recomendación de la macrobiótica tradicional de comer pocos productos animales.

Debido al respaldo científico y a la similtud con la cultura a la que pertenecemos, considero que estos 8 componentes suponen un buen punto de partida para la creación de la macrobiótica mediterránea.

En el mismo artículo la Dra. Trichopoulou nos muestra una pirámide que nos puede servir de guía.

macrobiótica y dieta mediterránea
Pirámide propuesta por Antonia Trichopoulou como modelo para la dieta mediterránea. Se utilizará como punto de partida de la dieta macrobiótica mediterránea.

COMENTARIOS SOBRE LA PIRÁMIDE

El hecho de que haya numerosos compartimentos tiende a veces a confusión o a querer diseñar nuestra dieta de forma que imite a la perfección los porcentajes de la imagen. Considero que nuestra propia intuición y la tradición son sufcientes para combinar los diferentes alimentos de forma que haya equilibrio, y que solo es necesario una división básica en tres niveles, donde agruparíamos los alimentos para consumo frecuente, moderado y esporádico (ver más abajo). En este sentido el consultor macrobiotico John Kozinski, comenta que  todas las culturas, sin tener un conocimiento científico de lo que eran hidratos de carbono, proteínas y grasas, han seguido una dieta equilibrada.

DEFINICIÓN DE LA MACROBIÓTICA MEDITERRÁNEA

Teniendo en cuenta las constumbres de los habitantes de Barbagia e Icaria (ver Los pueblos más longevos del Mediterráneo), y la síntesis llevada a cabo por el trabajo de Antonia Trichopoulou, lo que sigue es una primera versión de lo que es la macrobiótica mediterránea.

⇒ Forma de alimentarse que tiene en cuenta los principios de la macrobiótica tradicional y las costumbres de los pueblos del Mediterráneo.

⇒ Utilización de productos cultivados o criados en la región mediterránea, que son familiares y fáciles de encontrar.

⇒ Respaldo científico de los beneficios para la salud tanto de los alimentos que componen la dieta como de la frecuencia de su consumo. En el caso de que en algún momento futuro la evidencia científica contradijese las recomendaciones actuales, estas habría que cambiarlas.

⇒ Las recomendaciones generales son un punto de partida que pueden variar temporalmente en función de la condición de salud y objetivos específico de cada persona.

⇒ Algunos alimentos podrán usarse con fines terapéuticos (p.e. infusiones de plantas, crema de cereales, etc.), pero en ningún caso sustituirán a un medicamento prescrito por un profesional sanitario.

⇒ Enfoque más educacional que terapeútico. Se enseñanan las constumbres, alimentos y formas de cocinar propias de la tradición mediterránea.

⇒ División de los alimentos en 3 grandes grupos:

1. Alimentos que pueden aparecer todos o casi todos los días o de consumo frecuente:

  • Cereales integrales, incluyendo panes elaborados de forma artesanal y con variedades antiguas de trigo.
  • Verduras, sin limitar el consumo de ninguna de ellas salvo por prescripción médica. En esta categoría se incluyen tanto las verduras crudas (ensaladas), como las cocinadas. También incluimos las hierbas aromáticas como el perejil, la albahaca, el estragón y otras.
  • Fruta de temporada.
  • Aceite de oliva extra virgen.
  • Vino tinto, alrededor de 200ml por día como máximo.
  • Infusiones de plantas autóctonas: romero, salvia, orégano, etc.

2. Alimentos que pueden aparecer varias veces a la semana pero no todos los días, o de consumo moderado:

  • Legumbres: habas, garbanzos, lentejas, alubias, guisantes.
  • Leche de cabra, quesos de oveja o cabra alimentados con pastos.

3. Alimentos que pueden aparecer 1 vez a la semana o cada más tiempo, o de consumo esporádico:

  • Pescado
  • Huevos
  • Carne
  • Dulces tradicionales

Lo que descubrirás a partir de ahora en Macrobiótica Mediterránea tendrá sus raíces en tu propia cultura o culturas cercanas que te resultarán familiares.  Enriquecerás tu vida con elementos que nuestra tradición se ha dejado por el camino.

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Los pueblos más longevos del Mediterráneo

Si queremos llevar a cabo una dieta macrobiótica mediterránea puede resultarnos útil el revisar qué hacen los pueblos del Mediterráneo con mayor número de personas centenarias. Para ello he revisado uno de los libros más conocido sobre el tema: The Blue Zones, de Dan Buettner.

En el libro aparecen 5  blue zones o zonas azules, que es el nombre que le da el autor a aquellos pueblos donde la gente vive más tiempo. Los pueblos están repartidos alrededor del mundo, pero 2 de ellos están en la cuenca del Mar Mediterráneo, un pueblo de Cerdeña, Barbagia, y una isla griega, Icaria.

dieta macrobiótica
Localización de los pueblos más longevos del Mediterráneo

Por un lado, lo encontrado confirma el punto de vista macrobiótico, pero por otro, sorprende, porque algunas de las costumbres alimenticias contradicen a la macrobiótica tradicional.

LAS COSTUMBRES DE BARBAGIA

A uno de los sujetos entrevistados, cuyas costumbres de vida coincidían con las de otros tantos centenarios, le preguntaron:

¿Puede pensar en cosas que hacía todos los días o la mayor parte de los días de su vida?

Giussepe contestó que su dieta consistía principalmente en habas, queso pecorino, pan y la carne que pudiese permitirse, la cual era rara vez en sus primeros años.

Los investigadores creyeron oportuno preguntarle a un “joven” de 75 años, cuya vida se pareciera a los de antaño por sus costumbres y les dijo que cuando era joven su familia era  muy pobre y su dieta se componía principalmente de pan, queso y verduras (calabacín, tomates, patatas, berenjena, y sobre todo, habas). La carne era, en el mejor de los casos, tomada 1 vez a la semana. Normalmente vendían sus animales para comprar cereales básicos con los cuales elaborar sus pastas y sus panes tradicionales, como el pistoccu hecho de cebada. La leche de oveja y cabra eran los productos que aportaban la mayor parte de proteína a la dieta. Y vino.

Encuestas de los años 40 revelan que los pastores y campesinos seguían una dieta muy sencilla, extraordinariamente austera incluso para los estándares mediterráneos. El pan era la comida principal. Los campesinos iban a los campos con 1 kilo de pan en sus bolsas… Al medio día su comida consistía en sólo pan, con algo de queso las familias más pudientes, mientras que la mayoría de los trabajadores se satisfacía con una cebolla, un pequeño bulbo de hinojo o un puñado de rabanitos. Por la noche, la familia junta tomaba sopa de verduras (minestrone), a la cual los ricos añadían pasta. La mayoría de las familias comía carne una vez a la semana. Sorprendentemente el pescado no aparece mucho en su dieta. La mayoría de los pastores bebían vino tinto todos los días, por la noche, y más o menos un cuarto de litro.

Se piensa que la leche de cabra y el aceite de mástique o almáciga (resina extraída del arbusto llamado lentisco) influyó positivamente en la longevidad protegiéndolos de la aterosclerosis y el alzheimer. El aceite de mástique se utiliza en vez del aceite de oliva en algunas partes de Cerdeña.

Giussepe Sannai, 103, desayunaba leche de cabra y comía pan carasau, queso pecorino, vino, leche de oveja, y ocasionalmente carne de cordero.

La dieta de los habitantes de Barbagia era austera y basada en vegetales con énfasis en legumbres, panes integrales,  verduras de huerta, fruta, queso pecorino elaborado con la leche de ovejas que se alimentaban de pastos. La carne era reservada para los domingos. Todo ello acompañado frecuente de vino tinto Cannonau, uno o dos vasos al día. La leche de cabra y el aceite de mástique, presentes en la dieta hace 30 años, también han podido ser un componente crucial causa de su longevidad.

LAS COSTUMBRES DE ICARIA

Al preguntarle a un médico del pueblo, este respondió que la dieta de los habitantes de Icaria era un estilo de dieta Mediterránea, un menú rico en aceite de oliva y verduras, bajo en lácteos y carne, con algún consumo de alcohol diariamente. En Icaria también se incluye gran cantidad de patatas, leche de cabra, legumbres (lentejas, garbanzos)  y algunas frutas . También cosechan unas 150 especies de plantas que crecen salvajemente para ensaladas o para cocinar. Té de montaña, preparado con las hierbas del lugar, todos los días, en especial al final del día (mejorana, salvia, menta, hojas de olivo, romero, diente de león y otras).

Otro alimento que usan es la miel. Tienen varios tipos que no encontrarás en otra parte del mundo. La usan para tratar heridas, resacas o tratar la gripe. La gente mayor empieza el día con  una cucharada llena de miel. La toman como una medicina.

Aunque aman el pescado fresco, comen poco. Quizás porque tradicionalmente no era posible hacerlo llegar en buenas condiciones.

En el transcurso de la investigación, el autor entrevista a la Dra. Antonia Trichopoulou cuyo grupo diseña la pirámide  de la dieta mediterránea y comenta que la pirámide no es una creación de algún doctor o nutricionista; es un un estilo de alimentación centenario seguido por la gente que vivía en el sur de Europa y norte de África. Puede diferir de país a país, pero el aceite de oliva, las fruta, las verduras, legumbres, algo de pescado y vino componen los principales bloques. El próximo post lo dedicaré en profundidad a su estudio y como nos puede servir para crear una macrobiótica mediterránea.

Se cita otro estudio que organiza la Dra. Christina Chrysohoou llamado “Estudio de Icaria”, donde se llevan a cabo exhaustivas encuestas a 674 personas donde se les pregunta sobre su dieta. El equipo encontró que los Icarianos tomaban:

  • 6 veces más legumbres que los americanos
  • Pescado sólo una vez a la semana
  • Carne 5 veces al mes
  • Alto consumo de aceite de oliva
  • 2 a 3 vasos de vino al día

MACROBIÓTICA MEDITERRÁNEA

Tras la lectura y el estudio de las costumbres de los dos pueblos más longevos del Mediterráneo advertimos que muchas de sus costumbres contradicen las recomendaciones de la macrobiótica tradicional. Veamos algunos ejemplos:

La macrobiótica tradicional no recomienda en absoluto ningún tipo de lácteo, mientras que en los pueblos mediterráneos toman queso y leche de cabra, y además esta última se relaciona con una serie de beneficios como:

  • Riqueza en oligosacáridos, buenos para la salud intestinal.
  • Riqueza de en sustancias como calcio, potasio y triptófano.
  • Perfil nutricional parecido a la leche humana.
  • Hipoalérgica, mejor tolerada por aquellos que son intolerantes a la lactosa.
  • Substancias que protegen de enfermedades inflamatorias como trastornos cardiovasculares y Alzheimer.

En la macrobiótica tradicional no se consume apenas pan, sino cereales en grano, mientras que en estos pueblos se consume más pan, al parecer sin los efectos que alega la macrobiótica: exceso de mucosidad, estancamiento (estreñimiento), aumento del colesterol, pensamiento excesivamente analítico.

En la macrobiótica tradicional no se recomienda alcohol, o a lo sumo 2-3 vasos de vino a la semana, aunque nunca te encontrarás vino en una escuela de macrobiótica. Mientras que en los pueblos mediterráneos se consume entre 1 y 2 vasos de vino tinto al día.

En la macrobiótica tradicional no se recomiendan infusiones sino té bancha o kukicha, té de arroz o de cebada; mientras que en los pueblos mediterráneos se consume gran variedad de infusiones de plantas de la zona.

En la macrobiótica tradicional se excluye de forma drástica las solanáceas (tomate, patata, berenjena y pimiento), mientras que en los pueblos mediterráneos se incluyen.

Si queremos llevar a cabo una dieta macrobiótica mediterránea considero que hemos de incorporar los alimentos que han demostrado ser totalmente compatibles con una vida larga y satisfactoria para los habitantes de los pueblos más longevos del Mediterráneo, y solamente eliminarlos de la dieta cuando comprobemos que existe una relación directa con un problema de salud.

Por lo tanto, en una dieta macrobiótica mediterránea se incorporan los siguientes alimentos:

  • Leche de cabra, de animales alimentados con pastos.
  • Queso de cabra y de oveja, de animales alimentados con pastos.
  • Pan elaborado con masa madre y harina integral de trigo, optando por variedades antiguas de trigo.
  • Solanáceas (tomate, berenjena, patatas y pimientos).
  • Las habas, como legumbre típica del Mediterráneo.
  • Infusiones de hierbas autóctonas: manzanilla, romero, tomillo, olivo, salvia, majorana, etc.
  • Miel natural (la que no está ni hervida ni filtrada mediante procesos industriales).
  • Vino tinto, hasta 2 vasos al día.
  • Aceite de oliva, entre 2 y 4 cucharadas al día.

Existen puntos importantes en los que la macrobiótica tradicional y la alimentación de los pueblos más longevos del mediterráneo coinciden. Estos son:

  • Ambas son dietas basadas en plantas, lo que quiere decir que la mayoría de los alimentos provienen de los vegetales (verduras, frutas, legumbres, cereales en grano, hierbas aromáticas, semillas, frutos secos). Los productos animales no se excluyen pero sus cantidades son pequeñas.
  • Protagonismo de las legumbres como garbanzos, alubias y lentejas.
  • Poco consumo de carne y/o pescado, siendo a veces de una vez a la semana.
  • Recomendación de no acabar lleno 100%, sino parar cuando estamos al 80%.
  • Utilización de alimentos naturales, no procesados, o si lo son es a través de métodos tradicionales como la fermentación.

CONCLUSIÓN

Con esta entrada (y la siguiente) he pretendido sentar las bases de la macrobiótica mediterránea, en la cual convivirán los principios de la macrobiótica tradicional con los alimentos y costumbres de la región mediterránea. De esta forma intento superar una limitación de la macrobiótica tradicional, que es la supremacía de los productos y costumbres japoneses por encima de las tradiciones locales, incurriendo en una contradicción entre sus principios (dieta adaptada al clima donde se vive) y su práctica y enseñanza (uso de tés, alimentos, métodos y términos japoneses).

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Yo también tomo café, o cómo tomarlo de forma macrobiótica

el cafe en ela macrobiotica
El café es natural, pero… ¿Es macrobiótico? ¿Existe alguna manera macrobiótica de tomarlo?

No he tomado café hasta hace un año. En serio. Hace apenas un año no sabía la diferencia entre un café sólo, un americano, un cortado y un bombón; incluso hoy te diría que no lo tengo del todo claro.

POR QUÉ EMPECÉ A TOMAR CAFÉ CON 37 AÑOS

Por fatiga, lo tomé por fatiga. Permíteme que lo describa en segunda persona:

Un día te levantas, te sientes sin energías y desanimado, si pudieses elegir no irías al trabajo, sin embargo hay que ir. Has oído hablar del café, llevas viéndolo a tu alrededor durante años.

Lo tomas un día, el instantáneo, el del armario, el típico Nescafé, y te va bien. Rindes más y te anima en unos minutos. A partir de ahí parece que los días de fatiga aparecen con más frecuencia. Te preguntas si es fatiga real o si es el efecto adictivo del café que ya ha empezado a actuar. Otro día te tomas un café de cafetera y notas aún más su efecto. Con los días el sabor te empieza a gustar.

Ya lo has hecho. Eres uno más. Has convertido al café en una de tus bebidas. Ya tomas café.

LOS EFECTOS NEGATIVOS DEL CAFÉ

Al empezar a tomar café noté que mi concentración y mi capacidad de trabajo aumentaba, pero también comprobé, personalmente, que el consumo de café conlleva efectos negativos:

DOLOR DE CABEZA

Me di cuenta de que durante 3 semanas seguidas,  siempre el mismo día, me dolía la cabeza. ¿Qué extraño, no? ¿Tres semanas seguidas el mismo día? Hasta que advertí que ese día era el día que no tomaba café. Era un dolor de cabeza incapacitante que duraba unas 24hrs.

MOLESTIAS DIGESTIVAS

Durante los primeros minutos de la jornada laboral sentía molestias en el estómago. Una sensación difusa pero molesta que duraba alrededor de una hora. A los pocos días noté granitos en la parte alta de la mejilla. En macrobiótica sabemos que el aparato digestivo está muy relacionado con el aspecto de la piel. Los mismos granitos desaparecen cuando dejo de tomar café.

DISFORIA

Al dejar de tomar café comencé a sentir disforia. La disforia es un estado desagradable o molesto que a veces se puede definir como  tristeza, irritabilidad, ansiedad o inquietud, es justo lo opuesto a la euforia. Contribuye a que busquemos tomar otro café. Mi estado de ánimo volvía al bienestar habitual al cabo de dos días sin café. Supongo que puede durar más en personas que lo hayan estado tomando durante años.

SENSACIÓN DE “COMO SI ESTUVIESE NERVIOSO”

En alguna ocasión me he sentido “como si estuviese nervioso”. Y digo “como si estuviese nervioso” porque sé que se debía al efecto de la cafeína. En mi época de estudiante de psicología recuerdo leer un experimento en el que un grupo de personas tomaba una pastilla creyendo que era vitamina C, pero en realidad era cafeína. Mientras que a otro grupo se le decía la verdad: que era cafeína. Al final del día se les preguntaba cómo se habían sentido. El primer grupo afirmaba haber estado nervioso, y en muchos casos atribuían ese nerviosismo a eventos del día. Mientras que el segundo grupo refería estar “como nervioso”, una sensación de inquietud pero independiente de lo que les había pasado ese día. Así me sentí yo al tomar café (sólo algunos días, no todos), era un día como otro cualquiera pero yo estaba “como nervioso”.

CÓMO MINIMIZO SUS EFECTOS NEGATIVOS

Para evitar en lo posible los efectos negativos del café procuro llevar a cabo lo siguiente:

COMER BIEN

Para vivir necesitamos energía. La energía puede ser el resultado de una buena dieta o puede venir de estimulantes como el café. Para asegurar bienestar y ausencia de enfermedades la dieta es la mejor opción. Tomar café al mismo tiempo que comemos bien lo hace automáticamente menos perjudicial.

El peligro del café es que enmascare la falta de nutrición real.

SIEMPRE DESPUÉS DE COMER ALGO

El café es un irritante de la capa gástrica. Al comer algo antes de tomarnos un café estamos protegiendo esa capa aunque no del todo.

Patrick Horford en su libro Improve Your Digestion comenta: “Nunca empieces tu día con un estimulante (café, té o un cigarrillo). El estrés [la activación provocada por el estimulante] inhibirá la digestión. Toma solo un desayuno basado en carbohidratos, como fruta y cereal, solo fruta, o una tostada integral de pan de centeno.

DE CALIDAD Y RECIÉN MOLIDO

Lo ideal es no tomarlo todos los días y a todas horas, pero cuando lo tomes que sea de calidad y recién molido. El dueño de la tienda de café La Mexicana, la tienda que más café vende del mundo, comentaba en una entrevista radiofónica el gusto que daba comprar café recién molido cada semana para así aprovechar al 100% sus propiedades y su sabor.

LO QUE ALGUNOS AUTORES DICEN DEL CAFÉ

La mayoría de los autores que he consultado reconocen las dos caras del café, la buena y la mala, incluso los autores clásicos de macrobiótica.

Michio Kush y Alex Jack, en The Macrobiotic Path To Total Health, afirman que el café tiene un fuerte efecto expansivo o yin, causando un incremento de energía en el cuerpo que nos permite estar más despiertos. El café estimula el pensamiento, la conversación y otras actividades intelectuales y sociales. Pero, por otro lado, también aumenta el ritmo cardíaco, hace perder la fuerza contractiva de los intestinos, aumenta el colesterol y debilita la función reproductiva. Si a estos efectos le añadimos los efectos del azúcar o la leche que acompaña frecuentemente al café, entonces aumentamos sus efectos negativos.

En una publicación reciente, el consultor macrobiótico Francisco Varatojo responde a la pregunta “¿Por qué debemos evitar tomar café o té negro?” con las siguientes líneas:

Como elemento positivo hay que señalar que estas bebidas son ligeramente antidepresivas (sobre todo el café) y estimulan la capacidad intelectual y creativa. A mí me gusta mucho el sabor del café y su efecto estimulante, pero he comprobado que su uso regular me crea ansiedad y me pone nervioso.

Desde el punto de vista de la macrobiótica y la medicina oriental, el café y el té son alimentos originarios de un clima tropical y afectan al funcionamiento de las glándulas suprarrenales, los riñones y la vejiga y que, por eso, no deberían consumirse regularmente, sobre todo si tiene un problema de salud específico.

De la misma manera y desde un punto de vista energético (energía ki), el café y el té agotan las reservas de energía vital acumuladas más rápidamente y acaban por disminuir la vitalidad y la inmunidad.

Además de aumentar el nerviosismo, el uso abusivo del café provoca a menudo una sensación de gran cansancio y, consecuentemente, una pérdida de vitalidad.

En el lado de la ciencia, Kris Verburgh, autor de La pirámide de la salud, corrobora que el café es una bebida saludable si no se abusa de ella. El café demuestra tener un efecto protector frente a varias enfermedades de vejez como el alzhemier, el parkinson y la diabetes (ver referencias al final del post). Sin embargo, también ofrece efectos negativos. Una vez que aparece una enfermedad cardiovascular tomar café puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco. El café es adictivo y puede provocar síntomas de abstinencia, como problemas de concentración, fatiga muscular o trastornos del sueño. Un exceso puede dañar la mucosa del estómago y de los intestinos, lo cual empeora la digestión. Verburgh acaba recomendando su consumo con moderación, como máximo 3 tazas al día.

Y para el terminar el post me gustaría citar las palabras de L. Jimenez que, en su libro Lo que dice la ciencia para adelgazar, nos ofrece un enfoque que me parece acertado:

No crea todo lo que le digan sobre el café, ni para bien, ni para mal. Recientes estudios han relacionado su ingesta con efectos positivos, así que es probable que tomado con moderación no sea malo en absoluto ni afecte negativamente a su pérdida de peso ni a su salud, pero todavía está por demostrar que sea realmente beneficioso. Y a veces tomarse un buen café es un momento especial del que no tiene porqué prescindir.

Referencias de los estudios que demuestran el efecto protector del café ante el alzheimer, parkinson y diabetes. No olvidar que hay otros estudios que también demuestran los efectos adversos en otras dolencias como por ejemplo las cardiovasculares.

Eskelinen, M.H.; Ngandu, T.; Tuomilehto, J.; Soininen, H.y Kivipelto, M., “Midlife coffee and tea drinking and the risk of late-life dementia: a population-based CAIDE study”, J. Alzheimers. Disc., nº 16 (2009), pp. 85-91
Ross, G. W.; Abbott, R. D.; Petrovich, H., et al., “Association of coffee and caffeine intake with the risk of Parkinson disease”, JAMA, nº 283 (2000), pp. 2674-2679.
Salazar-Martínez, E.; Willet, W. C.; Ascherio, A., et al., “Coffee consumption and risk for type-2-diabetes mellitus”, Ann. Inter. Med., nº 140 (2004), pp. 1-8.

 

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¿Es bueno tomar algas? ¿Qué dice la macrobiótica?

macrobiotica platos con algas

Tres hechos hicieron que cambiase mi opinión sobre las algas:

1

Un amigo nutricionista me comentó que a sus clientes que querían ganar peso no podía recomendarles algas. La razón: que su metabolismo aumentaba.

2

Una señora a la que pasé consulta me contó el caso de su hija, la cual a raíz de aumentar su consumo de algas desarrolló un hipertiroidismo inducido por algas. Ya querían operarla. Afortunadamente, otro médico, consciente de la relación algas-hipertiroidismo, recomendó dejar las algas y esperar a ver qué pasaba. Tras dejar las algas el hipertiroidismo desapareció y no fue necesaria la operación.

3

La lectura de un artículo escrito por el nutricionista Julio Basulto como respuesta a una lectora que le preguntaba en su web si era conveniente o no tomar algas. En este enlace podéis ver el esto: ¿Es conveniente tomar algas?

En mi formación de macrobiótica, en varias partes del mundo, me contaron que las algas son un alimento rico en minerales y por ese motivo conviene incluirlas en la dieta. Se recomienda utilizarlas en poca cantidad, el tamaño de un sello, para hervir cereales o legumbres,  o bien en mayor cantidad para elaborar platos de algas. Algunos ejemplos de estos platos son zanahoria y nabo salteados con alga arame o ensalada de alga wakame con pepinos. Nadie me advirtió sobre los efectos secundarios de comer muchas algas.

Nadie nos advierte del efecto secundario de comer muchos cereales (ver la entrada en la que cuento mi experiencia al respecto en Comer muchos cereales no es macrobiótica). Nadie nos advierte de los efectos secundarios de comer muchas legumbres (sólo un profesor de todos los que tuve comentó que si tomásemos todas las proteínas que necesitamos de las legumbres, no caminaríamos, sino que flotaríamos debido a los gases). Nadie nos advierte de los efectos secundarios de comer muchas verduras y otros alimentos estrella en macrobiótica. En mi opinión todos los alimentos tienen sus pros y sus contras y el hecho de que utilicemos unos más que otros es porque los beneficios superan con creces a los perjuicios, pero eso no debe relajarnos y pensar que todo lo catalogado como bueno es bueno en todas circunstancias, existiendo factores que los pueden convertir en un momento dado en perjudiciales.

Volvamos a las algas.

Teniendo en cuenta los tres hechos al principio contados, llegué a la siguiente conclusión:

1.-Como dice Julio Basulto en su artículo, no consumimos algas desde la infancia como hacen los japoneses. Quizás, por ello, el efecto que nos provoque sea distinto y es posible que hasta perjudicial. Otro ejemplo de este tipo de efecto, pero en el sentido opuesto, es el de la leche. Los europeos la toleramos mucho mejor que los japoneses.

2.-Le doy más importancia a las ocasiones en las que mis profesores me recomendaron usarlas en pequeña cantidad. Puede que ese sea el modo correcto de usarlas, al menos para quienes vivimos en el Mediterráneo y no hemos comido algas desde la infancia, en pequeña cantidad, de la misma manera que hacemos con la sal, el vinagre o el limón.

3.-Otros autores destacan sus propiedades beneficiosas: (a) Steve Gagné: las algas contienen ingredientes que nos ayudan a luchar contra las bacterias, los hongos y los virus. (c) Odile Fernández: una cosa que podemos hacer para estimular el sistema inmune es introducir algas en nuestra dieta. (c) Jean Seignalet: las algas constituyen una fuente de oligoelementos, encontrando en ellas zinc, cobre, manganeso, silicio, selenio, cobalto, cromo y rubidio. Estos datos me hacen pensar que aunque pueden aportarnos  ingredientes importantes para la salud esos mismos ingredientes la pueden arruinar (como el yodo excesivo), por tanto, este hecho me aconseja el tomarlas en poca cantidad y, no tomarlas en absoluto, si el cuerpo experimenta algún tipo de rechazo hacia ellas.

Referencias bibliográficas

Steve Gagné (2008). Food Energetics. The spiritual, emotional and nutritional power of what we eat. Editorial: Healing Arts Press. Vermont.
Odile Fernández (2013). Mis recetas anticáncer. Alimentación y vida anticáncer. Editorial: Urano. Barcelona.
Jean Seignalet (2001). Alimentación, la tercera medicina. Editorial: Integral. Barcelona.
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