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Transición de la antigua dieta a una macrobiótica

Esta entrada puede considerarse como una segunda parte de la entrada publicada el 19 de abril titulada Transición hacia una dieta macrobiótica mediterránea.

En la anterior entrada nos dejamos guiar por Montse Bradford, autora de reconocido prestigio en el mundo de la alimentación natural, ofertando cursos de macrobiótica, teóricos y prácticos, durante todo el año. También ha publicado numerosos libros. Utiliza un lenguaje claro y sencillo, destacando su labor divulgativa sobre el tema.

En la entrada de hoy nos dejaremos guiar por Verne Varona, consultor macrrobiótico y autor, cuya actividad la lleva a cabo en la costa oeste de Estados Unidos. Verne comienza sus recomendaciones con un sabio consejo. Comenta que la pregunta que le formulan con más frecuencia es: “¿Qué es bueno para _____? Pudiendo rellenar el hueco con cualquier asunto relacionado con la salud. Sin embargo, lo que este consultor macrobiótico recomienda en vez de preguntar “Qué es bueno para X” es “Qué cosas NO son buenas para X”. Su razonamiento es obvio: antes de tratar algo debes de evitar aquellas cosas que lo agraven. En caso contrario, sería como comenzar a tomar medicación para el colesterol sin dejar de ir diariamente al McDonalds.

La tendencia a tratar una condición determinada, antes de restringir el consumo de aquellos alimentos (o prácticas) que lo agraven, se ve reforzada por el marketing. Por ejemplo, en el caso de la artritis escuchamos en televisión y otros medios de comunicación anuncios sobre diferentes suplementos para una buena salud ósea. Pero no escuchamos recomendaciones para reducir o evitar lo que debilita los huesos: consumo excesivo de proteínas, harinas refinadas, productos lácteos, cafeina, azúcar o edulcorantes artificiales, todo lo cual utiliza nuestra reserva de minerales, dando como resultado una pérdida de masa ósea. Te imaginas escuchar: “Auténtico pan blanco, hecho de harina de trigo refinada y multitud de mejorantes. Te roba la reserva de minerales, te hincha y hace trabajar al hígado el doble para contrarestar toda la química que contiene”.

pan blanco no macrobitica
El pan blanco consume nuestras reservas de minerales, evita esto con la alternativa macrobiótica: pan integral

La transición ha de realizarse de forma progresiva, evitando deseos muy fuertes hacia los alimentos de la antigua dieta. Para ello se recomienda utilizar intercambios, es decir, cambio un alimento de la antigua dieta por otro que se aproxime a la nueva. Aquí doy algunos ejemplos:

DIETA ANTIGUA    ->     CAMBIOS HACIA UNA DIETA MACROBIÓTICA

  1. Carnes rojas   ->   Reduce el volumen y frecuencia con que comes carnes rojas. Empieza a comer más carne blanca, y más proteínas vegetales
  2. Lácteos     – >    Reduce o elimina los lácteos. Aumenta los aceites vegetales, frutos secos y semillas. Toma más fuentes de minerales (verduras verdes y algas)
  3. Pan blanco y bollería   ->   Prueba los cereales integrales, el pan y la pasta integrales. En próximas entradas os recomendaré diferentes tipos de panes.
  4. Verdura enlatada y congelada   ->   Minimiza el uso de este tipo de comida y sustitúyelo por verdura fresca.
  5. Azúcar refinada y dulces   ->   Con moderación toma fruta, zumos, mermeladas naturales y galletas con endulcorantes naturales como el sirope de arroz, sirope de cebada y la miel.
  6. Café y bebidas con cafeína   ->  Prueba reducir la cantidad de cafeína. Toma diferentes tipos de té y café de cereales
  7. Alcohol   ->   Prueba el mismo tipo de bebidas pero sin alcohol, por ejemplo, licores o cerveza sin alcohol

Hasta aquí ha llegado nuestra entrada de hoy. Confío en que, con estos consejos y los anteriores, tengáis suficiente información para guiaros en la transición de una dieta estándar a una dieta macrobiótica mediterránea.

 

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Sobre los conceptos de la macrobiótica

Este fin de semana estuve en Onteniente y en Valencia, pero antes de contaros qué hice allí, os voy a hacer esperar un par de párrafos más.

La mayoría de nuestras vidas giran entorno a los contenidos mentales. Los contenidos mentales son protagonistas en aquello que sentimos, decidimos y hacemos. Y en muchas ocasiones, no vemos más allá de lo que aparece en nuestra mente.

¿Existen sólo los contenidos mentales? ¿Somos capaces de experimentar algo más aparte de los pensamientos y emociones? Estas preguntas son importantes desde el punto de vista de la macrobiótica porque, en el caso de existir algo más allá de los contenidos mentales, podríamos comprobar hasta que punto estamos equilibrados.

Continúo con mi fin de semana. El caso es que estuve en estas dos ciudades acompañando a dos amigos que ofrecen charlas, también llamadas “satsang”, sobre un elemento que yo situaría en el extremo opuesto al de los contenidos mentales. ¿Cuál es esa otra parte que compensa a los contenidos mentales? La conciencia en sí misma. Mis dos amigos se llaman Tomas y Moni. Viven en Vancouver y dos veces al año realizan una gira por diferentes puntos del planeta, pasando por EEUU, Reino Unido, Francia y España, donde disfrutan de la colaboración de Carmy, que traduce del inglés al español. Si queréis saber más sobre ellos podéis visitar su web Living Presence. Si alguien quiere conocer la labor que realizan de primera mano, aún tiene la oportunidad, ya que el próximo fin de semana darán un satsang en Alicante. Se llevará a cabo en la Escuela de Yoga Prana (C/ Segura, 21). Para más información podéis llamar al teléfono 639 520 952. Otras charlas se impartirán en Granada (11-12 mayo), La Línea (16 mayo) y Coín (18-20 mayo).

tomasymoni macrobiotica
Tomas y Moni, hacen la vida más macrobiótica al compensar un mundo regido por conceptos

Siguiendo con nuestro argumento, si existen dos aspectos de nuestra experiencia que pueden considerarse opuestos, como el yin y el yang, deberá existir una relación óptima entre ellos, y esta relación óptima contribuirá a nuestra salud y a restablecer el equilibrio en otras dimensiones (equilibrio trae equilibrio)

Todo el mundo sabe en qué consiste tener un pensamiento. Todo el mundo ha experimentado alguna vez estar agobiado por un pensamiento. Ahora, con esto de la crisis, podemos pensar: “¡Oh no! Me he quedado sin trabajo, ¿Y ahora qué voy a hacer? Me van a quitar el piso” etc. Un conjunto de pensamientos aparece en nuestra mente, y como si de una película de cine se tratase, una película que no sabemos que es una película, comenzamos a sentirnos mal. Esta es la descripción de uno de los polos de nuestra experiencia. El otro polo es la conciencia en sí misma. ¿Alguién ha experimentado esto? Consiste en darse cuenta del espacio donde ocurren los pensamientos. Tienes un pensamiento y te das cuenta, porque estás experimentando el espacio donde ocurre, que es eso, sólo un pensamiento, una forma de interpretar un hecho, una perspectiva de las miles que podrían haber sobre un mismo hecho.

¿Qué tiene todo esto que ver con la macrobiótica? La macrobiótica es un conjunto de conceptos e ideas. Pero si tenemos en cuenta lo dicho más arriba, nos daremos cuenta que el que más conceptos macrobióticos tenga alrededor y el que más se los crea no es por eso el más macrobiótico, ya que estaría en el polo de los contenidos mentales. ¿Qué ocurre si uno es atrapado por su propia herramienta? Imagina que la llave inglesa te cogiese y te llevase allá donde hubiese una atractiva tuerca.

Nuestra experiencia de la macrobiótica, para ser auténticamente macrobiótica, debe de sostener un equilibrio entre los conceptos que tenemos y nuestra conciencia sobre ellos. No te rodees de conceptos macrobiotióticos sin cuidar la capacidad de estar libre de ellos,  porque sino, corres el peligro de aislarte de la realidad mediante conceptos que tratan de ayudarte a llegar a ella.

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Dónde está el calcio en macrobiótica

¿De dónde voy a obtener el calcio ahora que no tomo leche?

Esta es una pregunta repetida una y otra vez cuando aconsejo reducir o abandonar el consumo de leche y sus derivados, cuando quiere iniciarse en una dieta macrobiótica. Esa pregunta es el resultado de una idea que desde el marketing se han ocupado de construir: leche=calcio, y además… resto de alimentos= calcio cero. ¿Es esta idea verdadera? ¿Existe calcio en otros alimentos?¿Contiene la leche mucho calcio? Veamos que nos dicen los análisis nutricionales.

leche y algas macrobioticas
La leche, para el marketing, una rica fuente de calcio. Algas hijiki, la alternativa macrobiótica

La leche no es el único alimento con calcio. De hecho, si nos paramos a examinar cualquier tabla de composición de alimentos, nos daremos cuenta que existen otros alimentos con más calcio todavía que la leche. Aquí vemos algunos ejemplos (por 100grs de alimento):

Alga hijiki                        1400 mg de calcio

Alga wakame                  1300 mg

Alga arame                      1170 mg

Semillas de sésamo        650  mg

Alfalfa                                  525  mg

Nabo fresco                      267 mg

Almendras                         252 mg

Perejil                                   250 mg

Leche de vaca                    120 mg

 

¿Contiene la leche de vaca mucho calcio?

La relación de alimentos anterior nos da la respuesta a esta pregunta. Sí, contienen mucho calcio, o no. Depende de con que otros alimentos lo comparemos. En la relación anterior la leche es el alimento que menos calcio contiene.

En el tema del calcio encontramos algunos puntos controvertidos:

  1. Se sabe que si tomamos poco calcio, o si tomamos mucho calcio, podemos tener problemas de salud. Pero diferentes órganos oficiales no se ponen de acuerdo en la cantidad a recomendar. La Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos recomienda una ingesta diaria de 800 mg, mientras que la OMS recomienda entre 400 y 500 mg.
  2. Varios estudios científicos confirman que la ingesta de grandes cantidades de calcio no evita la pérdida ósea.
  3. Poblaciones que consumen mucho calcio padecen muchos casos de osteoporosis, mientras que otras que apenas lo consumen (por ejemplo, los bantúes africanos) no padecen apenas esta enfermedad.
  4. La absorción de calcio al ingerir leche de vaca es inferior a la cantidad de calcio que absorbemos al tomar leche humana. Este dato es mucho más llamativo si tenemos en cuenta que la leche de vaca contiene 3 veces más calcio que la leche humana. Parece que se debe al contenido elevado de fósforo de la leche de vaca, 9 veces más que la leche humana. El fósforo puede combinarse con el calcio, impidiendo así su absorción.
  5. La cantidad de calcio que tomamos es sólo uno de los factores que determina cuanto calcio asimilamos. Existen otros factores como por ejemplo la combinación con otros alimentos, como en el caso del fósforo, o la cantidad de productos refinados que se consuman, ya que el cuerpo utiliza el calcio almacenado en los huesos para poder compensar la acidez que provocan los productos refinados, especialmente el azúcar blanco.
Toda esta información nos hace sospechar que existen variables que pueden mediar entre la relación: consumo de calcio-cantidad de calcio que el cuerpo puede utilizar.
En la cocina macrobiótica encontramos alimentos ricos en calcio como son las algas, las semillas de sésamo, las almendras, los nabos, el perejil, las acelgas, la soja y sus derivados, etc. Y si a esto le unimos un estilo de vida activo y algo de ejercicio físico, no tenemos porque preocuparnos por la falta de calcio. Aún así, si sospechas carencias te recomendamos que acudas a tu médico para tener todas las perspectivas posibles de una misma situación.
Y si quieres ampliar tu repertorio de alimentos ricos en calcio, te recomiendo el artículo 26 alimentos ricos en calcio que no te puedes perder, del blog Nutrición Sin Más.
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Taller de macrobiótica de primavera en Masia Peonia

Me complace informaros de una actividad que se va a llevar a cabo este sábado -28 de abril 2012- en un lugar entre montañas, cerca de Castellón. La actividad es una taller de cocina macrobiótica centrado en recetas de primavera. El centro se llama Masia Peonia y mi experiencia personal me aconseja aconsejaros que, en cuanto podáis, lo visitéis.

En septiembre de 2010 pasé varios días en Masia Peonia, un centro donde aprender macrobiótica mediterránea,  ubicado en Vall d’Alba, a veinticinco minutos de Castellón. La casa está rehabilitada en piedra, es amplia y con unos interiores muy bien cuidados. El estar allí supuso un reparador descanso del rápido ritmo que llevamos habitualmente en la ciudad. Masia Peonia ofrece un lugar inigualable para aprender y compartir la macrobiótica y otras disciplinas que apunten hacia la salud, ya que puedes tener a tu disposición monitores de yoga, tai chi y meditación. También ofrecen otras actividades para niños, entre las que destaca, como no, la cocina para niños. A quién le guste la montaña, tiene la opción de recorrer los senderos de alrededor, donde la naturaleza es abundante como se puede ver en la foto.

centro macrobiotico masia peonia
Masia Peonia, centro para aprender macrobiótica ubicado en Vall d’Alba (Castellón)

En el taller que se ofrece este sábado  se revisarán los platos de primavera, estación que es ideal para comidas refrescantes que descarguen al hígado de trabajo. En el taller podréis encontrar recetas de platos tan deliciosos como ensaladilla de quinoa, crema de guisantes a la menta, lentejas verdes con germinados, etc. Os aseguro que Mercedes es un excelente chef macrobiótico.

Si estas interesado en inscribirte al taller puedes escribir o llamar a las siguientes direcciones:

mercedes@mamabio.es

teléfonos 964722349   y  629666516

Durante mi estancia en Masia Peonia disfruté de la compañía de Mercedes y de otros asistentes al taller. Aparte de las comidas, las conversaciones mantenidas jugaron un importante papel en la valoración positiva del lugar. Recuerdo dos amigas de Castellón, una joventcita muy curiosa y activa, y un matrimonio de Barcelona. Las atenciones fueron inmejorables.

Para finalizar la entrada permitidme compartir con vosotros una receta que aprendí en ese viaje, y que he hecho repetidas veces en casa. Se trata de una receta para la elaboración de leche de avena. Mercedes me comentó que está receta era utilizada por las madres macrobióticas como alternativa a la leche de vaca.

Ingredientes:

  • 1 medida de avena en grano
  • 7 medidas de agua
  • Pizca de sal
  • 1 cucharada de aceite
  • Corteza de naranja
  • Canela en rama
  • 1 clavo
  • 1 semilla de cardamomo

Elaboración:

  1. Lava la avena y ponla en la olla con el agua y el resto de ingredientes
  2. Hierve hasta que el agua espese, más o menos una hora
  3. Cuela y guarda en la nevera

A la receta puedes añadirle algunas algas para que aumente su contenido en minerales. Puedes probar con otros cereales integrales. También puedes endulzarla con sirope de arroz o de cebada, especialmente si son niños quien van a tomarla. Puedes utilizar una olla convencional o una olla a presión, en cualquiera de los casos conviene poner a remojo la avena 8 horas antes. Por estas y otras recetas, que permiten hacer casero lo que sólo conoces en las tiendas, vale la pena asistir a un curso de cocina macrobiótica.

Si asistes al taller, por favor, escribe y comparte tu experiencia.

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Pirámide macrobiótica

Desde 1916, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), publica guías gráficas que orientan nuestra alimentación. La más conocida de todas ellas es la pirámide alimentaria, publicada en 1992 (cuadro izquierdo inferior de la siguiente imagen).

guias alimentacion macrobiótica
Guías gráficas que diseña la USDA y que sirve de modelo para la pirámide macrobiótica

Debido a la popularidad de la pirámide como guía nutricional, y a causa de la necesidad de explicar a la población en qué consistía la dieta macrobiótica, se creó la pirámide macrobiótica. En ella encontramos repartidos los distintos tipos de alimentos y la frecuencia de su uso, por lo que es una excelente herramienta a partir de la cuál comprender en qué consiste la alimentación macrobiótica. Esta es la pirámide:

piramide macrobiotica kushi
Pirámide nutricional macrobiótica

Tranquilos aquellos que no sepáis inglés, a continuación vamos a explicar cada uno de sus elementos:

WHOLE GRAINS – cereales integrales

La comida principal debe ser el cereal integral, debiendo comprender el 40-60% del total de la dieta medido por peso. Entre los cereales integrales encontramos: arroz integral, trigo, cebada, avena, mijo, centeno y maíz. Hay otros que también podemos usar, pero recomiendo usar más aquellos que se cultivan en la región mediterránea, como el arroz o el trigo. Puedes cocinarlos solos o combinándolos con otros cereales y verduras.  Es preferible que los tomemos en grano, dejando sus otras formas (harina, copos, sémola, etc.) para uso ocasional. Los cereales refinados o sus derivados debemos de reducirlos al máximo. Por ejemplo, la harina blanca yo la uso para la tempura o los rebozados.

VEGETABLES – verduras

Las verduras representan el 20-30% del total de la comida ingerida. Las verduras deben ser frescas. Conviértete en un chef macrobiótico y aprende a cocinarlas de muy diversas formas: al vapor, hervidas, escaldadas, en tempura, etc. Para cocinar verduras en tempura ir a la entrada Cocinar tempura en macrobiótica. Ocasionalmente podrían tomarse crudas, especialmente en las estaciones más calurosas. Una pequeña proporción de las verduras se prepara en forma de encurtido (también podéis oír la palabra “piquel” que viene del inglés pickle para designar esta forma de preparación).

BEANS & BEANS PRODUCTS – legumbres y sus derivados

Representan un 5-10 % de la comida diaria. Consiste en una pequeña cantidad de legumbres cocinadas. Dentro de este grupo encontramos los garbanzos, las lentejas, las alubias, la soja y los azdukis. Los productos derivados se refiere a alimentos naturales como el tofu, el tempeh y el natto, pero estos son poco conocidos en el mediterráneo, por lo que yo aconsejo incorporarlos como un alimento nuevo, que dé variedad a la dieta de vez en cuando.

SEA VEGETABLE – algas

Se recomienda tomar un 2 % de algas. Son un alimento olvidado que hemos de re-aprender de nuestros amigos gallegos. Las algas aportan gran cantidad de minerales y un toque a mar que combina con infinidad de platos locales que incorporan pescado o marisco. Se utilizan en pequeñas proporciones, se hidratan durante unos minutos y se añaden a la olla o al plato.

A partir de aquí, los alimentos que siguen se toman en muy pequeña cantidad, siendo complementos que se añade a los platos principales, caprichos que tomamos de vez en cuando o alimentos que tomamos para restablecer el equilibrio.

SEASONINGS & CONDIMENTS – sazón y condimentos

Para salar no sólo se usa la sal marina sin refinar sino que también se utiliza una gran variedad de alimentos como por ejemplo: el miso, el tamari, el shoyu, y el vinagre de umeboshi. Como condimentos se utilizan las semillas de sésamo molidas con sal (llamado gomashio),  copos de alga nori y otros.

VEGETABLE OIL – aceite vegetal

Tenemos el aceite de oliva de gran fama en la dieta mediterránea. Recomiendo usar también otros tipos de aceite; le dará más riqueza a la dieta, nutricionalmente y también en cuanto a los sabores. Podemos probar con el aceite de sésamo, el aceite de lino o el de cártamo.

FRUITS,  – frutas

Se recomiendan las frutas locales y que hayan sido cogidos ya maduras, de esta forma no contribuyen a acidificar al organismo. Tomar varias veces a la semana.

FISH & SEAFOOD – pescado y marisco

Se recomienda una pequeña cantidad de pescado o marisco ( unas pocas veces a la semana), más el pescado blanco que el azul.

SEEDS & NUTS – semillas y frutos secos

Un vaso de semillas y frutos secos a la semana suele ser la recomendación estándar; según la condición particular de la persona, esta recomendación puede variar. Algunos ejemplos son: las semillas de sésamo, de girasol o de calabaza, las nueces y las almendras.

SWEETS – dulces

Aquí podemos incluir los postres. Dos o tres veces por semana un postre alegra la mesa. Procuramos que el dulce este elaborado con productos naturales, prescindiendo del azúcar refinado y usando en su lugar otros edulcorantes como el sirope de arroz o de arce.

DAIRY -lácteos- EGGS AND POULTRY -huevos y aves-  MEAT -carne

Estos alimentos se recomiendan en muy poca cantidad, considerándose como uso opcional, infrecuente o que forma parte de un período de transición.

Hasta aquí ha llegado el análisis de la pirámide macrobiótica. ¿Cómo podemos usarla? ¿Para qué nos puede servir? Utiliza la pirámide como una imagen global que apunta en una dirección: una forma de comer que le permite al hombre ser quien es. Comprende que es una imagen, algo limitado, que irá modificándose a medida que aumente nuestra comprensión sobre el ser humano y los alimentos. Complétala con los detalles, que por ser detalles no se pueden incluir en una imagen global , pero que no por ello dejan de ser importantes.

 

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