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¡Nuevo libro! 100 preguntas sobre macrobiótica

macrobiotica moderna mario lopez

Me complace el presentaros el nuevo libro que, gracias a la colaboración de muchos de los lectores de Macrobiótica Mediterránea, ha visto la luz recientemente.

Las 100 preguntas y sus respuestas os permitirán configurar el concepto de esa nueva macrobiótica a la que he llamado macrobiótica moderna.

En este sentido la macrobiótica moderna consistiría en un sistema que utiliza la alimentación y el estilo de vida como principales herramientas para obtener salud y bienestar, teniendo en cuenta factores como el lugar donde se vive (clima y cultura), la constitución corporal, el estado de salud o la estación en la que nos encontramos. Disminuye la influencia de lo oriental, prevaleciente en la macrobiótica tradicional,  y aumenta la influencia de la ciencia de la nutrición, el efecto energético de los alimentos y las prácticas de los pueblos más longevos del planeta.

En las siguientes líneas os transcribo 3 preguntas que encontraréis en su interior como ejemplo de su estilo:

Pregunta 27:

HE OÍDO QUE SEGÚN LA DIETA MACROBIÓTICA NO SE PUEDE COMER FRUTA. ¿ES ESO CIERTO?

Se recomienda no comer frutas cuando estas no favorecen la adaptación al entorno. Las personas nos adaptamos porque comemos aquello que se cultiva en nuestra zona. Por poner un ejemplo extremo, un esquimal se moriría pronto comiendo frutas y verduras. ¿Qué hay en el Polo Norte? Animales. Por tanto, alimentarse de eso que existe de forma natural en un lugar sería favorecer nuestra adaptación al mismo. Lo que ocurre con las frutas es que existe un mercado donde aquí tenemos frutas de allí. Existen multitud de frutas tropicales (kiwi, piña, mango, etc.) que nacen en el trópico y son adecuadas para vivir allí, pero no para un clima templado como el mediterráneo (aunque en España por estar en el borde se podrían hacer excepciones, sobre todo en verano). Además, hoy en día cogen las frutas verdes y se utilizan productos químicos en su cultivo, lo que le resta calidad al alimento. También se argumenta que la fruta acidifica el organismo, pero según Christopher Vasey, en La importancia del equilibrio ácido-básico, la fruta es un alimento ácido pero cuyo efecto en la mayoría de las personas es el de alcalinizar, por tanto el que la fruta acidifique el organismo podríamos calificarlo como “mito macrobiótico”.

De todas formas, yo recomendaría mantener la fruta en nuestra dieta. En numerosos estudios se destaca el efecto positivo de su consumo. Trata de tomar aquella que aparece en el terreno de forma natural (no importada), que se coge madura y que no se trata con pesticidas.

Pregunta 33:

¿PUEDO TENER CARENCIAS AL DEJAR DE COMER CARNE Y PESCADO?

No tiene por qué, ya que los nutrientes que contienen la carne y el pescado también aparecen en otros alimentos de origen vegetal (excepto la vitamina B12).

Aun así, mi experiencia me dice que mucha gente cuando deja de comer carne experimenta lo siguiente:

  • Descenso del nivel energía
  • Pérdida de peso
  • Carácter más suave, a veces con pérdida de la capacidad para ser disciplinado

Estos síntomas indican carencias en algún u otro sentido. ¿A qué se deben? Creo que puede deberse a las sientes razones

1. ALIMENTACIÓN BASADA EN PLANTAS CON CARENCIAS

Seguir una alimentación basada en plantas no significa dejar de comer carne y pescado y ya está, sino que hemos de asegurarnos que en la dieta figuran todos los nutrientes necesarios para lograr y mantener la salud. Cereales integrales, legumbres, verduras frescas, frutos secos, semillas, algas productos fermentados, etc. deberían estar presentes casi a diario.

2. ALIMENTACIÓN BASADA EN PLANTAS CON PRESENCIA DE ALIMENTOS REFINADOS

Si dejamos de comer carne y pescado pero continuamos comiendo harinas refinadas y azúcar blanco puede que aparezcan carencias, pues son productos que necesitan minerales y vitaminas que “roban” de nuestro organismo.

3. TRANSICIÓN BRUSCA

Hay que tener cuidado con los cambios bruscos de alimentación. El cuerpo es algo material que se ha construido con aquello que hemos ingerido durante años. Cambiar de repente los materiales que le suministramos puede causar desorientación en los encargados de la construcción.

4. ACTIVIDAD FÍSICA MUY EXIGENTE

En el caso de realizar una actividad física exigente o estar expuesto a las inclemencias del tiempo, el cuerpo puede que necesite alimentos más densos como la carne y el pescado. En este caso estos alimentos estarían contribuyendo a acercarnos al equilibrio y sin duda notaremos de inmediato sus efectos.

Pregunta 58

¿VA LA MACROBIÓTICA CONTRA LA MEDICINA QUE SE PRACTICA EN LOS HOSPITALES?

No. La medicina de los hospitales es necesaria. La macrobiótica defiende la medicina de los hospitales en casos de emergencia, pues es una medicina de las emergencias. No te pongas a comer arroz integral cuando sufres de apendicitis, corre al hospital.

La macrobiótica va en contra de matar moscas a cañonazos, que es lo que en ocasiones ocurre con la medicina actual. A veces simplemente con comer de forma más ligera durante unos días y realizar algunos ajustes en el estilo de vida es suficiente para recuperarse de ciertas dolencias.

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100 preguntas de macrobiótica: Una aproximación a la macrobiótica moderna

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Conclusiones de la lectura de “Cerebro de Pan” y “Sin trigo, gracias”

¡Ya acabé los dos libros!

Macrobiótica y Cerebro de pan y Sin trigo

14 horas de lectura, 34 euros, 12 hojas de notas…

macrobiótica y libros no cereales

Hace 2 semanas anuncié que iba a leer Cerebro de pan y Sin trigo, gracias,  dos libros de reciente publicación, cuyo mensaje principal es: “No comas cereales, perjudican la salud”.

Como todos sabéis, los cereales son la base de la alimentación macrobiótica. Por ese motivo creí importante leer dos libros que contradecían de manera tan directa las recomendaciones macrobióticas.

Después de leerlos he comprobado que los temas de los que hablan son muchos, y en consecuencia también pueden ser muchas sus conclusiones. Por ello, en esta entrada me  centraré en la cuestión de los cereales,  ¿A qué nos referimos cuando decimos cereales? ¿Son buenos o no? ¿Cuánta cantidad tomar? … ¿Hemos de modificar algunas de las recomendaciones macrobióticas de acuerdo a los estudios científicos que se incluyen en los libros?

Cuando hablamos de cereales, hoy en día nos podemos referir a:

  1. Los paquetes de cereales para el desayuno que venden en los supermercados, tipo Corn Flakes de Kellogg’s, Frosties, Choco Krispies,… elaborados con harina, azúcar,  aditivos y  normalmente fortificados con vitaminas y minerales.
  2. Productos elaborados con harinas, especialmente la harina de trigo, como por ejemplo: pan, pasta, galletas, bizcochos…
  3. Los granos o semillas: arroz integral, mijo, avena, el mismo trigo pero en forma de grano, la cebada y otros. Los encuentras en tiendas Bio.

¿A qué se refieren los autores cuando hablan de los cereales? A ninguno de los 3 puntos anteriores, sino al gluten.

El gluten es una parte del trigo que tiene efectos negativos en el organismo. William Davis se encarga de describirlos a lo largo de todo su libro. Efectos sobre la piel, la diabetes, las enfermedades cardíacas, el colesterol, el cerebro, la formación de un medio ácido y el envejecimiento. Aporta, en todos los casos, estudios científicos que respaldan sus palabras.

Como el gluten está en el trigo, y el trigo es el cereal más consumido, al final se utiliza la palabra “cereales” como sinónimo de gluten.

NO TOMES GLUTEN = NO TOMES TRIGO (porque el gluten está en el trigo) = NO TOMES CEREALES (porque el trigo es, con diferencia, el cereal más consumido, a veces el único).

Incluso el pan integral estaría contribuyendo a arruinar nuestra salud. Mira lo que cuentan los autores:

En la pág. 94, Cerebro de pan:

Cuando doy conferencias a miembros de la comunidad médica, una de mis diapositivas favoritas es una en la que aparecen cuatro alimentos comunes: (1) una rebanada de pan integral de trigo, (2) una barra de chocolate con caramelo y cacahuete, (3) una cucharada de azúcar blanco refinado y (4) un plátano. Entonces pido a los asistentes que adivinen cuál provoca el mayor aumento de azúcar en la sangre o, dicho de otro modo, cuál tiene el mayor índice glucémico (IG).

Nueve de cada diez veces, la gente elige el alimento erróneo. No, no es la cucharada de azúcar (IG=68), ni el chocolate (IG=55), ni el plátano (IG=54). Es el pan integral de trigo, con un IG altísimo de 71 que está a la par del pan blanco (lo cual desmiente que el comer trigo integral sea mejor que comer harinas refinadas).

En la pág. 91, Sin trigo, gracias:

De acuerdo con la sabiduría pouplar en materia de alimentación, si algo que es malo para ti (harina blanca) es reemplazado por algo menos malo (el trigo integral), entonces mucho de lo menos malo debería resultar excelente. Siguiendo con esa lógica, si los cigarrillos con alto contenido de alquitraán son malos para tu salud y los de bajo contenido de alquitrán son menos malos, entonces, muchos cigarrillos con bajo contenido en alquitrán deberían ser buenos.

Primera conclusión:

No tomes cereales con gluten como el trigo, la cebada, la espelta, el kamut o el centeno, en forma de grano y especialmente en forma de pan, blanco o integral.

Los dos autores en los capítulos finales de sus respectivos libros recomiendan consumir de forma limitada los cereales sin gluten.

El Dr. Davis en un resumen muy útil (páginas 293-296) nos recomienda tomar cantidades limitadas de cereales sin gluten: quinoa, mijo, sorgo, teff, amaranto, trigo sarraceno, arroz (integral y blanco), avena, arroz salvaje.

Por su parte, el Dr. Perlmutter escribe: “Los siguientes alimentos también pueden consumirse, pero con moderación (lo que significa comerlos en pequeñas cantidades una vez al día, o, idealmente, solo un par de veces a la semana)”. Y cita en esta categoría a los granos sin gluten: amaranto, alforfón [trigo sarraceno], arroz (integral, blanco o silvestre), mijo, quinoa, sorgo y teff.

¿Por qué  de forma limitada si en macrobiótica los tomamos a diario, varias veces al día? Por su índice glucémico elevado. El consumo de cereales contribuye a elevar el azúcar en sangre de forma brusca, ello lleva a la producción de insulina, que es la hormona encargada de almacenar toda esa energía en forma de grasa en nuestros michelines. Una dieta rica en carbohidratos también favorece la inflamación. Perlmutter recomienda tomar como mucho 60g de carbohidratos al día (más o menos 1/3 de vaso de arroz integral al día).

Segunda conclusión:

Toma de forma moderada (1/3 de vaso al día) los cereales sin gluten: trigo sarraceno, quinoa, teff, amaranto, arroz integral o blanco, mijo, sorgo.

SUGERENCIAS DE LA LECTURA A ALGUIEN QUE SIGA LA MACROBIÓTICA TRADICIONAL

Mario, después de leer los dos libros y con tu experiencia, ¿qué me aconsejarías a mí, que sigo una dieta macrobiótica?

  1. No comas el pan de panadería, refinado y  comercial. No es sólo trigo lo que lleva ese pan, sino mejorantes, aditivos etc. que lo hacen perjudicial para la salud. Además, el trigo que se utiliza es un trigo moderno, muy modificado, rico en gluten, que en muchos casos activa nuestro sistema inmune porque el organismo lo identifica como una sustancia extraña, no un alimento inofensivo.
  2. Toma pan integral, hecho con masa madre, 1 vez al día si realizas bastante actividad física.
  3. Continua tomando cereales, pero en menos cantidad de lo que recomienda la dieta macrobiotica tradicional. Un 50-60% de cereales al día puede ser exagerado en muchos casos. Ninguna población antigua ha tomado tantos cereales. Las recomendaciones de Perlmutter (60g de carbohidratos al día) pueden estar bien en el caso de que quieras perder peso, pero si realizas actividad física, estás en edad de crecimiento, tienes una constitución grande y fuerte o no tienes problemas de peso, puedes tomar entre 120-150 g/día (algo más de 1/2 vaso al día, pesado antes de cocinarlo).
  4. Introduce en tu dieta más grasas. Tiene efectos neuroprotectores. Los últimos estudios confirman que alimentos como el aceite de oliva, el aceite de coco, los frutos secos o el pescado azul contribuyen en la prevención de enfermedades como el alzheimer o la demencia. Uno de mis profesores, John Kozinski, con una dilatada experiencia en la macrobiótica, y  un estudio realizado con niños en una comunidad macrobiótica de Holanda –Deficiencias en niños con una dieta macrobiótica–  recomiendan aumentar el consumo de grasas.
  5. Aumenta el consumo de proteínas. Tras seguir unos meses la macrobiótica tradicional, mucha gente experimenta dos cosas: (a) Pérdida de masa muscular, (b) Aumento exagerado del apetito. Ambas cosas pueden estar motivadas por una falta de proteínas en la dieta, que se podría prevenir incluyendo legumbres, pescado, huevos y carne. Como guía general utiliza más legumbres y pescado, y que la carne y los huevos sean lo más naturales posible. Puedes leer el post A pesar de la macrobiótica, come proteínas.
  6. Sigue tomando muchas verduras. En mi opinión, la macrobiótica del futuro se basará cada vez más en las verduras, por su bajo índice glucémico, por su riqueza en nutrientes, porque la gran mayoría de tendencias dietéticas están de acuerdo en ello, porque las grandes tradciones de salud así lo recomiendan.

Mi experiencia: Cambios que hice en la dieta

Animado por Joana García, lectora de Macrobiótica Mediterránea, decidí llevar a la práctica lo sugerido en los libros. Esto ha sido lo que he hecho durante 2 semanas:

  1. No he tomado gluten, ni en la forma de harinas (pan, pasta, cuscús) ni en la forma de grano (trigo, cebada, espelta, centeno).
  2. He reducido la cantidad de cereales, tomando alrededor de 70-80 g al día, especialmente arroz, mijo y quinoa.
  3. He aumentado la cantidad de carne (2-3 veces semana, pequeñas raciones), pescado (4 veces semana), huevos (6 a la semana).
  4. He consumido más frutos secos a diario, 2-3 raciones de queso a la semana y algo de mantequilla, crema de semillas de lino, aguacate, más aceite de oliva, aceite de coco.

Mi experiencia: Resultados

He comprobado que:

  1. En el trabajo estoy más despierto. Noto más energía y menos períodos de somnolencia. Es un trabajo muy exigente y muy mental.
  2. Mejores sensaciones digestivas. Tengo la sensación que le he quitado trabajo  al sistema digestivo. Sensación de que el organismo fluye con más equilibrio.
  3. Necesito comer menos cantidad, quizás por el efecto saciante de las proteínas y las grasas.
  4. He sentido tener la energía suficiente para la actividad física (gimnasio, 4 veces/semana).
  5. He disfrutado más de la comida. Los alimentos ricos en grasas y proteínas están más sabrosos, eso es un hecho.
  6. Quizás el único punto en contra ha sido la aparición de un eczema en la mano derecha, ¿quizás los lácteos?

Sin duda, la lectura de Sin trigo, gracias y Cerebro de pan, da para más de una entrada. Aquí me he centrado en sus diferencias con las recomendaciones de la macrobiótica tradicional, especialmente en lo que se refiere a los cereales, pero seguro que volveré a hablar de ellos cuando trate temas como la pérdida de peso, la prevención de enfermedades o la reducción del estrés.

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Dime cómo podría ayudarte

Tiendo a la dispersión. ¿No te ha pasado nunca que tienes la sensación de pasar de una cosa a otra sin acabar ninguna? Eso es dispersión, y es algo muy habitual en personas con tendencias intelectuales y creativas. Para poder superar ese rasgo y centrarme en una sola cosa, leo a Cal Newport.

Cal Newport trabaja como profesor de ingeniería informática en la universidad de Georgetown, donde se ve obligado a realizar avances en su campo cada 6 meses si quiere seguir en su puesto. Esto le ha llevado a profundizar sobre el hecho de estar concentrado y ser productivo.

Si quieres hacer algo que valga la pena, intenta cumplir estos dos requisitos:

1.- Sé bueno en algo.

2.- Mantente centrado en un proyecto.

En palabras de Cal Newport:

De lo que me he dado cuenta estudiando a los mejores, intentando yo mismo ser uno de ellos, es que los logros verdaderos, los logros que realmente crean valor en el mundo, requieren dos cosas: conocimiento y tiempo.

No puedes evitar estas dos cosas si quieres conseguir algo importante. Hasta que no seas bueno en algo, es muy difícil que hagas algo que el mundo valore. Una vez que eres bueno en algo, cualquier proyecto que quieras hacer en ese campo, que le importe a la gente, va a necesitar mucho de tu tiempo y de tu atención. Mucho más de lo que la gente piensa.

Aplicando las palabras de Cal Newport a Macrobiótica Mediterránea, y con el objetivo de convertir este blog en una herramienta útil para el mundo, voy a preguntaros sobre vuestras necesidades, para centrarme en ellas y aportar soluciones. Consistirá en 1 sola pregunta que no llevará más de 2 minutos responder. Podéis hacerlo en el formulario que incluyo a continuación.

Si no puedes ver el formulario este es el enlace, pincha aquí -> Formulario

Esta pregunta es importante para la evolución de Macrobiótica Mediterránea. Quedo a la espera de vuestra respuesta.

Además, me comprometo personalmente a responderos y tratar de orientaros lo mejor que pueda en vuestro “problema”.

Un saludo

Mario

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¿Qué hacían los griegos para estar sanos?

En el modelo antiguo uno sentía un dolor e iba al médico. Hacía lo que este le prescribía, se curaba y ya está, hasta la próxima. Hoy en día, somos cada vez más conscientes de que lo que hacemos y lo que comemos influye en nuestra salud. No es un marco neutro. Las enfermedades o dolencias no caen del cielo, sino que existen causas escondidas en eso a lo que llamamos vida y que parece inofensivo.

La macrobiótica aparece en este contexto para ayudarnos a coger las riendas de nuestra salud. Nos enseña que si comemos esto y no lo otro, o si hacemos esto y no lo otro, nos sentiremos mejor y mantedremos a las enfermedades y los malestares lejos de nosotros. En este sentido, hace unos días, me encantó la forma de hablar de Irina Matveikova sobre la responsabilidad que tenemos sobre nuestra salud. Matveikova lo cuenta de una forma clara en su libro, Inteligencia digestiva. Dice así:

Estar sano y prevenir el desarrollo o avance de tus enfermedades es un derecho tuyo y si no eliges ese camino, la sociedad puede que no te rechace; al contrario, te cuidará como pueda (dirás que nunca es suficiente, por su puesto), te asignará un médico, te proporcionará los medicamentos y un hospital si hace falta.

Los expertos aseguran que el 80 por ciento de los cuidados que necesita un enfermo crónico podría proporcionárselos él mismo con la preparación y formación suficiente. Y el 90 por ciento de las enfermedades y los problemas que causan la visita al médico se pueden prevenir solamente con una alimentación sana, una mínima actividad física y una higiene adecuada.

Tu cuerpo es tu vehículo: requiere pasar la ITV, un buen combustible y un buen trato. Conocer tus problemas y cuidar tu salud tiene que ser tan imprescindible como trabajar o tener una cuenta bancaria. Prevenir la enfermedad debe tener el mismo valor que prevenir una bancarrota.

Parece una obviedad pero… ¿Quién te enseña hoy en día cómo comer y qué hacer para estar sano? ¿Y quién te anima a ello?

La macrobiótica es un puente que nos conecta con las tradiciones antiguas, aquellas que profundizaron en las bases de la salud, no sé si porque eran los inicios del conocimiento humano o porque eran conscientes de que antes de ir a los detalles de algo, hay que asegurarse que lo básico está hecho. Una de esas tradiciones antiguas es la Medicina Griega, la cual nos recomienda  cuidar los siguientes aspectos que enumero en forma de preguntas:

¿CUÁL ES LA CALIDAD DEL AIRE QUE RESPIRO?

El aire es más importante que la comida, la bebida o el ejercicio, pero como no es algo tangible, no es un objeto ni una actividad, la mayoría de las veces nos pasa desapercibido. La calidad del aire es uno de los pilares básicos para una buena salud. Recuerdo que, al leer la biografía de Jiddu Krishnamurti, me llamó la atención la elección del lugar de residencia en función de la calidad del aire y la humedad del lugar, de forma que fuese lo mejor para su salud. Normalmente no caemos en ello, sobre todo, porque la mayoría de nosotros no puede permitirse cambiar de residencia así como así. Sin embargo, sí podemos mejorar la calidad del aire que respiramos con simples ajustes como:

  • Pasar más tiempo en la naturaleza.
  • Evitar pasear por la ciudad en las horas punta.
  • Mantener una casa aireada, con plantas.
  • Regular la humedad del hogar con humidificadores o cuencos con agua.

Otro aspecto muy importante respecto al aire,  inimaginable para los griegos antiguos, es la contaminación electromagnética. En relación a ella existe un interesantísimo post que puedes visitar, titulado: Contaminación electromagnética y macrobiótica.

¿QUÉ COMO Y BEBO?

En numerosas entradas de Macrobiótica Mediterránea podemos comprobar la importancia de una alimentación sana que cumpla, en gran parte (siempre hay un hueco para el pecado), los siguientes puntos:

  • Alimentos integrales.
  • Alimentos poco o nada procesados, sin aditivos.
  • Dieta basada en plantas, con pequeñas cantidades de productos animales de buena calidad.
  • Alimentos de la estación.
  • Productos locales.
  • Con ajustes según la salud y tendencias de la persona concreta.

En cuanto a la bebidas, siempre se recomienda agua. Alrededor de 1.5 o 2 litros al día, en forma de agua, zumos o infusiones no diuréticas.

¿REALIZO EJERCICIO FÍSICO? ¿CUÁNTO DESCANSO?

Otra entrada del blog nos habla de la importancia del ejercicio físico para nuestra salud: ¿Por qué actividad física en una vida macrobiótica?

Saber elegir qué tipo de ejercicio es el que más nos conviene y alternarlo con períodos de descanso es fundamental para conservar nuestra salud.

¿CUÁNTAS HORAS DUERMO Y CUÁNTAS ESTOY DESPIERTO?

En consulta advierto frecuentemente que la falta de sueño es una de las principales causas de tener una energía débil. En la mayoría de los casos aparecen las ojeras que, según la medicina china, indica una energía general baja, frecuentemente llamado también energía de riñón baja. Aquí cabe resaltar diferentes aspectos que se agrupan bajo el nombre de higiene del sueño:

  • Dejar entre la cena y la hora de acostarse, al menos, 2-3 horas.
  • No tomar estimulantes, sobre todo, en la segunda parte del día.
  • Acostarse siempre a la misma hora del día.
  • Realizar siempre la misma rutina a la hora de dormir. P.ej. me pongo el pijama, me lavo los dientes, la cara, me cepillo el pelo, me relajo en la cama 2 minutos y me duermo.
  • Pasar, al menos, 15 minutos al Sol durante el día.
  • No dormir siesta.
  • Utilizar la cama sólo para dormir o actividad sexual, nada de ver la televisión, leer o visitar internet.
  • Procurar que la habitación esté a oscuras y libre de ruidos.
  • No ver la televisón/ordenador/móvil, al menos, 2 horas antes de acostarse.

¿EXISTE UN EQUILIBRIO ENTRE LO QUE ENTRA Y LO QUE SALE?

Nuestro cuerpo se mantiene porque constantemente hay un equilibrio entre lo que entra y lo que sale, sea oxígeno, alimentos o bebidas. En cuanto ese flujo de entradas y salidas se detiene pueden acontencer problemas. A nivel de alimentación el problema más frecuente es el estreñimiento, consecuencia de una dieta rica en harinas refinadas, carne, azúcar, productos lácteos y una hidratación deficiente. Para evitar el estreñimiento, asegúrate de estar haciendo lo siguiente:

  • Beber, al menos, 1.5 litros de agua al día.
  • Tomar alimentos ricos en fibra (p.ej. cereales integrales, verduras de hoja y de raíz, legumbres, etc.).
  • Evitar el consumo excesivo de los alimentos citados más arriba.
  • Tomar verduras de raíz: nabo, remolacha o zanahoria, incluidas sus hojas.
  • Incluir semillas en la dieta, por ejemplo, de lino o sésamo.
  • Para remedios específicos puede mirar en la entrada Remedios macrobióticos contra el estreñimiento.

¿CUÁL ES EL ESTADO DE MI MENTE Y MIS EMOCIONES?

En muchas ocasiones el cuerpo sigue a la mente. Al acudir ciertos pensamientos a nuestra cabeza, notamos como el cuerpo empieza a alterarse, sentimos nervios que se convierte en ansiedad. Por ello, para tener un cuerpo sano nuestra cabeza ha de estar bien amueblada. Cientos de estudios demuestran como una mente en calma favorece la recuperación de distintos tipos de enfermedades y constituye un ingrediente importantísimo para una vida sana.

Para la gestión emocional y mental, existen diferentes métodos. Uno que me gusta por su sencillez es el mindfulness. El mindfulness se basa en ser consciente plenamente de lo que nos ocurre. Ese darse cuenta va transformando aquello que reconocemos. Por ejemplo, estoy nervioso, me doy cuenta de que estoy nervioso, y ese “darme cuenta” hace que cada vez esté menos nervioso. El truco es saber mantener ese “darse cuenta”. Para ayudarnos a ello, y en relación a la alimentación, el maestro budista Thich Nhat Hanh tiene un libro estupendo que analizamos en la entrada Macrobiótica vs Alimentación consciente. Puedes visitarla para profundizar en ello.

En este post hemos dado herramientas para pasar del esquema:

“Estoy malo. ¿Qué tomo para curarme?” [me curo y me olvido]

Al esquema:

“Estoy malo. ¿Cuáles son las condiciones a partir de las cuales ha surgido la enfermedad? ¿Qué remedio específico puedo tomar para paliar los síntomas? ¿Qué condiciones he de cambiar para prevenir estar malo en el futuro?” [me curo, reviso las bases de salud y, si es necesario, las modifico para asegurar más salud en el futuro]

 

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Lista de Daniel Reid para una alimentación macrobiótica

Daniel Reid es un famoso autor estadounidense que escribe sobre filosofía oriental y curación a través de medios naturales. Uno de sus libros más famosos es “El Tao de la Vida Sana”, en el cual nos habla sobre los métodos de desintoxicación. Hacia el final del libro y en forma de resumen escribe sobre los hábitos alimentarios de una manera resumida, en forma de lista, para poder pegarla en la nevera de la cocina… Y yo me dije, ¿y por qué no en el blog de Macrobiótica Mediterránea?

LISTA DE HÁBITOS ALIMENTARIOS RACIONALES

Basado en el libro de Daniel Reid, El Tao de la Vida Sana

1. PROHIBIDO CIRCULAR A MÁS DE 80

No comer a menos que uno tenga hambre, y cuando se coma, quedarse al 80%. Si comemos demasiado aunque todo sea ecológico y de buena calidad arruinará nuestra digestión. Esta recomendación coincide con lo que nos aconsejan las personas centenarias de la isla japonesa de Okinawa. Más consejos de personas centenarias en la entrada Longevidad, consecuencia de una vida macrobiótica.

2. SENCILLEZ

Tanto al cocinar en casa como cuando vamos a un restaurante,  las comidas han de ser sencillas. Ello contribuirá a facilitar nuestra digestión y por tanto nuestra salud. Todo eso no quita que algún día queramos disfrutar de los sentidos y comer al estilo Ferrán Adriá.

3. NADA DE ACEITES HIDROGENADOS

Los aceites hidrogenados son aquellos que han sido modificados (añadiéndoles hidrógeno).  De esta manera se pueden fabricar margarinas (porque el hidrogeno hace que los aceites vegetales sean sólidos) y otros productos industriales (bollería, platos precocinados, etc.).

Odile Fernández en su libro “Alimentación Anticáncer” nos cuenta que “son grasas difíciles de digerir y sobre todo muy inflamatorias y muy dañinas para nuestro cuerpo. Estas grasas producen un incremento en la incidencia de cáncer, diabetes tipo 2, obesidad, infartos de miocardio y tromboembolismos”. No es de extrañar que Daniel Reid contemple el evitar este tipo de grasas como uno de sus puntos principales.

4. ADAPTAR EL PLATO A LOS ALREDEDORES

Adecuando lo que comemos a lo que tenemos alrededor, sea clima, condiciones laborales, relaciones personales, etc. conseguiremos el equilibrio. Hoy en día se suele oir que nuestra alimentación ha de ser equilibrada, comer un poco de todo. Pero la experiencia nos dice que esa no es la solución, muy por el contrario algunos de nuestros males están causados por ese “un poquito de todo”. Los seres humanos hemos sobrevivido porque hemos sido capaces de alimentarnos de aquello que crecía o se criaba donde viviamos. Un esquimal come focas, ballenas, etc. no come lechugas porque no crecen en su hábitat y además si las comiese moriría en dos días. Alimentándonos de acuerdo a nuestro hábitat y a la estación en que nos encontramos, estamos más conectados con la Tierra y esa conexión nos trae salud y bienestar.

5. CONSUME ALIMENTOS SIN COCINAR

Tomar por lo menos el 30-50% de nuestra dieta diaria en forma de alimentos sin cocinar, más en verano, menos en invierno. Esta recomendación contradice a la macrobiótica tradicional que apenas toca los alimentos crudos, pero hemos de rendirnos a la evidencia científica y recomendaciones de otros autores dedicados a la salud.

Dentro de esta categoría de alimentos sin cocinar podríamos incluir: verduras apenas escaldadas unos segundos, pickles/encurtidos (para saber como hacer en casa ir a Sandor Katz, experto en encurtidos), ensalada prensada (ver un ejemplo en Ensalada prensada para verano), ensaladas, fruta y frutos secos crudos.

6. NO A LOS EDULCORANTES ARTIFICIALES

Evitar estrictamente el consumo de todo tipo de edulcorantes artificiales. Limitar de forma rigurosa el consumo de azúcar blanco que tiene un efecto adictivo y contribuye a la aparición de oscilaciones bruscas en el estado de ánimo, obesidad, diabetes y otros trastornos derivados de la acidificación del organismo. Para conocer más sobre este tema puedes visitar la entrada Macrobiótica sin aspartamo.

7. MASTICAR ENTRE 30 Y 40 VECES

Una recomendación que Hiromi Shinya, autor de La Enzima Prodigiosa, también promueve. La masticación mejora la digestión, nos calma emocionalmente y nos permite disfrutar de los sabores. Reid añade:

El arroz integral, que es acidificante, en realidad se vuelve alcalinizante cuando se mastica por lo menos 100 veces, debido a la abundante insalivación en la boca con la enzima alcalina ptialina. Cuanto más mastiquemos, más se acercan al extremo alcalino de la escala y menos acidez producen en el estómago.

8. NO BEBER CUANDO SE COME

No beber zumos de frutas ni agua durante las comidas porque diluyen las secrecciones salivares y las gástricas, lo cuál retrasa la digestión y favorece la fermentación.

9. AGUA

Intenta beber por lo menos 6 vasos de agua todos los días, pero sólo entre las comidas. Ten en cuenta que el tipo de actividad que realices y el tipo de alimentos que comas variará tus necesidades de agua, pero para dar una referencia, entre 6 y 8 vasos es la cifra según autores expertos en salud como Christopher Vasey o Andreas Moritz.

Para saber más sobre el agua:

10. SIN PRISAS

Comer cuando se dispone de tiempo y tranquilidad para hacerlo. Cuánto más rápido comamos más lenta será la digestión. Para realizar correctamente la digestión el cuerpo debe encontrarse en el modo tranquilidad, el cuerpo funciona al igual que lo haría si estuviésemos descansando, disfrutando de una película o de una velada con nuestros amigos. Por el contrario cuando cuerpo se encuentra en el modo estrés todos los procesos digestivos se detienen. Situaciones como pelearse con alguien, correr, estar preocupado constantemente, etc. son momentos en los que el modo estrés está funcionando.

11. NADA SÓLIDO CUANDO ESTAMOS ENFERMOS

Cuando uno está enfermo, tiene fiebre o escalofríos, habría que evitar tomar alimentos sólidos. De esta manera le estamos dando al cuerpo la oportunidad de dedicar sus energías a la curación en lugar de tener que hacer la digestión. Tampoco habría que comer cuando uno está alterado emocionalmente (enfado, ansiedad, preocupación, etc.) ya que el sistema digestivo se bloquea, como hemos nombrado en el punto anterior.

Esta ha sido la lista que Daniel Reid nos ofrece en su libro. ¿Sabes de algún otro punto que a tu entender debería estar en la lista? ¿Que más haces tú para comer sano? No dudes en dejar tus comentarios y enriquecer así la información del post. ¡Ayúdanos a crear la lista de hábitos saludables de Macrobiótica Mediterránea!

 

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