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Macrobiótica y Día Mundial de la Salud

Macrobiótica no es sólo aquello que se llame macrobiótico. Macrobiótica es todo aquello que tenga relación con devolver a la persona a un punto donde exista más equilibrio que el momento anterior, y a consecuencia de ese desplazamiento hacia el equilibrio tiene lugar un aumento en la salud.

Si una persona pasa todo el día sentada en la oficina, el hacer ejercicio por la tarde es una práctica macrobiótica. Si una persona pasa todo el día descargando cajas, hacer ejercicio por la tarde no es una práctica macrobiótica.

Lo que ocurre es que hoy en día la mayoría de nuestras vidas comparten unas características muy parecidas. La mayoría de nosotros tiene trabajos sedentarios, por lo tanto, hacer ejercicio nos acerca a todos al equilibrio. De la misma manera, la mayoría de nosotros comemos gran cantidad de alimentos refinados y animales (pan blanco, azúcar, carne, lácteos, pescado,etc.), por lo tanto, una dieta basada en alimentos integrales nos acerca al equilibrio.

La pasada semana, con motivo del Día Mundial de la Salud, aparecía en el Diario Información una sección sobre salud. De esta sección he rescatado dos artículos para esta entrada, donde encontramos mucha macrobiótica.

REALIZAR EJERCICIO DIARIO ALARGA LA VIDA

Un estudio realizado por investigadores del Insituto Universitario Cemic de Buenos Aires en personas mayores ha demostrado que, al menos, el 78 por ciento de las que practicaban un mínimo media hora diaria de ejercicio, a largaban la vida por lo menos cinco años. Los autores de la investigación, del que se hace eco la fundación Española del Corazón, recomiendan, tras analizar los resultados, realizar 30 minutos de actividad física al día, cinco veces a la semana y proponen como actividades: nadar, caminar, hacer gimnasia acuática, bailar o montar en bicicleta. El estudio que incluyó a 337 personas mayores de 80 años, demostró que el 78 por ciento de las personas que realizan actividad física de forma regular, alargan la vida al menos cinco años, frente al 46 por cientoo de superviviencia en el caso de las personas sedentarias.  La Fundación Española del Corazón realiza estás recomendaciones con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud.

UNA DIETA SALUDABLE AYUDA A PROTEGERSE FRENTE AL CÁNCER

Cada año se diagnostican en España 162.000 nuevos pacientes con cáncer. Estudios epidemiológicos de población y genéticos específicos han demostrado una relación causa efecto entre una alimentación inadecuada y el desarrollo de enfermedades como el cáncer. Los datos apuntan a que los malos hábitos alimenticios, combinados con el consumo energético elevado, además de alcochol y el tabaco, pueden aumentar el riesgo de aparción de un tumor.

Por esta razón, y con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este sábado 7 de abril, el MD Anderson Cancer Center Madrid quiere promover una dieta oncsaludable.

Como base para una alimentación oncoprotectora, los especialistas aconsejan una dieta variada y equilibrada, según la edad y el estilo de vida de cada persona. Las guías alimentarias orientan sobre el consumo saludable que permita disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer. Así, recomiendan las frutas y verduras, que aportan fibra, minerales, vitaminas y antioxidantes.

Frutas y verduras en macrobiótica
Las frutas y verduras compensan el consumo excesivo de sal, carnes y quesos curados. En otras palabras, hacen la dieta más macrobiótica

Restringir el consumo de carnes procesadas y con grasa, eliminar la piel de las aves antes del cocinado. El consumo de grasa debe ser moderado y se aconseja que sea procedente de alimentos vegetales. La fibra, proveniente de legumbres, cereales, frutas y verduras, debe suponer una ingesta diaria de 30 grs.

El ejercicio diario durante 30 minutos es necesario para evitar el aumento de peso, mantener el equilibrio de la masa muscular, fortalecer el corazón y mejorar el riego sanguíneo.

Estas dos noticias nos informan sobre el efecto que el ejercicio físico y la dieta tienen sobre nuestra salud; elementos que nos parecen evidentes, pero que necesitamos recordar para hacerlos realidad en nuestro día a día. Si tu intención es tener una vida que incluya estos principios, ponte en contacto con nosotros y diseñaremos la mejor de las transiciones. Macrobiótica es un puente hacia el cambio.

 

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Dieta macrobiótica sin gases

Muchos de nosotros tememos una dieta macrobiótica porque creemos que nos va a producir más gases. El consumo de alimentos integrales como los cereales en grano, harinas, verduras y frutas con su piel, y especialmente las legumbres, contribuye a aumentar los gases intestinales. No os preocupéis por ello, vamos a ver algunos consejos que podéis aplicar para evitar este “efecto secundario”.

En primer lugar, si estás empezando a comer de forma macrobiótica, no seas impaciente y espera alrededor de 1 mes para ver cómo funciona tu cuerpo. Al principio existe un período de ajuste en el que puedes sentir pocas ganas de comer, aturdimiento, malas digestiones y gases. El cuerpo tiene que habituarse a los nuevos alimentos. Todos estos síntomas se reducen si introducimos las nueva dieta de forma progresiva.

Una vez que ya llevamos una dieta macrobiótica mediterránea durante un tiempo, si tenemos gases, podemos atender a los siguientes puntos para redurcirlos:

1. No comer de más. El comer de más provoca acidez y digestiones pesadas que contribuyen al aumento de los gases. Vigila que no te falte ningún nutriente en tu dieta que te este llevando a comer de más. Come menos cantidad y más veces. Sigue la regla del 80% aplicada por los pueblos que viven del planeta: Dejo de comer cuando estoy 80% lleno

2. Mastica concienzudamente. La digestión comienza en la boca. Compara la digestión con una hoguera; cuanto más pequeños sean los troncos, más fácil será hacer fuego (=digestión)

3. No mezcles liquídos y sólidos en la misma comida. Los líquidos disminuirán el efecto de los enzimas digestivos. Además, los líquidos harán más díficil el masticar

4. Evita comer frecuentemente azúcar refinada. El azúcar utiliza minerales del organismo para poder ser metabolizada, con el consiguiente efecto acidificante en la sangre. Esta acidez puede causar flatulencia.

5. Consume alimentos fermentados como por ejemplo los encurtidos, consumidos desde mucho tiempo atrás en la región mediterránea. En la zona de Alicante, puedes encontrar diferentes tipos de olivas, pepinillos o variantes. También puedes probar con el chucrut (sauerkraut), el miso o el tempeh, productos fermentados de otras culturas pero que pueden adquirirse fácilmente en comercios cercanos. Los fermentados contribuyen a que la flora intestinal buena prolifere en nuestros intestinos.

6. Ejercicio ligero después de las comidas ayuda a reducir los gases. Un breve paseo es un ritual practicado en muchas culturas. Mejora la circulación y ayuda a la digestión.

Escribe si tienes problemas con los gases para ver que podemos hacer. También si tienes alguna otra sugerencia que no se haya tenido en cuenta en esta entrada. Más adelante escribiremos sobre este tema cuando hablemos de las legumbres.

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