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Por qué la macrobiótica se asocia al cáncer

El problema del cáncer nos ofrece la posibilidad de repensar seriamente nuestro entendimiento de la salud y la enfermedad.
 
Michio Kushi 
 

El boom de la macrobiótica en los años 80 se debe, en parte, a la demanda de asesoramiento por parte de las personas diagnosticadas con cáncer. No fue una operación de marketing ni una campaña intentando convencer a las personas de su eficacia. Fueron las personas enfermas las que lo pedían.
 
No es una una enfermedad “fácil” y tampoco lo era en aquellos años. La medicina no sabe aún cómo vencer al cáncer en el 100% de los casos. Lo intenta controlar. En algunos casos lo vence, en otros lo paraliza durante unos años, y en otros no tienen nada que hacer. Como dice Ken Wilber, la prescripción del tratamiento médico se sigue haciendo incluso en los casos en que se sabe que no funciona para mantener al paciente orientado hacia las autoridades médicas competentes, impidiendo así que busque otro tipo de tratamientos alternativos [2].
 
La macrobiótica ofrecía un modelo distinto. El modelo funcionó en algunos casos y más tarde se convirtieron en artículos de revistas y después en libros que dieron a conocer la macrobiótica a gran escala; al menos en el contexto americano. 
 
Por ese motivo, la macrobiótica es conocida como una dieta para el cáncer. Así lo afirma Laurent Fignon [3], un ciclista de los 90 que, para afrontar un diagnóstico de cáncer, aseguraba que debía realizar 3 cosas:
 
  • Respetar al pie de la letra su tratamiento
  • Cambiar su alimentación pasándose a la comida macrobiótica
  • Concentrar toda su energía en luchar contra la enfermedad, lo que implicaba ejercicios de concentración y autopersuasión. 
¿Qué encontraron los enfermos de cáncer de los 80 en los consultores macrobióticos?
 
Una dieta sin azúcar, sin harinas, sin alcohol, sin alimentos ultraprocesados, sin carne ni lácteos. Una guía para orientar sus vidas hacia menos estrés, más ejercicio y más contacto con la naturaleza.
 
Hoy en día gran parte de esas recomendaciones ya se dan desde otras instancias, incluida la propia medicina.
 

NOTAS
[1] Cita de principio de entrada. Kushi, M. y Jack A. (1983). The Cancer Prevention Diet. New York: St. Martin’s Press. P. 5.
[2] Wilber, K. (2014). Gracia y coraje. Madrid: Gaia Ediciones. P. 57.
[3] Fignon, L. y Ducoin, J. E. (2013). Éramos jóvenes e inconscientes. Cultura Ciclista. P. 19.
 
 
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Dieta estándar

 

Existe una”dieta estándar”, pero a largo plazo no será la adecuada para la mayoría de las personas. Después de todo, ¡nuestra condición cambia constantemente! 

Nora Corina, de Easy Macrobiotics.

 
El modelo que se utiliza para enseñar la macrobiótica es un modelo fijo porque es más fácil enseñar algo que esté bien definido. Sin embargo, para poder adaptarnos a un entorno cambiante, debemos de tener la capacidad de variar nuestra dieta. 
 
Para llevar a cabo tales cambios es necesaria una educación macrobiótica, es decir, saber cómo compensar con nuestra dieta situaciones tales como:
 
-Un día de calor o frío.
-Las influencias de las estaciones.
-Una temporada de estrés.
-Mucho ejercicio físico. O muy poco.
-Actividad intelectual intensa.
-Consumo esporádico de dulce, carne, lácteos o comida procesada.
 
Saber de macrobiótica nos permitirá conservar nuestro equilibrio gracias al papel mediador de la dieta entre nuestro organismo y nuestras circunstancias. Atender sólo a los elementos nutricionales de una dieta no es suficiente. Si queremos aprovechar todo el poder de influencia que tiene lo comemos sobre nuestro físico y psicología, hay que adoptar una perspectiva más global, más alejada del fenómeno nutricional o químico. 
 
No te quedes sólo con el modelo nutricional, ni tampoco con el modelo estándar la dieta macrobiótica. Ve más allá y profundiza en sus principios.
 

NOTAS
 
[1] Cita de Nora Carina: Creadora de la web easymacrobiotics.net, y de la cuenta en Instagram con el mismo nombre. Fragmento extraído del post titulado: Por qué no existe la forma de nutrición para todos y porqué los macrobióticos no lo son en absoluto. Enlace:
 
 
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Crema de polenta para desayunar

El vídeo muestra la forma de preparar polenta para desayunar.
 
Necesitas para preparar la polenta:
  • 50 g de polenta
  • 450 ml de agua
  • Pizca de sal
Necesitas para preparar el aderezo:
  • 20-30 g de pasas
  • Aceite de sésamo u oliva
  • 50 ml de zumo de manzana
  • Nueces tostadas o el fruto seco que te guste
Mueve la polenta a menudo para que no se pegue en el fondo de la olla. Cuece a fuego lento durante 30 minutos.
 
Mientras se cuece la polenta, prepara el aderezo. Después de saltear las pasas en aceite, añade el zumo de manzana y lo dejas reducir.
 
Sirve la polenta en un cuenco y añade el aderezo por encima.
 

NOTAS
[1] Receta adaptada a los criterios macrobióticos. Extraída del libro: Brown, M. (2015). Cereales. Semillas y legumbres. Barcelona: Editorial Planeta. P. 30.
 
 
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Easy Macrobiotics

Muestra de la cuenta Instagram de Easy Macrobiotics
 
Me encantó nada más verlo.
 
¡Qué bien que alguien haya puesto las dos palabras juntas!
 
EASY MACROBIOTICS  [MACROBIÓTICA FÁCIL]
 
Durante años de consulta he escuchado muchas razones en contra de esta asociación de palabras:
 
  • La macrobiótica es difícil de cocinar
  • La macrobiótica te consume mucho tiempo
  • La macrobiótica usa alimentos que no conozco
  • La macrobiótica es japonesa
  • La macrobiótica te quita todos los alimentos buenos
La macrobiótica no tiene porque ser difícil, pero como otras habilidades, no se aprende en un instante.  
 
Requiere un tiempo mínimo de aprendizaje y requiere que dejes a un lado, por el momento, el apego a lo que ya sabes y dominas para integrar una nueva forma de entender la cocina. 
 
Un profesor o una referencia en las redes para aprender e inspirarse será de gran ayuda.
 
Easy Macrobiotics, en sus diversas versiones, web e Instagram, es una fuente de incalculable valor. 
 
Nora Carina es la persona detrás de este proyecto, convencida de que el equilibrio con uno mismo y con la naturaleza es el único camino para llevar una vida feliz y autorrealizada. Sus publicaciones son una prueba de ello. Escribe en inglés, en alemán, en italiano y en español. Puedes escribirle en cualquiera de esos idiomas; te contestará. Se puede decir con seguridad que es internacional, además de fácil. Su escuela fue su familia, pues sus padres estudiaron y practicaron la macrobiótica tanto tiempo atrás como alcanzan sus propios recuerdos.
 

NOTAS
 
[1] Enlace a la web de Nora: easymacrobiotics.net
 
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Sirve la macrobiótica para el cáncer

dieta macrobiótica y cáncer
 
En su libro Dieta y cáncer, Julio Basulto y Juanjo Cáceres, exponen de manera resumida cuáles son las recomendaciones dietéticas para prevenir el cáncer.
 
Citan dos organismos compententes al respecto.
 
En el primer caso citan al Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF), que recomienda:
 
  • Limitar el consumo de alimentos ricos en energía y evitar las bebidas azucaradas.
  • Consumir principalmente alimentos de origen vegetal.
  • Limitar el consumo de carnes rojas.
En el segundo caso, citan al Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), que recomienda:
 
  • Comer gran cantidad de cereales integrales, legumbres, frutas y verduras.
  • Limitar el consumo de alimentos hipercalóricos (ricos en azúcar y grasa) y evitar las bebidas azucaradas.
  • Evitar la carne procesada y  limitar la carne roja y alimentos con mucha sal.
Tales recomendaciones coinciden con los criterios de una dieta macrobiótica. No quiere decir que, como tal, el modelo estándar de la misma sirva para afrontar el cáncer, pero sí que puede constituir una buena base desde la que ajustar las pautas dietéticas a las necesidades personales de cada momento.
 
¿Sirve la macrobiótica para el cáncer?
 
Desde mi perspectiva diría que sí.
 
Matizaciones necesarias:
 
  • Utilizarla como punto de partida.
  • Ajustarla a las necesidades nutricionales del paciente. Para ello es necesario conocimientos de dietética y nutrición.
  • Ajustarla en función de las circunstancias del paciente, sobre todo, teniendo en cuenta los efectos adversos de los tratamientos médicos.
  • No caer en la creencia de que la dieta, por sí sola, curará al paciente. Ni tampoco en el poder absoluto de ningún alimento de forma aislada.

La macrobiótica, como modelo dietético centrado en alimentos vegetales, integrales y poco procesados, sí sirve para el cáncer. La macrobiótica como movimiento anticultural, que te aleja de la medicina, no sirve para el cáncer. 


NOTAS
 
[1] Basulto, J. y Cáceres, J. (2019). Dieta y cáncer. Barcelona: Ediciones Martínez Roca.
 

[2] Foto de Hoja creado por wayhomestudio – www.freepik.es

 
 
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