Publicado el Deja un comentario

Sopa de lentejas

Podríamos llegar a decir que la cocina macrobiótica es un tipo de cocina de postguerra, donde con pocos recursos se logra un resultado muy aceptable. Pero el bajo número de ingredientes y su poca elaboración, en el caso de la macrobiótica, no obedece a criterios de escasez social, sino de respeto por un orden universal, entendiendo que alimentos procesados y platos demasiado ricos nutricionalmente nos apartan de ese orden.

La receta que escribo a continuación es una muestra de esa simplicidad dietética y tiene por título “Sopa de lentejas”. Es una receta que va muy bien para los días fríos de invierno, pues el resultado final es un plato caliente y denso. “La sopa debe ser pesada”, así lo indica su autor.   

Ingredientes para 6 personas:

  • Lentejas rojas, 1 taza
  • Copos de avena gruesos, 3/4 de taza
  • Pan duro, 2 puñados (ver comentario en Notas)
  • 2 pizcas de romero
  • Laurel, 1 hoja
  • Sal, 3-4 pizcas
  • Perejil picado
  • Agua o mejor caldo (dashi o de verduras), 6 tazas (1,5 L)

Para prepararlo debes hervir las lentejas en el agua o caldo, junto con la sal y la hoja de laurel durante 20 minutos. A continuación añade el romero, los copos de avena y el pan. Continua hirviendo a fuego lento durante 15 minutos.

Al servir añade el perejil picado.


NOTAS

[1] Abehsera, Michel (1968). Zen Macrobiotic Cooking. New York: Citadel Press. P. 110.
[2] Recomiendo que el pan que uses en esta receta sea pan integral para que tenga más consistencia. Me gusta hecho con masa madre porque así le da un toque ácido al encontrarlo, pero no a todo el mundo le gusta ese toque. Puedes aprovechar el pan duro para este plato.

Publicado el Deja un comentario
Publicado el Deja un comentario

Arroz integral con shiitake y espinacas

Acudir a libros de cocina japonesa me sirve para incrementar el repertorio de recetas que cumplan los criterios macrobióticos y, que además, usen los ingredientes que yo ya controlo y que tú puedes llegar a controlar fácilmente si decides formarte en ello. 

En esta ocasión te traigo una receta vegetariana, con apenas cuatro ingredientes más los condimentos.

La receta, que hice para 4 personas, lleva:

  • 1 taza de arroz integral
  • Caldo dashi, 750 ml
  • Agua del remojo de las setas, 250 ml
  • 16 setas shitake muy pequeñas, previamente hidratadas. Usa menos si son grandes o medianas. 
  • 1/2 nabo
  • Puñado de espinacas
  • Condimentos: shoyu 2 cucharadas; Mirin 1 cucharada; Aceite de sésamo 1 cucharada; Semillas de sésamo

La receta está inspirada en una que aparece en el libro que cito en las notas.


NOTAS

[1] Barber, Kimiko (2009). The Chopsticks Diet. London: Kyle Cathie Limited. P. 142

 

Publicado el Deja un comentario
Publicado el 2 comentarios

Torre de arroz

En la dieta macrobiótica los ingredientes más usados son los cereales en grano y las verduras. Hay tantas variantes de cereales y de verduras, y de formas de presentarlos, que seguirla es ameno y divertido. 

La idea de este post puede venir muy bien para niños, adecuando las cantidades a sus necesidades (hay moldes de varios tamaños).  También ayuda a que llevemos una vida más  ordenada. 

El ejemplo del vídeo sigue una receta de Egoitz Garro, extraída de su maravilloso libro Macrobiótica para ti, un esencial de teoría y práctica para los que quieran empezar a alimentarse de forma macrobiótica. 

Los vídeos publicados en Macrobiótica Mediterránea estarán, a partir de ahora, en el canal de Youtube:

El plato de Buda

El Plato de Buda constituye una nueva iniciativa para aumentar la difusión y el entendimiento de una propuesta tan valiosa, desde mi punto de vista, como la macrobiótica. 


NOTAS

[1] Garro, E. (2012). Macrobiótica para ti. Berriozar (Navarra): Cénlit Ediciones. P. 176. 

 

Publicado el 2 comentarios
Publicado el Deja un comentario

Gachas de avena en grano para desayunar

La expresión más sencilla y completa de un desayuno macrobiótico son las gachas. 

Las gachas reúnen varias cualidades que las hacen el desayuno ideal: su ingrediente principal es el cereal en grano, contienen gran cantidad de líquido, cocinadas suficientemente, calientes, ligeramente dulces (aunque también hay versiones saladas), con varias texturas pero la principal es blanda para que sea fácil de masticar y digerir. 

Para no invertir demasiada energía y tiempo por la mañana, lo más práctico es tener el cereal ya cocinado, como es el caso de esta receta. La avena está cocinada previamente y se guarda en la nevera, pudiendo aguantar 3 días. 

También se cocina previamente la manzana. Puedes hacerla asada o hervida con un dedo de agua (varias manzanas en una olla a fuego lento y tapadas). 

El día que queremos desayunar montamos el plato como puedes ver en el vídeo. 


NOTAS

1. Receta del libro: Keith Michel (1987). Practically Macrobiotic. Northamptonshire: Thorsons Publishing Group. P. 112.

Publicado el Deja un comentario
Publicado el Deja un comentario

¿Por qué la macrobiótica acabó siendo una dieta?

¿Porqué la macrobiótica acabó siendo una dieta?

La macrobiótica nos habló en un principio del origen de la vida y la humanidad, las relaciones de pareja, la crianza, las acciones cooperativas, la sanación, la acupuntura, la agricultura biológica, el masaje, los remedios caseros, el diagnóstico oriental, pero es la dieta lo que le ha hecho llegar hasta nuestro días [2]

En mi opinión su supervivencia se debe a que ha sido el único vehículo que nos ha traído significados profundos sobre la comida.

¿Qué nos dice el espíritu imperante de la época sobre la comida hoy en día?

Que la comida son nutrientes. Que hay nutrientes buenos y malos. Que si tomas de los buenos tu cuerpo dispondrá de lo que necesita y estará sano. Ahí se acaba todo.

¿Qué nos dice la macrobiótica?

Que la comida tiene más acepciones que las nutricionales. Que estas acepciones adicionales son importantes y que deberíamos tenerlas en cuenta si queremos vivir sanos y felices y acompañar nuestra felicidad y salud con la del planeta.

Para la macrobiótica la comida es:

  1. Una fuente de nutrientes. La macrobiótica no lo niega. Incorpora la perspectiva nutricional a su forma de ver los alimentos, pero no la trata como la única.
  2. Una causa de emociones, positivas y negativas. Lo habitual es atribuir la causa de las emociones a acontecimientos relevantes pero, ¿y si la comida fuese otro factor? ¿no cuidaríamos entonces más lo que comemos?
  3. Un factor capaz de modificar nuestra condición (nuestro estado físico y psicológico). Nuestra “normalidad” física y mental puede cambiar gracias a la comida.
  4. Un elemento clave para estar en equilibrio con nuestro entorno. ¿O acaso no tomas más ensaladas en verano? Así te refrescas y consigues estar en equilibrio con el clima. Hay miles de ejemplos así. 
  5. Un camino a través del cual seguir el orden natural y disfrutar de ir a favor de la corriente. Que seamos un animal omnívoro no quiere decir que podamos comer cualquier combinación de alimentos sin consecuencias. Existe unos parámetros aconsejados por el orden natural. Respetarlos significa colaborar con el universo.

Ningún otro campo del conocimiento se ha ocupado de este tema. Sólo la macrobiótica. El alimento es sagrado. Estamos vivos gracias a él. Nos convertimos en lo que comemos.

Si ha llegado el momento en que quieres cuidar esa parte de tu vida, considera la posibilidad de realizar el programa Macrobiótica Esencial [pack de 6 sesiones]. Un método propio para que pongas en práctica de la forma más sencilla y rápida posible esta forma de alimentarte. Una ayuda más en tu camino de transformación. Será solo el comienzo.

Escribe a mario@macrobioticamediterranea.es para más información sobre el programa.


NOTAS

[1] Fotografía de Michio Kushi en las clases donde no sólo hablaba de dieta sino también de otros temas. 

[2] Los primeros contenidos de las clases de macrobiótica se nombra en varios testimonios incluidos en el libro Remembering Michio (2015). 

Publicado el Deja un comentario