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Cómo la macrobiótica me calentó las manos

Hace unas cuantas semanas publiqué un post sobre cómo la macrobiótica me congeló las manos; hoy veremos cómo me las calentó.

¿Cómo puede la macrobiótica hacer dos cosas opuestas a la vez?

Cuando estás aprendiendo algo por primera vez te ves obligado a seguir un modelo. ¿Cómo vas a aprender macrobiótica si no es siguiendo a alguien? Eso fue lo que hice yo al principio. Realicé dos cursos introductorios y seguí varios libros. Resultado de todo eso fue una dieta con las siguientes características:

– Pescado una vez cada 15 días.
– Nada de huevos.
– Nada de carne.
– Nada de lácteos.
– Nada de ensaladas.
– Medio litro, o menos, de agua al día, incluso en verano.
– Muchos cereales en grano al día. Unas 2 tazas al día (1 taza = 250ml) medido en crudo. Si estas interesado en el papel de los cereales en mis primeros meses de macorbiótica puedes consultar el post Comer muchos cereales no es macrobiótica.
– Legumbres cada dos días, aproximadamente 1 taza
– Utilización de tofu, tempeh y seitán.
– Nada de productos refinados, refrescos, dulces, embutidos, café, alcohol.
– Manzana o pera como únicas frutas. En verano en 2 ó 3 ocasiones el cuerpo me pidió intensamente sandía y melón. Al tomarlos me sentí de maravilla.
– Pocas reuniones sociales, condicionado por mi dieta selectiva.
– Carrera continua 20-30 minutos, no mucho más porque no me sentía con fuerza. Incluso me llegaron a doler los riñones en varias ocasiones al correr.

Seguí el modelo durante varios meses hasta que decidí viajar alrededor del mundo y aprender más sobre macrobiótica. Primero Francia, después EEUU, Inglaterra y más tarde Holanda. Al comprobar cómo otros interpretaban y llevaban a la práctica la macrobiótica, comprendí que la macrobiótica era un instrumento para poder ordenar nuestra alimentación, de tal manera que pudiese dar salud a cualquier persona, por diferente que fuese. Eso no quiere decir que tenga que utilizarse la misma dieta para todos, sino el mismo conjunto de principios, basados la mayoría en la medicina tradicional china. En ese momento, comencé a utilizar la macrobiótica para equilibrarme a mí, no a otro, sino a mí. Porque el modelo, la formula específica, quizás equilibre a miles o incluso a millones de personas, pero no a mí. Estos son algunos de los cambios que decidí realizar:

– Pescado: 3  veces a la semana.
– Carne: 1 vez a la semana o cada 10 días, de la máxima calidad posible.
– Pequeña cantidad de ensalada 1 vez al día, casi siempre en la comida.
– Menos cantidad de cereales, 1/2 taza al día.
– Legumbres 2 veces a la semana o más días si la cantidad es muy pequeña.
– Más cremas y platos caldosos y calientes.
– Utilización de verduras de raíz y tubérculos (no patata).
– Lácteos de forma ocasional, procurando que sean de buena calidad (ecológicos, enteros, etc.). Como mantequilla, yogur o queso. Raramente leche.
– Actitud más abierta a la hora de ir a comer a restaurantes o bar de tapas, disfrutando del momento con los amigos, pero también de las tapas y cervezas.
– Dulces de forma ocasional y sobre todo relacionado con eventos sociales, ya que el dulce no me atrae.
– Entrenamiento de pesas 4 veces por semana.

Las diferencias entre estos dos regímenes podéis verla por vosotros mismos en estas fotos. La primera de ellas es de Mayo de 2010. La segunda de Diciembre de 2014. Se llevan de diferencia 4 años y 6 meses. ¿Cuál de ellos tienen las manos congeladas?

 

Macrobiotica y mario
La primera foto es de Mayo de 2010, la segunda de Diciembre de 2014. ¿Quién tiene las manos congeladas?

 

Características, signos y síntomas del primer Mario:

  • Mucho frío ante la más leve brisa. Episodios frecuentes de manos blancas e insensibles después de pasar frío.
  • Incapacidad de realizar ejercicio físico intenso.
  • Aspecto triste y enfermizo comentado por varias de sus amistades y familiares.
  • 67 Kilogramos.
  • Rigidez mental, resistencia al cambio o reconocer lo que otros le estaban señalando.
  • Ni un grano, piel limpia aunque poco hidratada.

Características, signos y síntomas del segundo Mario:

  • Resistente al frío. No necesita el abrigo en todo momento ni tiene escalofríos con cualquier brisa.
  • Capaz de realizar ejercicio físico intenso, como ejercicios de fuerza en el gimnasio.
  • Sequedad en piel de la mano derecha que relaciono con el consumo ocasional de lácteos (lo he comprobado en varias ocasiones).
  • Un grano de vez en cuando.
  • Aspecto más positivo y sano.
  • Puntos de vista más flexibles.
  • 77 kilogramos.

Estos cambios ponen de manifiesto lo importante que es nuestra dieta y estilo de vida  para mejorar nuestra condición. Todos tenemos una constitución, que podemos definir como la fortaleza con la que nacemos, y una condición, que es nuestro estado temporal, mejor o peor en función de las circunstancias. Podemos nacer con la constitución de Rafa Nadal y sufrir sobrepeso, colesterol alto y hierro bajo, o bien, estar en plena forma como es el caso. La macrobiótica te ayuda a sacar el máximo de tu condición.

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5 comentarios en “Cómo la macrobiótica me calentó las manos

  1. No sé que haríamos sin tus sabios consejos, nos han sido de gran ayuda. Gracias por estar ahí.

    1. Me alegro de que lo expuesto en el post sea de ayuda.
      Un abrazo 😉

  2. Hola Mario

    Fantástica tu página! Por varios motivos comencé hace unos días la nº7. No me acaba de cuadrar mucho, ya que en un principio pensé que formaría parte de la crisis curativa, pero llevo varios días con molestias en la zona lumbar, y por eso he seguido informándome hasta dar con tu página. Hoy he seguido comiendo cereales añadiendo zanahorias. ¿Qué opinas de las molestias lumbares? ¿Riñones fatigados al reducir líquidos? ¿Crisis curativa? Gracias. Un abrazo

    1. Hola:
      Gracias por los comentarios acerca del blog.
      Si sólo te notas dolor en la zona lumbar, me atrevería a decir que es por falta de líquidos. Si ese dolor en la zona lumbar se viese acompañado de otros síntomas, entonces podría deberse a una “crisis de curación”. Otros síntomas podrían ser: dolores en otras partes del organismo, hormigueo en las manos, orina oscura, pérdida de apetito sexual, dolor de cabeza, mucosidades, estreñimiento,… Si has estado bebiendo muy poco entonces bebe 6-8 vasos de agua al día y comprueba si los riñones siguen doliendo.
      Un abrazo

  3. Me alegra ver a una persona que sabe sacar sus propias conclusiones y las comparte, muchas gracias por este post, muy interesante!
    Yo tenía un problema parecido, rigidez mental y hacer caso de lo que leía por internet sin consultar ni ver si me sentaba bien lo que comía, y con el agravante que hice una dieta super estricta en la que ni comí fruta en casi un año y que yo misma me receté.. en mi caso por una candidiasis. ¿Las consecuencias? Me quedé en 44,5 kilos, parecia un cadaver andante y no tenía energía, aspecto enfermizo y triste… fui a un naturópata pero a pesar de tomarme botes de probióticos y a pesar de que después de unos meses de más dieta (algo menos drástica que la mia pero casi igual) el naturópata me dio el alta asegurándome que no tenía candidiasis… yo me encontraba igual de mal y sin energia, por supuesto mi peso seguía igual. Ahora llevo casi cinco meses yendo a un acupuntor y puedo decir que estoy empezando a ver la luz…aún sigo delgada pero he engordado dos kilos y mi aspecto es mucho más sano…sigo cuidando mi alimentación pero estoy más abierta a comer de otros alimentos pues llegué a tener miedo a comer y a la vida social pues no comía de tantas cosas…. en fin, que la actitud y las emociones negativas son tan malas o peor que zamparse un Macdonalds todo los días!

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