Publicado el 2 comentarios

La lista de la compra macrobiótica

Empezar por la lista de la compra facilitará que llevemos a cabo una dieta sana.
Con la lista de la compra empieza todo.

“Lo más importante es la lista de la compra” es lo que me dicen muchos de mis clientes cuando están a punto de lanzarse a la aventura de la dieta sana. Lo que se compra marcará las acciones posteriores, por ello, atender a lo que se compra es tan importante.

Para facilitar la tarea, suponiendo que la dieta macrobiótica sea nueva para ti, he diseñado una lista de la compra que te podrás descargar pinchando en el siguiente enlace:

¡DESCARGAR!  ⇒⇒⇒  Lista de la compra de Macrobiótica Mediterránea

La lista de la compra no es algo fijo e intocable, irá cambiando en función de tu conocimiento sobre la dieta sana y también podrá cambiar en función de la estación en que te encuentres y también del lugar donde estés viviendo. Por eso, toma mi modelo como un punto de partida, un modelo a partir del cual diseñar tu propia lista de la compra. Quizás quieras añadir algunos alimentos y quitar otros, está bien, siempre y cuando el grueso de la alimentación se base en verduras (incluyendo legumbres), cereales, frutas, frutos secos y productos animales de buena calidad.

La lista de la compra te permite ser consciente de la “existencia” de alimentos nuevos, que has podido conocer a través de un libro, un curso o un vídeo pero, que en el día a día, y debido a tus costumbres, los olvidas. También ayuda a reducir el estrés frente a lo desconocido, ya que la lista convierte lo nuevo y amenazante en algo concreto y específico.

Con esta lista de la compra tendrás que ir principalmente a 3 tiendas:

  1. La verdulería, donde comprarás las verduras. Procura el tener un equilibrio entre verduras de hoja, verduras de raíz y verduras redondas.
  2. La pescadería, pues el pescado constituye es uno de los pilares de la dieta sana, recomendado 1 vez a la semana por la macrobiótica tradicional (más depurativa) y de 2 a 4 por la macrobiótica moderna.
  3. La herboristería, donde irás a por un arsenal de cereales, legumbres, semillas, tamari, vinagre de arroz o de manzana, vinagre de umeboshi, tahín, etc. Algunos de estos productos también podrás obtenerlos en el mercado o  supermercado.

Con la cesta llena volvemos a casa. ¡Toca cocinar!

Para cocinar usa los siguientes materiales, ya que otros como el teflón, el PVC, el PC, el cobre o el aluminio, pueden generar y transmitir toxinas a la comida. Usa ollas, cazos y sartenes fabricados con:

  • Acero inoxidable
  • Vidrio
  • Cerámica
  • Titanio

Los alimentos conservan más sus nutrientes cuando los preparamos:

  • Crudos. Me refiero a las ensaladas. En este caso será mejor tomarla al medio día, y evitarla por la noche si sufres de gases o hinchazón. Más en verano que en los meses fríos.
  • Hervidos. Existen dos tipos: 1) El escaldado, en el que se hierven las verduras durante unos segundos o minutos. P.ej. añade unas acelgas troceadas, solo las hojas, a un cazo con agua hirviendo  y manténlas durante 45 segundos. Importante: que haya la suficiente agua. 2) El hervido más largo, que se usa para hacer sopas o estofados, a veces en combinación con cereales, legumbres o pescado o carne.
  • Al vapor: Se parte la verdura en trozos iguales y se cocina al vapor. Podemos usar brocoli, palitos de zanahoria o nabo, rabanitos, acelgas o espinacas, coliflor, etc.

Y por último, en nuestra mesa, tendremos una dieta macrobiótica, sana y natural que nos hará sentirnos bien y poder con los quehaceres del día a día.

Publicado el 2 comentarios
Publicado el Deja un comentario

Por qué la dieta de la piña sí y la macrobiótica no, o la necesidad de un plan semanal

macrobiótica y plan semanal
La dieta de la piña es un plan específico, claro y sencillo. ¿Podemos hacer lo mismo con la macrobiótica?

A la dieta macrobiótica le falta lo que tienen todas las dietas: un plan semanal. Todas las dietas, incluso la dieta de la piña, la de la alcachofa o la del pepino, tienen un plan específico, instrucciones claras que nos indican lo que tenemos que comer para el desayuno, la comida y la cena.

¿Qué pasa con la dieta macrobiótica que no tiene ese plan?

En las escuelas donde estuve se nos explicaban los beneficios de los alimentos recomendados, las situaciones en que convienen unos u otros, cómo cocinarlos, cómo se relacionan con los diferentes órganos del cuerpo o  en qué cantidad tomarlos, pero nunca un plan semanal del tipo Lunes X, Martes Y, Miércoles Z…

POSIBLES RAZONES DE LA AUSENCIA DE UN PLAN MACROBIÓTICO SEMANAL

Estas son algunas de las razones por las cuales la dieta macrobiótica no se caracteriza por un plan concreto:

  1. Porque la dieta macrobiótica por definición ha de ser distinta en cada persona, pues cada persona necesita alimentos distintos y cantidades distintas para alcanzar el equilibrio.
  2. En la dieta macrobiótica no existe un objetivo claro y específico en pos del cual descartar todas las consecuencias que se puedan derivar de llevar un dieta concreta. Por ejemplo, en la dieta de la piña el objetivo es perder peso, que más da si la persona se queda sin vitaminas y minerales, que más da si la persona se enfría y pasa un frío de muerte en invierno, que más da si el azúcar en sangre sufre subidas y bajadas espectaculares. Eso permite dar unas instrucciones claras y precisas.
  3. Otro factor es que la dieta macrobiótica estándar está compuesta por alimentos y formas de cocinar poco habituales en nuestra cultura. Dar un plan preciso en esas circunstancias echaría para atrás hasta al más motivado “freaky” de las dietas.

UN PLAN SENCILLO PARA INICIARSE, DESPUÉS NO ES NECESARIO

Pero a pesar de todas esas razones que nos llevan a no tener un plan semanal, concreto y preciso, el tenerlo contribuiría a que muchas personas se iniciasen en un modo de alimentarse que traería consigo numerosas ventajas. Para que ese plan fuese útil debería tener las siguientes características:

  1. Estar compuesto de alimentos conocidos, al menos, la mayor parte.
  2. Utilizar poco tiempo para cocinar, pues la mayoría de nosotros estamos muy ocupados.
  3. Recetas con pasos sencillos y no muy elaborados.
  4. Que tengan buen sabor, o al menos que respeten la intensidad de sabores a la que estamos acostumbrados.
  5. Que “cuadren” con nuestras costumbres culturales

Cuando buceamos por la bibliografía macrobiótica podemos encontrar algunos planes, algunos se ajustan más que otros a los requisitos citados. Dos ejemplos:

Michio Kushi, la macrobiótica más tradicional

Michio Kushi y Alex Jack escriben en su libro The Macrobiotic Path To Total Health:

Lunes:

  • Desayuno: Mijo (cocinado con bastante agua para que quede cremoso)  con semillas de calabaza, sopa de miso con col china y seta shitake, col rizada al vapor, bebida caliente (normalmente té kukicha o bancha).
  • Comida: Estofado de cebada con verduras, Algas arame con cebolla y maíz, ensalada hervida con cebolla, zanahoria, col y nabo.
  • Tentempié a media tarde: Mochi tostado en la sartén, bebida de verduras dulces.
  • Cena: Sopa de arroz y garbanzos con cebolla y calabaza, condimento de alga nori, nishime con raíz de loto, daikon y kombu, zanahoria y sus hojas, ensalada prensada con col china y rabanito rojo.

Es el ejemplo de un día de su plan semanal. Comprobamos que lleva tiempo cocinarlo, algunos de los ingredientes son desconocidos, algunos platos no se adaptan a nuestras costumbres culturales (sopa en el desayuno) y son sabores poco intensos.

Montse Bradford, una macrobiótica más moderna

Montse Bradford en su libro La Nueva Cocina Energética escribe:

Lunes:

  • Desayuno: Crema de cereales (avena y cebada) con pasas, canela y almendras tostadas. Rodajas de pepino y manzanas frescas, café de cereales con leche de arroz.
  • Comida: Pasta integral con verduras y tofu.
  • Cena: Sopa de lentejas. Ensaladilla de arroz. Seitán a la plancha. Ensalada con hierbas aromáticas y wakame. Compota de manzanas a la vainilla.

Esta versión de la macrobiótica respeta más la cultura mediterránea y utiliza más ingredientes conocidos. En el siguiente enlace tienes una fotografía donde puedes ver el plan semanal completo: Plan semanal, dieta macrobiótica de Montse Bradford.

La versión sencilla de Macrobiótica Mediterránea

El plan semanal que propongo para finalizar esta entrada intenta cumplir con los requisitos escritos más arriba (sencillo, rápido, adaptado a nuestra cultura,…). No lo explico de forma exhaustiva porque pretende ser una orientación general de lo que debería ser un plan semanal para iniciarse en un tipo de alimentación natural y sana, en el cual ir profundizando con el tiempo.

Pinchar a continuación para descargarse el plan: Plan Semanal de Macrobiótica Mediterránea (ejemplo)

Este plan es un ejemplo y nunca puede sustituir a una dieta diseñada específicamente por un consultor macrobiótico.

Publicado el Deja un comentario
Publicado el Deja un comentario

La digestión es la cuestión y 5 formas de vencer al estreñimiento

macrobiotica y digestión
La digestión es la cuestión, mi lectura favorita de verano.

 

Mi lectura favorita de este verano ha sido La digestión es la cuestión, de la autora alemana Giulia Enders. ¿Por qué? Pues porque escribe de forma amena y divertida sobre un tema que nos incumbe a todos, que está detrás de muchos problemas de salud y que nadie nos habla de él lo suficiente. Muchos síntomas y signos que padecemos están, sin saberlo, relacionados con nuestra digestión.

En el prólogo Giulia cuenta como a los 17 años le salió una pequeña herida en la pierna derecha. La herida no se curaba y acudió a varios médicos sin éxito alguno. Como no daban con la solución empezó a investigar, por casualidad encontró un informe de un caso muy parecido al suyo, en el que a un hombre le había salido la misma herida después de tomar antibióticos, y justo ella también había estado tomando antibióticos dos semanas antes de la primera herida. Giulia afirma:

Desde ese momento dejé de tratar mi piel como la de un enfermo de la piel y lo hice como la de un enfermo del intestino. Dejé de comer productos lácteos, apenas tomaba gluten, ingerí diferentes bacterias y, en general, me alimentaba de forma más sana. […]  Fue un éxito y experimenté en mi propia carne que el saber puede ser poder.

5 FORMAS DE VENCER AL ESTREÑIMIENTO

El libro trata varios temas, desde la acidez y el mal aliento  hasta los estados de ánimo cambiantes. Para ser concretos y aportar información útil, en este post resumiré lo que Giullia nos cuenta para poder lidiar con el estreñimiento, algo habitual cuando viajamos o vamos de vacaciones, sobre todo los primeros días. El estreñimiento aparece en esos momentos por dos razones principales:

  1. Cambio de costumbres. Los nervios intestinales registran todas nuestras actividades y costumbres dietéticas y están habituados a realizar sus funciones de forma regular. Cuando todo eso cambia necesitan unos días hasta volver a regularse.
  2. El “síndrome de este no es mi baño”. La idea de que no podemos ir a un baño distinto al de costumbre o al menos que guarde unas medidas higiénicas mínimas hacen que reprimamos el impulso a ir al baño, con lo cual el cuerpo empieza a aprender ese hábito.

Nota sobre la hidratación: El beber la cantidad suficiente de agua es imprescindible para dar volumen a las heces. Cuando viajamos el ambiente suele ser seco, por la calefacción, aires acondicionados en aviones, aeropuertos y otros medios de transporte. Al no ir al baño el agua de las heces comienza a reabsorberse y aún quedan más secas, lo que dificulta el hecho de ir al baño.

MÁS FIBRAS

La fibra nos ayuda a ir al baño, todo el mundo sabe eso. ¿Donde encontrar la fibra? En frutas, verduras, cereales integrales o legumbres, alimentos de uso habitual en la macrobiótica. Pueden ir bien especialmente las verduras de raíz, como por ejemplo el nabo, la remolacha, la cebolla o la raíz de apio. Las semillas de lino son otra fuente de fibra que nos ayuda a ir con regularidad al baño.

Existen dos tipos de fibra, soluble en agua y no soluble,  que encontramos en distintas proporciones en varios alimentos. Ambas ayudan a aliviar el estreñimiento. Algunas fuentes:

  1. Fibra soluble en agua: copos de avena con los que podemos preparar una crema, psyllium (plantago ovata) o semillas de lino molidas o algas agar-agar que podemos tomar con agua.
  2. Fibra no soluble en agua: salvado de trigo, la piel de la mayor parte de verduras, frutas y cereales integrales. Estimulan movimientos más intensos del bolo alimenticio pero también puede dar más dolor de barriga.

La autora destaca las propiedades de las ciruelas secas, las cuales contienen principios activos que atraen más líquido a los intestinos, dándole al contenido una consistencia más blanda y por tanto más fácil de evacuar.

Los remedios específicos como el psyllium, las semillas de lino molidas o el salvado de trigo pueden tardar entre dos y tres días hasta que hagan pleno efecto, así que puede ser buena idea tomarlas un día antes de emprender el viaje. Importante: bebed el agua suficiente, sino la fibra no hará el efecto deseado.

NO TE REPRIMAS

Este punto se refiere al “síndrome de este no es mi baño”. Nos vamos de viaje o estamos en territorio extraño, cambiamos nuestras rutinas, cambiamos nuestra dieta… todo son obstáculos que impiden el ir al baño como teníamos costumbre. Aún así hay cuerpos inteligentes que se adaptan con facilidad y nos comunican que “hay que ir al baño”. Si en ese momento nos negamos, le estamos enseñando a nuestro organismo a estar estreñido. Giulia comenta:

Con hacer volver el bolo alimenticio dos veces a la cola de espera ya se están entrenando a los nervios y músculos para que den marcha atrás. La consecuencia puede ser que cada vez resulte más difícil volver a cambiar de dirección. Además, en la cola de espera, se tiene aún más tiempo para extraer agua, lo que puede dificultar cada vez más la futura evacuación. Reprimir las ganas de ir al baño puede provocar estreñimiento tras un par de días. Por lo tanto, si tienen por delante una semana de vacaciones en un camping, superen el miedo a la letrina antes de que sea demasiado tarde.

PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS

No todas las bacterias son malas. Las bacterias se hicieron famosas porque combatiéndolas nos dimos cuenta que podíamos evitarnos muchas enfermedades, pero existen otro tipo de bacterias que nos ayudan a estar sanos, a esas bacterias les llamamos pro-bióticos (porque favorecen la vida). Los probióticos los podemos encontrar de forma natural en alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut (col fermentada), las olivas y otros encurtidos, el tamari o shoyu, el miso, el tempeh.

Los prebióticos son partes de algunos alimentos que no asimilamos en el intestino delgado y que cuando llegan al intestino grueso constituyen comida  para las bacterias buenas. Los prebióticos los encontramos en alimentos como las zanahorias, la alcachofa, los espárragos, la endivia, los plátanos, el ajo, la cebolla, la chirivía, el trigo integral, el centeno la avena o el puerro.

Tener una cantidad adecuada de bacterias intestinales contribuye a tener un movimiento intestinal regular, y por tanto, no padecer de estreñimiento.

ALGO DE MOVIMIENTO

“Lo que es arriba es abajo” dice un dicho antiguo. Si nos movemos, realizamos ejercicio, caminamos o corremos estaremos contribuyendo a que nuestros intestinos también se muevan. La falta de ejercicio afecta especialmente a quienes en el pasado hayan practicado deporte.

Y POR ÚLTIMO, UN MINUTOS DE BALANCEO

Una técnica poco convencional para ayudar a evacuar es el balancearse cuando uno está sentado en el retrete durante unos minutos. Como dice Giulia Enders: “en el baño nadie nos ve y tenemos tiempo: las condiciones perfectas para un experimento tan poco convencional”.

Balacneo para reducir estrenimiento
Técnica del balanceo para favorecer la evacuación (La digestión es la cuestión, de Giulia Enders, 2015)

Otras entradas que tratan el tema del estreñimiento:

Publicado el Deja un comentario