Publicado el 7 comentarios

Tomates en macrobiótica

Macrobiotica sin tomates
¿Por qué los tomates tienen mala fama en macrobiótica? [Foto: Aaron Corey, Flickr]
La mayoría de las personas se sorprenden cuando en su primer encuentro con la macrobiótica les dicen que los tomates NO están recomendados. “¿Por qué? Si los tomates son una verdura y todas las verduras son sanas? Tienen pocas calorías, son refrescantes, ingrediente fundamental de la ensalada.”

¿Por qué no se recomienda el tomate?

YIN-YANG Y FAMILIA BOTÁNICA

En la macrobiótica tradicional el tomate se considera un alimento extremo Yin. Los alimentos Yang son los que hacen que nuestra energía vaya hacia el centro, es decir se contraiga (carne, huevos, alimentos salados, etc.) mientras que los alimentos extremos Yin hacen que nuestra energía se disperse (alcohol, azúcar, café… y también tomates). Al provocar este efecto dispersador, que se podría manifestar como debilidad, enfriamiento o dolor articular, no se recomienda.

Si nos dejamos guiar por la botánica, aprendemos que el tomate forma parte de una familia de plantas que contiene alcaloides,  sustancias tóxicas para el ser humano que las plantas utilizan para defenderse de los animales herbívoros. Esta es la familia de las solanáceas. De esa misma familia también son el tabaco, la belladona, la madrágora. Olga Cuevas nos comenta que la solanina es muy estable y no se destruye con la cocción ni con la digestión, por lo que se almacena en el cuerpo. En cantidades altas, la solanina es muy tóxica. Muchas personas sensibles a la solanina sufren trastornos en su estado de salud físico y psíquico, destacando la calcificación de los tejidos blandos, proceso que sucede en la artritis, la artritis reumatoide, la arteriosclerosis, la insuficiencia coronaria, la esclerosis cerebral, los cálculos renales, la bronquitis crónica, alosteoporosis, la hipertensión y el lupus eritematosos. Puede ocurrir que tras una comida donde abunden los tomates (también patatas y pimientos) tener dolores musculares y calambres que se atribuyen a la falta de calcio en sangre (la solanina lo retira).

El Dr. Peréz -Calvo Soler corrobora lo aportado por la anterior autora:

Si tomamos una cantidad importante de tomate y patata durante unos días, podemos notar alguna molestia en la esfera musculoesquelética, cuya causa no sabremos explicar y que no será otra que la acumulación de solanina. Si uno tiene una vida sedentaria y sufre de la espalda o de las rodillas, lo mejor es renunciar al tomate ya las patatas.

Tanto su clasificación como alimento extremo Yin, como su contenido en alcaloides (sustancias tóxicas para el ser humano), hacen del tomate un “NO recomendado” como alimento habitual por la macrobiótica.

NUEVAS TENDENCIAS APRUEBAN EL TOMATE

Autores como Beliveau y Gingras, en su libro Alimentos contra el cáncer, comentan que aunque es verdad que proviene de una familia de plantas muy tóxicas, el tomate maduro tiene tan reducidas cantidades de estas sustancias que no afectaría a la salud. Afirman que las raíces, tallos, hojas e incluso en el fruto verde, existe grado de toxicidad pero no así en el fruto maduro. Recomiendan su consumo por su contenido en licopeno, un potente anticancerígeno. Para aprovechar el licopeno al máximo sugieren tomate maduro y frito en aceite de oliva.

Montse Bradford, autora de libros de cocina de línea claramente macrobiótica, utiliza los tomates en algunas de sus recetas.

Hace unas semanas, en un encuentro que hubo en Portugal donde participaron numerosos consultores macrobióticos a nivel internacional, se sugirió el dejar de “prohibir” los tomates ya que eso espantaba a personas que pudiesen estar interesadas en la macrobiótica. Por el contrario recomendaron poner énfasis en la recomendación de una dieta rica en verduras, cereales y legumbres.

BUENO Y MALO

“El significado depende del contexto” se dice en semántica. Muchas veces el significado de una palabra depende de las palabras que la rodean. De la misma manera el significado de un alimento dependerá de la situación y condición del que lo coma. Steve Gagné nos ayuda en este sentido y nos habla de los efectos positivos y negativos del tomate.

1) Positivos: (a) El tomate puede ayudar a reducir el exceso de grasa acumulada en el cuerpo; (b) Puede enfriar un organismo excesivamente calentado; (c) Calma y limpia el exceso de calor del hígado.

2) Negativos: (a) Su consumo en exceso está relacionado con la artritis  y los problemas de piel, especialmente las semillas; (b) Contribuyen a la rigidez de las articulaciones y músculos; (c) Dan a la piel un aspecto sucio, oscuro y  acartonado.

¿Conoces algún otro efecto -positivo o negativo- del tomate? ¿Has observado algún síntoma al consumirlo? ¿Cómo te sienta el tomates? ¿Cuál es tu experiencia? Participa y enriquece este post con tus comentarios =)

Publicado el 7 comentarios
Publicado el 1 comentario

Trucos para que el niño coma sano

Macrobiotica sana para niños
¿Puede cautivar la macrobiótica a un niño? Vamos a necesitar algunos trucos.

¡Cada vez le gustan menos cosas! ¡Sólo quiere chino, burguer king, alitas de pollo!

¿Os suenan tales frases? Puede que vuestros hijos estén cayendo en una adicción, sí, adicción a la comida basura.

Hace ya 25 años el profesor Mariano García Rollán, advertía en su libro los peligros de una nueva forma de alimentarse que estaba llegando a España: El régimen de cafetería, que definía como “el hecho de tomar, a cualquier hora, alimentos de preparación rápida o que se compran ya preparados para comer directamente, y que tienen sabores fuertes agradables (dulces, salados, con especias o salsas), así como bebidas dulces y estimulantes”.

Mediante este tipo de alimentación se engaña al paladar pero no al organismo, que progresivamente nos protestas a través de síntomas o analíticas elevadas en glucosa o colesterol. Las hamburguesas y otros alimentos sabrosos contienen gran cantidad de grasas mientras que las cosas dulces son calorías vacías.

Mariano  también nombraba en aquellos tiempos el posible poder adictivo de estos alimentos, que 20 años después confirmamos con experimentos y descubrimientos científicos, puedes verlo en Supera la adicción al azúcar con macrobiótica. El autor escribe:

Se han hecho experiencias muy significativas con ratas, para ver hasta donde llegaba el grado de “adicción”. Las alimentadas cierto tiempo con régimen de cafetería despreciaban la comida bien equilibrada y sana que tenían al lado y se jugaban la vida, atravesando un largo túnel con temperaturas de congelación, para llegar a donde estaban colocados los alimentos tipo cafetería. A pesar de que las ratas saben instintivamente regular su balance energético controlando las cantidades que comen, los animales de las experiencias que comentamos se hacen adictos a los alimentos sabrosos somo si se tratase de una droga, comen más de lo necesario, y se ponen obesos. Se ha comprobado en su cerebro la liberación de sustancias cuyos efectos placenteros y estructura química recuerdan a los alcaloides del opio. Quizás por un motivo semejante algunas personas acaban tomando demasiadas golosinas como satisfacción de su tensión emocional, sin que ellas lo sepan.

En cuanto a los niños, el equivalente del régimen de cafetería es la ingestión de bollos dulces, bizcochos de chocolate y mil clases de preparados que dan gusto al paladar y que se toman a cualquier hora. Se comprende que es muy difícil hacer comer un buen plato de verduras a un niño que ha estado comiendo a casa momento tiernos bollitos dulces sabor a tarta o bolsitas de cosas fritas crujientes. Al final será un niño gordito, pero muy mal alimentado, que acabará con problemas de salud más pronto o más tarde.

¿Puede ayudarnos la macrobiótica en estos casos? Sí y no.

La alimentación macrobiótica no va a cautivar a ningún niño entre 8 y 12 años que haya probado las hamburguesas, comida de los chinos, etc. Le parecerá insulsa y muy poco atractiva visulamente, cosa que también sucede con muchos de los adultos. ¿Arroz integral, verduras al vapor y legumbres? ¿Qué va a hacer todo eso frente a una hamburguesa con queso y patatas con ketchup? Exiten diferentes tipos de adultos: Adultos que comen según el paladar, adultos que comen según como sienten su estómago después de comer, adultos que comen según lo que su mente les dicta dependiendo de lo que han leído o escuchado, adultos que comen según las emociones que están sintiendo, etc. Pero los niños, la inmensa mayoría, comen según el paladar y eso es algo que tenemos que tener en cuenta para introducirles o re-conducirles hacia la comida sana.

Para hacer posible esa re-conducción hacia la comida sana, os dejo algunos consejos que he comprobado que funcionan. Os invito a aumentar esta lista de consejos que nos hagan más fácil el alimentar correctamente a nuestros hijos:

1. MEZCLAR SANO Y NO SANO

La mente tiende a pensar en categorías de todo o nada. O nos inclinamos hacia las verduras y los cereales o hacia las hamburguesas y los refrescos. A la hora de re-conducir la alimentación de los más pequeños la combinación “Sano”-“No sano” puede jugar en nuestro favor. De esta manera, el niño puede admitir un alimento que de primeras rechazaría. Con el tiempo puede llegar a olvidarse o descartar la parte “No sana” del menú. Ejemplos de esta combinación serían:

  • Arroz integral con una salsa comercial que sabemos que les gusta
  • Verduras salteadas que servimos con ketchup
  • Bocadillo de un buen pan con el contenido que nos pidan (embutido, nocilla, etc.)

2. ASOCIAR DOS ALIMENTOS EN UNA MISMA COMIDA

Podemos servir siempre un alimento que guste mucho con otro que guste menos pero que sea más sano. Por ejemplo, ensalada con rollitos de primavera que hemos pedido del chino. Puede que al principio se dejen en el plato lo sano, no hay que desesperar. Otros ejemplos:

  •  Hamburguesa con brócoli y zanahoria escalfada.
  • Arroz tres delicias con pescado (empanado suele tener más éxito)
  • Fajitas con ensalada

3. APROVECHAR EL HAMBRE

Hay un dicho americano que dice algo así: No puedes obligar a un caballo a ir al río, pero puedes darle sal.

Podemos aplicar la misma lógica con los niños. Es probable que no quieran algo concreto para comer, pero si eso es la única opción que tienen después de una larga tarde de juegos lo más probable es que se lo coman. Una ocasión ideal sería cuando los recogemos de algún sitio donde hayan estado jugado o concentrados y ya sea la hora de comer algo. Por ejemplo, al recogerlos del colegio o de las actividades deportivas de la tarde.

4. IMITAR EL PLATO BASURA

La imagen SÍ que cuenta cuando se trata de alimentar a los más pequeños. Imitar platos famosos como una hamburguesa, pizza o pasta puede ser una forma de hacerles comer algo sano. Se puede preparar un menú tipo McDonald: Una buena hamburguesa, pan y patatas fritas en casa. Cambia mucho respecto al menú comprado en el real McDonald. Un detalle: Una vez vi en un reportaje que la comida en McDolnald no se servía envuelta o en cajas por casualidad. Habían descubierto que a los niños les encanta abrir paquetes.

5. ESCONDER LO BUENO

Si no quieren comer verduras podemos jugar a espías. Aprovecha cualquier salsa para esconder una zanahoria o una hoja de acelgas trituradas o cortadas muy finas de forma que pasen inadvertidas. En platos tradicionales como unas lentejas, alubias o un arroz caldoso también podemos triturar algunas verduras y añadirlas al caldo. También podemos aprovechar comidas que se comen envueltas, tipo fajitas o rollitos de primavera.

¿Conoces algún otro truco? Por favor, compártelo con nosotros a través de los comentarios. Nuestros hijos saldrán ganando.

Si estás interesado en la alimentación macrobiótica para niños puedes ir a los siguientes posts:

 

Publicado el 1 comentario