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Macrobiótica pequeña y macrobiótica grande

Hay dos tipos de macrobiótica:

  1. La macrobiótica “pequeña”
  2. La macrobióitca “grande”

Veamos las diferencias y cómo ser consciente de estas diferencias nos pueden ayudar a manejar la realidad.

LA MACROBIÓTICA PEQUEÑA

Llamo macrobióitca pequeña a ese conjunto de actividades que dentro de una sociedad denominamos como macrobióitca. Pongamos varios ejemplos:

  • Quieres comer más sano, no sabes cómo hacerlo y entonces buscas un consultor macrobiótico que te ayuda a realizar el cambio.
  • Pasas por delante de un kiosko y ves una revista en la que lees: “Dieta macrobiótica, lo que comen las famosas”.
  • Te gusta el yoga, la meditación, el comer biológico… te gustaría hacer algo más aparte de tu trabajo y decides realizar un curso para ser profesor/a de macrobiótica.
  • Durante bastante tiempo has tenido problemas de salud. Los médicos ya no saben qué hacer. Oyes que a otra persona le fue bien con una dieta y pruebas con la misma: la dieta macrobiótica.

¿A qué se refieren estos ejemplos? La palabra macrobiótca hace referencia a una actividad social muy concreta: mejorar la salud de las personas a través de unas herramientas muy bien definidas: alimentación, sobre todo alimentación, después, según consultores, pueden considerarse otros aspectos (p.ej. shiatsu, coaching, hábitos, etc.).

Esta es la macrobiótica pequeña, que no por ser pequeña es menos valiosa que la otra.

LA MACROBIÓTICA GRANDE

La macrobiótica que yo llamo grande, es la inteligencia que opera a través de nosotros y que se puede manifestar de muy diversas formas. No se identifica con una actividad social concreta, pues empapa todas ellas, está presente aunque no la veamos. Aquí hay algunos ejemplos:

  • Pasas todo el día en la playa, vuelves a casa y te bebes 1 litro de agua casi de tirón.
  • Acudes a un cumpleaños con tus niños, donde habían muchos otros niños… De vuelta, abres la puerta de tu casa: “¡Qué bien! ¡Mi casa! ¡Qué silencio, qué tranquilidad!”.
  • Has salido en bici durante 2 horas por la mañana. Te pasas la tarde viendo la televisión en el sofá.
  • Vas a un restaurante y te sacan una ensalada sin aliñar… Aquí le falta algo.

¿Quién dice ese “Aquí le falta algo” o “Qué bien, que silencio” o “Agua por favor, estoy sediento”? No es ese yo mental con el que nos identificamos normalmente, no es ese conjunto de pensamientos-emociones… sino algo mucho más grande, dentro de lo cuál nuestra personalidad está incluida. Esa es la macrobiótica grande.

¿De qué forma se relacionan los dos tipos de macrobiótica?

La macrobiótica pequeña nos ayuda a reconocer a la macrobiótica grande, pudiendo así ser participes y colaboradores conscientes de la inteligencia que nos mueve.

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