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A pesar de la macrobiótica come proteínas

Pasar de una alimentación convencional a una macrobiótica en ocasiones representa un shock para el organismo debido a la reducción brusca en la ingesta de proteínas. El cuerpo entonces se resiente y un estado de debilidad progresiva va apoderándose poco a poco de nosotros.

La macrobiótica tradicional tal y como comenzó a difundirse en Occidente estuvo concebida como una dieta para desintoxicarse de un modo de vida imperante en el que ya habíamos comenzado a “desconectar” de la naturaleza. De ahí que las recomendaciones siempre fuesen “menos proteínas”, “menos grasas”. No era de extrañar que los primeros consultores macrobióticos nos insistiesen una y otra vez en esas cuestiones, ya que realmente se tomaban demasiadas proteínas y demasiadas grasas, y lo que es aún más importante, de mala calidad.

Hoy en día existe un movimiento social importante en pro de una alimentación consciente, donde se cuida el proceso por el que se obtienen los diferentes alimentos. Se reducen los pesticidas, se cuida que los animales vivan en buenas condiciones, se intenta no abusar de la comida basura, etc. Al mismo tiempo la información proveniente de la nutrición está cada vez más al alcance de la población. Los productos bio u orgánicos son cada vez más familiares. Todos estos elementos cambian el significado de las recomendaciones de los primeros consultores macrobióticos. Ya no sería tan necesario “gritar” a la población en general que no se coman proteínas y grasas, sino que se coman de calidad. Y a la comunidad macrobiótica, vegetariana y vegana en particular habría que sugerirles que estuviesen atentos a los signos y síntomas que pudiesen indicar deficiencias (fatiga, bajo estado de ánimo, malas digestiones, hambre voraz, pérdida de peso, etc.)

En determinadas situaciones y de forma temporal puede ser útil privarse de proteínas, pero para una persona sana, cuya vida diaria le exige batallar de principio a fin, es indispensable un buen aporte de estas sustancias. Las proteínas son necesarias para sintetizar los enzimas que participan en la digestión, para formar varios tipos de hormonas, agentes inmunológicos que nos defienden contra las infecciones y células que transportan sustancias por nuestro organismo, como por ejemplo la hemoglobina.

Un exceso de proteínas nos puede provocar problemas como una hiperactividad del sistema inmune, problemas hepáticos o la desmineralización de los huesos, pero este exceso es poco probable en alguien que comience a alimentarse con conciencia, a reducir el exceso de productos animales, a comer algo más bio y basarse en plantas como recomiendan ya muchos investigadores (ver la entrada 8 principios para una alimentación macrobiótica y otras entradas relacionadas con el libro “El Estudio de China”). Montse Bradford sugiere que aquel que pasa de una dieta animal a una dieta basada en plantas debe consumir más cantidad de proteínas en cada comida pues  “no podemos pretender comer el mismo volumen de carne que de tofu. Es incomparable. Y ese es un error muy común que muchas personas comenten al comenzar la transición a proteínas vegetales”.

¿Cuántas veces al día deberíamos tomar proteína?

La misma autora recomienda tomar proteína dos veces al día, variando los alimentos ricos en ellas. Una pauta estándar sería la que sigue:

  • Seitán: 3-5 veces por semana
  • Tofu: 3-4 veces por semana
  • Tempeh: 1-2 veces por semana
  • Legumbres: 3-4 veces por semana
  • Pescado: 3-4 veces por semana

En cuanto a las cantidades desaconseja dar números ya que muchas personas siguen la información de forma rígida y matemática y dejan de oír a su propio cuerpo. Aún así comenta que 3-4 rodajas de seitán, tofu o tempeh podría ser una cantidad para orientarse. En relación a las legumbres, una buena porción sería 200g de ellas una vez ya cocinadas.

Para poder llevar a la práctica lo sugerido en esta entrada, terminaremos con una receta sencilla de seitán extraída de “El libro de las proteínas vegetales” de la experta en macrobiótica M. Bradford. El seitán podéis conseguirlo en casi cualquier herboristería. Se vende en paquetes de unos 300 grs. y cuesta alrededor de 4 euros.

Seitan alimento en macrobiótica
Paquete de seitán, una alternativa macrobiótica a la carne

Ingredientes para 2-3 personas:

  • 1 bloque de seitán cortado a tiras finas
  • 2 cebollas cortadas finas
  • 3 zanahorias cortadas en palitos finos
  • 1 cucharadita de semillas de sésamo tostadas
  • aceite de oliva
  • sal marina, shoyu
  • menta fresca picada
  • 1 cucharadita de ralladura de naranja

Elaboración:

(1) Saltear la cebolla con aceite de oliva y una pizca de sal; (2) Añadir los palitos de zanahoria y el seitán. Cocinar a fuego lento durante 10-15 minutos. Añadir un poco de agua si fuese neceario para que lo ingredientes no se quemen; (3) Añadir shoyu, probar con 2 cucharadas soperas y añadir más según gustos de cada cual; (4) Mezclar la menta, la ralladura de naranja, las semillas de sésamo y servir

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Reduce los factores de riesgo del cáncer con macrobiótica

video cancer y macrobiotica
“La Noche Temática” ofrece un programa sobre el cáncer

Más de un millón de mujeres al año son diagnosticadas de cáncer de mama, sólo la mitad sobrevivirán a la enfermedad.

Con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, hoy la 2 de rtve dedica su programa “La Noche Temática” al cáncer. El programa estará formado por dos documentales en los cuales se analiza la situación actual sobre dicha enfermedad.

Las cifras nos indican que en el futuro 1 de cada 3 personas tendrá cáncer en algún momento de su vida. Se conocen los factores de riesgo pero no la causa.

¿QUÉ SON LOS FACTORES DE RIESGO?

Cuando a una persona se le diagnostica cáncer se le pregunta qué cosas hace. Poco a poco los médicos van acumulando datos (qué comes, si fumas o no, qué trabajo realizas, dónde vives, etc.) y se dan cuenta que al cáncer lo acompañan determinadas prácticas. Por ejemplo, si fuésemos a un hospital y cogiésemos los historiales de las últimas 100 personas a las que se ha diagnosticado cáncer de pulmón, nos daríamos cuenta que 85 son o han sido fumadores. ¿Qué quiere decir esto? ¿Es el fumar la causa del cáncer de pulmón? No, pero no hay duda que tiene algo que ver. Por lo tanto, si no queremos correr riesgos será mejor no fumar.

¿Existen más factores de riesgo aparte de ser fumador? El hecho de ser fumador es el factor de riesgo más conocido a nivel social, pero existen otros factores tan importantes como este último. Los autores Richard Beliveau y Denis Gingras, exponen los factores de riesgo del cáncer de manera gráfica en su libro “Los Alimentos contra el cáncer”.

 

cancer factores riesgo y macrobiótica
La macrobiótica constituye una ayuda para reducir los factores de riesgo. Fuente: Beliveau y Gingras, 2005

Lo que deducimos de la gráfica es que el fumar y una dieta deficiente son los factores de riesgo más importantes a la hora de contraer un cáncer. Además encontramos otros factores de riesgo como son: la herencia, las infecciones (tema analizado en profundidad en uno de los documentales emitidos en “La Noche Temática”), la exposición a ambientes contaminados, la obesidad, la falta de ejercicio, el consumo de alcohol y otros.

¿QUÉ NOS ACONSEJAN LOS FACTORES DE RIESGO?

Cuantos más factores de riesgo estén presentes en nuestra vida más probabilidades tendremos de tener un cáncer. La recomendación lógica de este argumento sería eliminar aquellos factores de riesgo que estén en nuestra mano. Macrobiótica Mediterránea te ayuda a cambiar varios de ellos: la dieta, el ejercicio físico, la exposición a fuentes contaminantes y los hábitos mentales, cuya influencia se ha demostrado a través de numerosos estudios científicos.

¿Qué podemos hacer para mejorar la dieta que parece ser uno de los principales factores de riesgo? A nivel general y dicho brevemente, tendríamos que comer lo más natural posible. Los cereales, legumbres y verduras tendrían que recuperar el protagonismo en nuestras comidas, y la carne, lácteos, azúcar y productos refinados habrían de reducirse. Para más detalles podemos consultar los diferentes posts de este blog, o bien libros como los recomendados en la sección “Libros”. En caso de existir ya un diagnóstico podríamos acudir a varios libros específicos sobre el tema, como es el caso del ya citado “Alimentos contra el cáncer” de Beliveau y Gingras, o Alimentación Anticáncer de la doctora Odile Fernández, la cual ofrece talleres por toda España. El próximo se llevará a cabo en Elche  y cuya información podréis encontrar en la entrada Taller de Alimentación Anticáncer en Elche, 27 Octubre

taller anticancer y macrobiótica
Taller de alimentación anticáncer, 27 de Octubre en Elche

Por último, otra opción podría ser el asesoramiento personal de un consultor macrobiótico, pues los nuevos descubrimientos sobre qué alimentos son beneficiosos para prevenir el cáncer coinciden en su gran mayoría con las ofrecidas por la macrobiótica moderna.

 

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Kuzu, remedio macrobiótico por excelencia

En la zona donde vivo existe un remedio tradicional para la diarrea y las molestias estomacales. Consiste en hervir arroz blanco en bastante agua hasta que esta se espesa. Se cuela y el caldo resultante, también llamado “sustancia”, se da al enfermo. Este remedio corta la diarrea y mejora la condición del aparato digestivo en el caso de que esté alterada.

Estudiando macrobiótica aprendí otro remedio para la mejora del aparato digestivo: el kuzu. Su nombre es extraño pero la forma de utilizarlo sencilla. El kuzu proviene de las raíces de un árbol, que al molerlas y lavarlas repetidas veces, y tras un período en que se dejan secar, quedan como pequeñas piedras blancas.

kuzu remedio en macrobiótica
Este es el aspecto que tiene el kuzu cuando lo adquirimos. Viene en bolsitas pequeñas que suelen costar alrededor de 6 ó 7 euros

¿PARA QUÉ SIRVE EL KUZU?

El kuzu sirve en general para tratar los desequilibrios del sistema digestivo. Olga Cuevas, doctora en Ciencias Químicas y especialista en Nutrición y Salud, recomienda el kuzu para los siguiente casos:

  • Para regenerar la flora intestinal. Esto viene muy bien en caso de haber sido tratado con antibióticos durante un tiempo. Los antibióticos destruyen la flora intestinal, dificultando así la absorción de los nutrientes
  • Para ayudar a “descargar” al hígado. Esto hace mejorar condiciones como dolor articular, hepatitis, cirrosis y alcoholismo
  • Para desinflamar los intestinos y mejorar así los síntomas que pueda provocar dicha inflamación: diarreas, colitis, tifus, enfermedad de Crohn, etc.
  • Para los problemas de pulmón cuyo origen es la debilidad en el intestino grueso, algunos casos de asma y bronquitis
  • Para tratar el alcoholismo, ya que reduce los síntomas de la abstinencia

¿CÓMO UTILIZAR EL KUZU?

En primer lugar disolvemos una cucharadita de kuzu en un vaso de agua. Después lo ponemos a calentar sin dejar de mover. Cuando el agua pasa de blanca a transparente ya lo tenemos listo. Dejamos enfriar unos momentos y tomamos caliente.

Kuzu al cocinarlo en macrobiótica
La macrobiótica te enseña a usar el kuzu. Antes de cocinarlo (arriba), después de cocinarlo (abajo)

Podemos elaborarlo con agua o bien con zumo de manzana si lo queremos dulce. En caso de quererlo con un punto salado podemos añadirle unas gotas de shoyu, o incluso un poquito de pasta de umeboshi. El kuzu también puede usarse en la cocina, principalmente como espesante, pero al resultar muy caro (todo el kuzu en España es de importación) suelo reservarlo para el uso medicinal.

Un remedio macrobiótico muy conocido es el ume-sho kuzu indicado para alergias, anemia, piel atópica, colitis, diarrea, diabetes, fatiga y otros desórdenes. Michio Kushi y Alex Jack afirman que “esta bebida fortalece la sangre, promueve la buena digestión y devuelve la energía”. Dan las siguientes instrucciones para su elaboración:

  1. Disuelve una cucharadita de kuzu en 2-3 cucharadas de agua. Añade al kuzu disuelto 1 vaso de agua
  2. Pon a hervir el agua con kuzu. Mueve constantemente hasta que el agua sea transparente
  3. Añade media ciruela de umeboshi o media cucharadita de pasta umeboshi. Baja el fuego al mínimo
  4. Añade varias gotas de shoyu y mueve suavemente
  5. Hierve 2-3 minutos a fuego lento y sirve. Tómalo mientras aún esté caliente
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Longevidad, consecuencia de una vida macrobiótica

centenarios y macrobiótica
La longevidad es el resultado inevitable de una vida macrobiótica. Angelino Cabras, 101 años. Foto: rtve.es

En octubre de 2012 se emitió en televisión española un documental sobre la longevidad: “El Misterio de los Centenarios”. El significado literal de macrobiótica es “una larga vida” o “el camino de la longevidad” y bajo ese término se agrupan un conjunto de prácticas (alimentación, estilo de vida, psicología, etc.) que nos hacen disfrutar más de la vida, tanto a lo ancho como a lo largo. En este documental podemos ver algunas de estas prácticas llevadas a cabo por centenarios de la isla japonesa de Okinawa, la comunidad adventista de La Loma (California), la isla de Cerdeña y la región francesa de Bayona.

 

 

El documental comienza con el pueblo japonés de Ogimi, en la isla de Okinawa. En este pueblo un tercio de la población tiene más de 65 años. En 1995 fue nombrado pueblo mundial de la longevidad. ¿Qué hacen en ese pueblo? ¿Podemos aprender algo de ellos? Aquí van algunas pistas:

ACTIVIDAD FÍSICA

Su estilo de vida es muy activo. La mayoría de ellos tiene su propio huerto al que le dedican una buena parte del día. También acuden a clases de gimnasia 4 veces por semana, donde a parte del ejercicio practican al arte de ser felices juntos.

Se mueven porque todos ellos tienen una razón para hacerlo. El gerontólogo Carig Willcox comenta a este respecto:

Todos los centenarios que he conocido aquí en Okinawa tienen una especie de razón para vivir, tienen lo que aquí se denomina Ikigai, algo como una fuerza que les hace levantarse de la cama todas las mañanas. Cuando tienes 100 años cada nuevo día es un regalo.

APOYO SOCIAL

En Ogimi la vida en comunidad es muy importante. Existen grupos de personas que se reúnen con frecuencia y donde se ofrecen entre ellos apoyo social, afectivo e incluso económico. Practican de este modo el arte de ser felices al igual que hacen en las clases de gimnasio.

El apoyo social está relacionado con menores niveles de depresión y enfermedades como las cardiopatías, el cáncer o el alzheimer, lo cual podría explicar su contribución a alargar la vida.

ALIMENTACIÓN

Su alimentación consiste en cantidades pequeñas de verduras, tofu, arroz y pequeñas cantidades de pescado y carne, muy similar a la propuesta macrobiótica. Craig Willcox afirma que su alimentación es un auténtico laboratorio de medicina preventiva, “es una dieta muy baja en calorías pero nutritiva y energética a la vez”. Y continúa:

Durante muchos años los habitantes de la isla no tuvieron acceso a alimentos más nutritivos, eran pobres y sus fuentes de calorías escasas. Cultivaban boniatos y se alimentaban de verduras frescas, sopas, tofu, judías, un poco de pescado  y un poco de carne. Es la alimentación ideal para vivir mucho tiempo y con buena salud, es decir, con pocas probabilidades de contraer enfermedades o patologías propias del envejecimiento.

Además del tipo de alimentos que consumen también ha de destacarse el modo en que comen. Siguen la regla de Confucio: “Come despacio hasta llenar el estómago el 80%, después para”. Esta constituye una regla vital para disfrutar de una larga vida y buena salud.

Los centearios tiene importantes lecciones que enseñarnos, lecciones imprescidibles para dar nacimiento a un nuevo mundo donde la salud y el equilibrio predominen. Centenarios de distintos puntos del mundo están ahí con un mensaje, tengamos oídos para ellos. Makoto Suzuki, cardiólogo japonés dice:

Si seguimos con este estilo de vida las consecuencias pueden ser catastróficas, pues podría provocar un declive de la longevidad en todo el país y es ahí donde los centenarios deben jugar un importante papel. El estilo de vida de los centenarios que se puede calificar de tradicional, es de hecho muy beneficioso para la salud, creo que debemos enseñar la forma de vida y la cultura de los centenarios de Okinawa a los jóvenes en todos los niveles escolares. En la escuela primaria, en los institutos y en la universidad. Los centenarios tienen mucho que enseñarnos y deberían hacerlo no sólo en esta isla sino en todo Japón, incluso en países extranjeros.

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Escuela de macrobiótica en Totnes, Inglaterra

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Disfrutando de un día soleado en la escuela macrobiótica de Totnes, Inglaterra

En julio de 2011 visité durante 4 días una escuela de macrobiótica en el sur de Inglaterra. Había visitado su página web y había estado hablando con la persona que estaba al cargo de los cursos. Parecían bastante serios. Después de mi estancia en EEUU aterricé en Londres y desde allí en tren hasta Totnes.

Totnes es una ciudad del suroeste de Inglaterra famosa por sus iniciativas para hacer realidad una nueva forma de relacionarnos con el planeta. Desde Totnes nos llega la “Transition Towns” un movimiento iniciado por Rob Hopkins que pretende dar solución al cambio climático, la crisis del pretóleo y la economía insostenible. En una entrevista para la revista Integral nos cuenta: “El sistema con el que funcionamos se encuentra en un definitivo callejón sin salida. Y el problema es que, hoy por hoy, no existe ninguna alternativa válida sobre la mesa… En el movimiento de la Transición estamos intentado crearla con un abanico de ideas: planes de descenso energético, cooperativas de energía sostenible, proyectos de agricultura urbana, apoyo a las economías locales, monedas complementarias… No podemos decir que tenemos todas las soluciones pero al menos las estamos buscando. Estamos dando los primeros pasos de lo que puede ser un experimento a gran escala”. En este contexto nace la escuela de macrobiótica en Totnes. En su web podemos ver el siguiente vídeo de presentación.

Durante mi estancia ayudé en la cocina y asistí a diferentes clases. La organización me pareció muy cuidada, así como el material que los alumnos tenían para su estudio. El entorno ya lo podéis ver en el vídeo. Es una casa rodeada de praderas por las que pastan libremente vacas y crece el cereal. Se encuentra a 5 minutos en coche de Totnes. Allí aprendí mucho e hice amistad con Sarah, la encargada de cocina, y con Alma, que al igual que yo, quiso conocer en persona la escuela.

Para terminar os cuento brevemente 3 platos que aprendí allí:

PORRIDGE DE ARROZ Y CEBADA

¿Cómo cocinar la cebada sin tener que estar horas en la cocina? En la escuela de macrobiótica de Totnes utilizaba el siguiente sistema. Por la noche hervían durante 20 minutos el arroz y la cebada (1 parte de cereal por 3-4 de agua), y apagaban el fuego. Tapaban la olla y la dejaban toda la noche a remojo. Al día siguiente añadían un poco de agua y lo volvían a hervir otros 10-15 minutos. De esta manera obtenían un porridge suave y fácil de digerir.

PASTEL DE LENTEJAS

Otro plato que tomamos para comer acompañado de verduras y arroz fue el pastel de lentejas. Se hervían las lentejas con laurel y verduras a trozos muy pequeños, de forma que se quedasen secas. Posteriormente añadimos shoyu, mirin y copos de avena. Por último las pasamos a una fuente y las horneamos 15 minutos.

PURÉ DE MIJO CON COLIFLOR

Este es un puré muy sencillo y el cuerpo lo agradece mucho. Se hierve el mijo (1 cereal : 3 agua) con ramilletes de coliflor encima. Después de hervirse, tras 20-30 minutos, se machaca todo de forma que se mezcle el mijo y la coliflor. En ese momentos se puede añadir aceite, pimienta, cilantro fresco u otros ingredientes al gusto. Por último se adreza con gomashio y cebollino.

Hasta aquí hemos visto algunos de los platos que relaciono con la macrobiótica aprendida en Totnes. Es una escuela que recomiendo a todo aquel que se sienta atraído por aprender la macrobiótica en profundidad. Si queréis más información podéis visitar su web:

http://www.macroschool.co.uk/

 

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